Película número 23 que veo del genio neoyorkino. A estas alturas pues ya tengo las ideas bastante claras de cómo son manejadas y como van siendo desarrolladas. Conocerás al hombre de tus sueños no es la excepción, no solo por desde los inconfundibles créditos iniciales que nunca cambian, sino desde la primera toma o por los problemas que enfrenta cada uno de sus personajes te das cuenta que es Woody Allen quien se encuentra al mando.

Cierto, su primer pecado es que los temas que trata en este nuevo proyecto no son del todo originales para él, es más son unos que conoce a la perfección, el existencialismo que tanto apasiona a Allen y lo ha acompañado a lo largo de su carrera está presente, además vuelve con tramas de matrimonio, infidelidades, vejez, fuga creativa o el que mejor se le ha dado últimamente, la suerte.

La película nos narra las desventuras de una familia muy en particular, un matrimonio que se separa por motivación del marido que sueña con rejuvenecer, mientras su ex esposa se hunde en la tristeza contando con el apoyo de una adivina, mientras su única hija ve como su matrimonio se viene abajo al mismo tiempo que se enamora de su jefe, asi mismo su esposo se siente atraído por su sensual y joven vecina. Y de ahí vienen toda una serie de eventos y circunstancias en algunos casos afortunados, en otros desafortunados para nuestros personajes. Allen vuelve a plasmar de gran manera las disfuncionalidades de una familia típica norteamericana, maneja como nadie la cotidianeidad de las personas en una trama que nunca pierde fuerza ni estilo. Es una comedia sin ningún tipo de pretensiones que sale mejor parada de lo que esperaba. Le falta quizás originalidad, y si mucha fuerza asi como mayor atrevimiento pero no por eso deja de ser un guion muy bien elaborado y simpático.

Que alguien me explique cómo es que Gemma Jones no haya tenido ningún reconocimiento en esta temporada, gran interpretación, hace reír y es muy entrañable, cada vez que aparece en pantalla me generó una sonrisa y en ningún momento me parece que toque la sobre actuación. También Naomi Watts demuestra que no necesita ser una película grande o con mayores aspiraciones para dar lección de actuación, el que nunca me convenció del todo fue Anthony Hopkins, hubiera querido ver en ese papel al mismo director, pero tal parece que ya no volverá a la actuación.

Obra menor de Allen sí, pero sigue demostrando un talento puro e intocable, que ya quisiera cualquier guionista de la industria, bueno eso es normal ya que me atrevo a decir que este hombre es nada menos que el mejor guionista en la historia del cine, aquí quizás no lo muestra del todo, pero si no lo hace, que alegría ver que a medio gas siga haciendo cosas tan buenas.

The lovely bones es por momentos hermosa y profunda, en otros es tediosa y sin argumentos, una aparente muy interesante historia sobre una niña que después de ser asesinada ve el mundo que dejo desde su cielo no termina de convertirse en algo mas, debido a fallas fatales, fuera de contexto, y es que en resumen se trata de una película bastante buena pero que no explota como debería.

Peter Jackson muestra que lo que mejor se le da es la fantasía y la creación de efectos visuales, y es que son los momentos en este cielo alterno donde la cinta muestra sus mejores momentos, invitando al espectador incluso a la reflexión, el mundo que nos muestra no tiene nada que envidiarle al creado por Cameron en Avatar, los efectos se lucen cada vez que aparecen en pantalla, acompañado igual de una fotografía esplendida y una buena música. Aunque también existe notables momentos en la vida real, la forma de tratar la adolescencia, y cuando la intriga se hace presente está muy bien lograda, un par de escenas incluso te deja al filo de la butaca, el guion es por momentos atrevido, brillante, que como dije invita a la reflexión, pero en por momentos esta se acaba y se cambia por evasión, con secuencias alargadas, sin sentido, que le quitan ritmo a la película, haciéndola incluso a ratos muy pesada, perdiendo el objetivo. El trabajo de edición es realmente malo, echando a perder lo que pudo haber sido tal vez una obra maestra.

Lo mejor es la joven Saoirse Ronan, logra una actuación muy sensible, por momentos con ternura y cuando lo necesita saca el drama muy bien, tiene un gran futuro fin duda, ya lo había demostrado en Atonement y aquí lo reitera. Stanley Tucci esta brillante como asesino, la hermana de la Ronan igualmente se luce, Mark Walhberg cumple mientras que las desaprovechadas son Susan Sarandon y Rachel Weiz, no porque lo hagan mal, sino por lo simples y nulos de sus personajes, en especial el de la abuela, es completamente irrelevante.

Los minutos finales son verdaderamente malos, como ya lo demostrara en El retorno del rey, Jackson tiene problemas serios en lograr el desenlace adecuado, cayendo en el tedio, incluyendo la escena de más pena ajena del año.

Grande en ocasiones, mediocre en otras, si hay una película de verdadero contraste en esta última temporada esa es The lovely bones, de cualquier manera si no se es tan exigente se puede hacer caso omiso de varios de estos detalles y disfrutar más la cinta, que yo lo hice, pero queda a deber.

No recuerdo cuando fue la última vez que vi una película dirigida por 3 directores distintos que me haya gustado, de echo no sé si alguna vez haya visto un buen filme que fuera dirigido por 3 o más cineastas, quizá las excepciones sean algunos productos animados donde este tipo de realización conjunta es bastante común, pero en action live sorprende si no se trata de una película divida en episodios, la última prueba fue Cloud Atlas que tenía serios problemas narrativos y de ritmo debido a que varios cineastas intervienen en ella.

Party Girl llega con la Cámara de Oro del Festival de Cannes bajo el brazo buscando romper la tendencia, un filme que narra la vida socialmente incorrecta que lleva Angelique, una mujer de 60 años que trabaja en un cabaret seduciendo hombres desde hace mucho tiempo.

No solo se trata de un producto dirigido por 3 personas diferentes, sino que además el trio es debutante, las mujeres Marie Amachoukeli-Barsacq y Claire Burger ya habían trabajado anteriormente en un cortometraje, ahora al equipo se une el también actor Samuel Theis para crear un trabajo conjunto en su ópera prima de los tres. Y lo cierto es que la unión es muy eficaz, compactándose para que se perciba que es un solo director el que está tras la cámara, el filme posee un adecuado pulso narrativo durante todo el metraje y no existe un elemento que distorsione unas secuencias de otras, se ve un trabajo en equipo compacto y con mucha seguridad pese a la novatez de todos.

El debate interno que propone el guion sobre las conductas del personaje principal es fascinante, un trabajo de estudio de personaje muy bien trabajado a nivel psicológico, convirtiendo a Angelique en un personaje muy profundo y complejo que da para tesis sociológicas, mientras que el resto de los personajes funcionan como simples peones que reaccionan ante las conductas de una protagonista inestable e impredecible. El final es para analizar, porque mucho dependerá del cristal con que se mire, y está claro que la intención de los también guionistas es esa, dejar sensaciones diferentes en cada espectador según su forma de vida y su definición de felicidad.

Sin embargo no todo es perfecto en su guion, ya que por enfocarse demasiado en el trabajo del protagonista se pierden varios hilos importantes, pudiéndose explotar estos con mayor garra para crear un filme más redondo, por un lado la relación que sostiene Angelique con su pareja es bien ejecutada, pero su relación con sus hijos se nota muy desaprovechada, se pudo crear una gran sub trama aquí para crear al final una mayor impacto emocional, algo que sucede pero no con la fuerza esperada.

Sonia Theis clava en su personaje y lo llena de matices en una actuación muy notable en un personaje sumamente complicado, mientras que el resto del elenco hacen actuaciones muy planas y con muy poco dramatismo, nuevamente el error vital, todo recae en el personaje principal haciendo que todo lo demás se vea muy descuidado.

Party Girl es una más que interesante; a veces brillante, opera prima de un trio de directores que se han conjuntado muy bien en equipo para crear una especie de tesis de la felicidad y la anti felicidad mediante un personaje maravilloso, ha faltado mayor fuerza y experiencia en ciertos rubros pero al final es una película con muchos aciertos dignos de destacar.

http://alegatorevista.wordpress.com/2014/08/06/resena-de-party-girl/#

Entrañable, poderosa, mágica, hay muchos calificativos para nombrar a la nueva película de David Ficher, El curioso caso de Benjamín Button, una obra maestra sin duda.

La historia simplemente por si sola llama la tensión, un bebe nace con las facciones de un anciano, y en lugar de envejecer este va rejuveneciendo. Es una maravillosa historia sobre la vida y la mortalidad, y que da lugar a un sin fin de deliciosos personajes, además de una maravillosa y sincera historia de amor.

De una factura impecable, los efectos visuales están tan bien hechos que parece que no hay, la ambientación y vestuarios son de primer nivel, el maquillaje es perfecto así como la música, y una fotografía bellísima.
Brad Pitt y Cate Blanchet están fantásticos los dos, en unas tiernas interpretaciones de los protagonistas, además de una Tilda Swinton, que en sus 10 minutos logra hacer una actuación muy notable, lo mismo que la actriz que personifica a la madre adoptiva (Taraji P. Henson). Todos los papeles están bien interpretados así como los personajes están muy bien desarrollados.

La historia en si se compone de una serie de cuentos cortos sobre el Benjamin Button(muy al estilo de Forrest Gump),pero antes empezando con esa maravillosa historia del reloj que va al revés, y luego llevando con un flash back la historia del personaje principal, su vida, sus pensamientos, sus relaciones, sus características que lo hacen diferente. Cada escena esta muy bien construida y tiene su razón, nada sobra y la voz en off encaja perfectamente. El diálogo final es hermoso y pone de manifiesto el mensaje que Fincher nos quiere dar, todos somos diferentes, de una u otra manera.

La perfección se la quita sin embargo las numerosas veces que se interrumpe la historia cuando esta tiene atrapada al espectador, para llevarte al hospital con el personaje de la Blanchet, le quitan ritmo a la historia, pero al final no empaña esta hermosa película.

Es la obra maestra de David Fincher, de largo la mejor película del año, y una de las mejores de la década. Todas las expectativas han sido cumplidas.

Hablar del Padrino es otra cosa, son palabras mayores, es hablar de cine en su máxima expresión, en su máximo potencial, es hablar de la mejor película de todos los tiempos, así de simple.
Francis Ford Coppola muestra la historia de un hombre como muchos, casado, padre de 4 hijos y cuyo mayor prioridad es su familia, pero algo lo distingue, es el patriarca de la mafia de una de las ciudades mas importantes del mundo, Nueva York, con esta sencilla premisa da paso a una historia llena de lealtad, amor, justicia, sinceridad pero también de corrupción, la maldad y la destrucción de los valores.
Situada dentro de un contexto donde la violencia es el pan de cada día, Marlon Brando interpreta a Vito Corleone, jefe de la mafia (en una interpretación de leyenda, tremenda, contundente, con 40 minutos en la pantalla le alcanza para apoderarse de esta), cuando después de ser victima de un atentado de miembros del bajo mundo, su hijo Michael personificado por Al Pacino (excelsa actuación con una mirada y unos gestos que dicen mas que mil palabras) debe tomar las riendas del negocio así como las de la familia.
Con un argumento sólido que nunca decae, una puesta en escena grandiosa, unos diálogos llenos de perfección, escenas memorables y un trabajo de dirección inmejorable, son tres horas del mejor cine que existe, una lección de lo que es el séptimo arte.
No es una película sobre la mafia, es una película de la familia, sus valores, sus lazos, sus enfrentamientos, todas las familias del mundo tienen unos Corleone dentro, de pie todo el mundo ante la obra maestra cumbre en la historia del cine.