Siendo niño mi padre nos llevó a un pueblo abandonado. Que en la entrada hubiera un cartelón donde ponía “prohibido el paso” era un aliciente más. Que paseo más maravilloso fue aquel por las calles de ese pueblo fantasma, desolado y caótico. La iglesia, el hospital, el ayuntamiento, todo hecho una mierda y al mismo tiempo todo era fascinante. Al final nos pilló el guardia, que tenía una mala leche importante, y hubo que marcharse, sin que mi padre se atreviera a ofrecerle los veinte duros que tenía preparados para sobornarle.

Stalker es un retrato de la desolación, un primer plano de caos, un canto al desamparo, un tributo a la devastación. La película se arrastra lentamente a través de la humedad, la oscuridad y el frío. Si yo fuera director de cine y estuviera pensando en hacer una película sobre la desolación, después de ver este film desistiría, es insuperable.

Para todos aquellos que no fuisteis llevados de niños por vuestros padres a un pueblo abandonado, recomiendo esta película para recuperar esa maravillosa vivencia.

Es preferible verla un día de lluvia, de tormenta a ser posible.

Esta película no es mala, ni malísima, ni tampoco hiper super malísima. Es muchísimo peor.

¿Por dónde empezar ante este despliegue de despropósitos y necedades? Las interpretaciones horribles, el guión absurdo, la ambientación penosa y los efectos... a los efectos les dedico un poco de atención en el spoiler, lo merecen.

Las interpretaciones no pueden ser más falsas y fingidas, todo con una exageración y falta de naturalidad difícil de conseguir. Yo me acordaba constantemente de la famosa escena de "Viaje a ninguna parte" en la que Fernando Fernan Gomez dice "¡Señoriiiiito!". Ya es de órdago las escenas de cuando le pegan un tiro a alguien, hacen la misma interpretación que hacía yo de niño en el parque, unas cuantas pantomimas poniendo aterradoras caras de dolor y al suelo del modo más aparatoso posible. Dantesco. Y eso sin tener en cuenta los efectos especiales.

Aunque resulte chocante, es un film que recomiendo mucho para ver con un grupo de amigos, pero no como drama (que es lo que pretende ser), sino como comedia. Es imposible reprimir las carcajadas ante los ridículos efectos especiales, los tiroteos, las nefastas interpretaciones, Pedro María Sánchez haciéndose el duro, el protagonista poniendo cara de loco....

Me molesta que me engañen con el título de la película. En una entrevista a John Ford le preguntaron por qué en una película que rodó sobre el desembarco de Normandía, en el que participó este mítico director, nada tenía que ver con la realidad. Contestó que él aprovechó este acontecimiento para echar a volar la imaginación. ¿Y por qué no echaste a volar la imaginación también con el título? Si una película tiene un título sobre un hecho histórico, quiero que cuente cosas que realmente pasaron en ese hecho histórico.

En otra ocasión vi una película que contaba la fuga masiva de presos de una cárcel, algo que realmente pasó. En el debate posterior a la película participaba uno de los asesores durante el rodaje que también había participado en dicha fuga. Mostraba dudas en algunas respuestas, hasta que reconoció que le costaba distinguir entre la fuga real y el rodaje. La película contaba lo que pasó de una manera tan fidedigna que hasta a un participante en la fuga se le mezclaban las imágenes. Coño, pues esto es exactamente lo que yo quiero, que me cuenten lo que paso de la manera más real y verídica posible. Y que no inventen.

Aquí nos encontramos ante otro tipo de mentira: Titular la película con el nombre de una obra literaria y que luego el film nada tenga que ver con esa obra. La Vida Secreta de Walter Mitty nació como un brevísimo cuento (se lee en cinco minutos) del genial periodista, escritor e ilustrador James Thurber. Este cuento es una obra maestra, destila genialidad en cada párrafo y nada, absolutamente nada, tiene que ver en lo que cuentan en este bodrio de film. Walter Mitty originariamente era un pobre infeliz, dominado por su mujer y con una existencia penosa que huía de su vida mediocre y gris con ensoñaciones que eran provocadas por cualquier cosa que veía. Si veía un hospital se imaginaba como un reconocido cirujano, la visión de un policía le transportaba dentro de un hidroavión militar atravesando un huracán… Una de las mejores cosas es que Mitty, al no pertenecer a ninguno de los oficios en los que se imaginaba, desconocía todo sobre ellos. Pero eso no era problema, se lo inventaba y decía palabras que sonaran parecido pero que no figuran en ningún diccionario. La concepción que Mitty tenía de la heroicidad es otra genialidad. Las fantasías eran maravillosas e hilarantes hasta el infinito.

Tan genial es este cortísimo cuento que ya inspiró una película en 1947 que tampoco respeta mucho el escrito original.

Pero la mierda esta de película de que hablamos hoy lleva esto hasta el esperpento. Mientras el Mitty del cuento es un infeliz dominado por su mujer el de la película es director de negativos en una importante revista, mientras el original tiene ensoñaciones maravillosas y geniales, el cutre de la película tiene unas ensoñaciones de mierda, absurdas y sin sustancia, como la pelea en el ascensor. Además a partir de mitad de película ya no hay ensoñaciones, cuando en el cuento de Thurber son la esencia de la narración.

En fin, que estoy muy cabreado por haber picado como un imbécil y haber visto esta película atraído por un título que era una gran mentira.

¿Mi opinión de esta película? Bueno, no había venido para esto, pero tampoco me importa darla. Sin tener en cuenta la gran estafa del título, la película es pura basura desde el segundo uno hasta el final de esta insoportable, infumable y eterna mierda de casi dos horas de duración.

Y me pregunto: ¿por qué no existe la opción de poner un cero a una película? A muchas películas, como por ejemplo esta, un uno es sobrevalorarlas colosalmente.

Pero el visionado de este film me ha hecho preguntarme algo que antes jamás me había preguntado: ¿Por qué no existe la opción de poner notas negativas?