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España España · Madrid
Críticas de Laura_17
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Críticas 34
Críticas ordenadas por utilidad
7
20 de febrero de 2012
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
TINKER. Con una carta de presentación como la de Tomas Alfredson, es imposible no sentirse atraído ante la idea de visionar su segunda película, algo que puede confirmar su talento como director. Y lo cierto es que en esta cinta demuestra que apunta maneras. Con una dirección brillante y uno de los mejores trabajos del año, Alfredson nos cuenta una historia de espías de una manera poco habitual. Lejos del estereotipo del thriller de espías con grandes dosis de suspense, romance y elegancia que caracteriza a la saga de James Bond, el realizador sueco se centra en ese sentimiento tan humano que es la lealtad. Con un montaje complejo, lleno de flashbacks y momentos de paranoia, vemos un juego realmente inteligente, una buena partida de ajedrez difícil de seguir.

TAILOR. La dirección artística es soberbia, y resulta frustrante su omisión en los Oscars. Porque sin una mano maestra como la de Alfredson, la fotografía y la excelente puesta en escena no brillaría de la forma en la que lo hace, dándole a la cinta una atrayente atmósfera de intriga y sobriedad. Con una secuencia inicial precedida por un magnífico plano de la capital húngara, vemos el inicio de la historia: una escena llena de tensión que será el desencadenante de la investigación. Escenas como los flashbacks que incumben a Jim Prideaux, el momento de la conversación en la pista de aterrizaje o una de las finales –anticipada por un agobiante silencio- en la que Smiley se enfrenta a los sospechosos, son memorables. Y aún lo es más el poético final y la banda sonora de Alberto Iglesias.

SOLDIER. No cabe duda de que Gary Oldman es uno de los actores más camaleónicos, carismáticos y queridos por los amantes del cine, aquí da una lección con su contenida, sutil e inquietante interpretación de George Smiley, digna del reconocimiento de la Academia de Hollywood (que ya es hora…). Oldman está muy bien arropado por uno de los mejores elencos masculinos de los últimos años. Un breve pero acertado John Hurt, un ambiguo Benedict Cumberbatch, un imponente Ciaran Hinds, un sentimental Tom Hardy, un más que notable Mark Strong y un comedido Colin Firth dan todo un recital.

SPY. Personajes bien construidos y en especial Smiley. Gracias a pequeños detalles vemos su soledad, su desconfianza, lo metódico que es o lo aburrida que es su vida, más allá de su trabajo. Es el personaje más atractivo y bien construido. Sin embargo, no todo son elogios, y pese a que el guión es bueno, la trama es muy densa. Los flashbacks y algunas escenas intercaladas que aparentemente no tienen importancia, pero que ayudan a la construcción de los personajes llegan a despistar. Una trama complicada y lenta, si bien hacia el final se ve todo claro, es fácil perderse, y no gustará a todo el mundo. Además -y ese es el gran defecto- la historia no entusiasma, está bien pero no llega hasta ese punto y a muchos les parecerá enormemente fría.

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Laura_17
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8
1 de mayo de 2016
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La casa de las ideas ha conseguido algo mucho más grande que juntar a un buen puñado de Superhéroes en una misma película, ha creado un universo cinematográfico con personajes que tienen opinión, pasado y personalidad. Los poderes son importantes, pero las personas que hay detrás también. Eso es lo que hace grande a Civil War.

La primera fase en la que se nos presentaba a los personajes principales de MARVEL de forma más ligera y con mucho humor ya ha pasado; ahora esos mismos héroes se ven envueltos en una disyuntiva, como resultado de los daños colaterales causados por sus batallas. Por ende, vemos como cada personaje toma su decisión de unirse al bando de los que cooperan con el Gobierno (Team Ironman) o los que defienden la autonomía de los Superhéroes (Team Cap).

Es precisamente eso lo que la hace más madura, lo que la distingue del resto sin perder el sentido del humor. Es una situación de sentimientos encontrados porque entendemos a cada personaje, todos tienen voz y voto, entendemos las razones, los puntos de vista y los miedos de cada personaje. Me parece un gran acierto como han tratado los traumas de Stark, la evolución de Pantera Negra, el miedo de Wanda o la aparición de los sentimientos de Visión (a quien me hubiera gustado ver más).

La dirección de los Russo no decepciona, aunque la prefería en El soldado de invierno. Algunos movimientos de cámara llegan a marear, el montaje al principio es algo caótico (fundamentalmente en la lucha de Wakanda), pero cumplen con solvencia, en especial en esa pedazo de secuencia del aeropuerto; si bien he de reconocer que eché en falta un plano secuencia conjunto, de esos a los que Whedon nos tenía acostumbrados en las escenas grupales, y sigo pensando que ese enfrentamiento de todos los personajes rodado por él hubiera dado mucho más juego.

A veces pasa que olvidamos que la película es del Capítan América y no de los Vengadores, porque los secundarios son unos robaescenas y tanto Spiderman como Antman o Pantera Negra se salen, pero nunca dejan de lado la lucha entre Ironman y el Capitán América, la razón contra el corazón que se irán alterando conforme avance el conflicto.

La lucha ahora no es con el enemigo, es con la familia; en eso consiste una Guerra Civil.
Laura_17
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4
29 de abril de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces las comparaciones son inevitables. Hace más de un año se estrenaba en España una película que nos contaba la historia real de un monarca inglés. Esta vez, la historia que nos cuentan es la de una controvertida política. Sin embargo, La Dama de hierro dista mucho de la calidad de El discurso del Rey. El principal problema es que la directora Phyllida Lloyd quiere abarcar toda la vida de Margaret Thatcher. Así, vemos brevemente una infancia que le perseguirá de por vida, la ascensión de su carrera (en 15 min), y acontecimientos tan relevantes como la huelga de los mineros y los sindicatos, la Guerra de las Malvinas y la dimisión de la primera ministra transcurren en unos escasos 20 minutos; con lo cual, vemos lo querida que es tras la victoria inglesa en la Guerra de las Malvinas, pero 5 minutos después vemos el fin de su carrera política (aunque transcurren ocho años entre ambos sucesos).

Ese afán por querer narrar toda su vida en poco más de hora y media va a ser la gran carga del film. Al contrario que en El discurso del Rey, que se centra en una etapa concreta y un problema del protagonista, en La Dama de hierro se quiere abarcar demasiado, y teniendo en cuenta los diversos temas que se podrían tratar, resulta un desperdicio.

El otro gran lastre de la cinta va a ser la forma de narrarla, recurriendo torpemente a flashbacks. Así, vemos a una anciana con demencia recordar toda su vida y hablar con su difunto marido -un desaprovechado Jim Broadbent- en un montón de repetitivas escenas. Y es que, si al menos fuera un ejercicio de autocrítica, tendría sentido… Además, si el objetivo de la directora era dar fluidez con esta estructura, no lo consigue, pues a ratos resulta verdaderamente tediosa.

El tercer problema es el toque feminista que hay en las secuencias referentes a la vida política de la protagonista. Parece que todo el que se enfrenta o critica a la Thatcher lo hace porque es una mujer. Una cosa es humanizar al personaje para que podamos llegar a empatizar con él -cosa que consigue en el tema de la soledad, pero no en el de la demencia- y otra muy distinta es santificarle y no mostrar todas las facetas, a excepción de una escena (esa en la que humilla a su "mano derecha"). Cierto es, que no es lo mismo empatizar con un monarca tartamudo obligado a reinar y a afrontar una dura prueba de superación personal, que con una política conservadora cuya tenacidad se convierte en soberbia…

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Laura_17
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6
9 de abril de 2018
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gustos a parte, nadie puede poner en cuestión que CSI: Crime Scene Investigation es una de las series más influyentes e importantes de la historia de la televisión. Concebida como una serie muy modesta, se convirtió en un contundente éxito que pilló por sorpresa incluso a sus creadores. Su visión científica de la investigación criminal supuso un punto de ruptura con lo que habíamos visto hasta el momento. La narración que hacía uso de los flashbacks para explicar los crímenes y las teorías, sumado a su característico estilo visual (la fotografía, esos planos en los que se acercaban microscopicamente o se metían en el interior del cadáver), la alejaban del resto de series policíacas a las que estábamos tan acostumbrados.

Era el año 2000 y de repente, una serie de científicos se convirtió en todo un fenómeno, llegando a ser la serie más vista a nivel mundial. La gente se empezó a interesar por la criminología, un montón de series nacieron debido a su éxito (sus Spin Off, NCIS, Bones, Mentes criminales, ...) e incluso afectó a nivel real por culpa del llamado "efecto CSI": los criminales empezaron a ser más cuidadosos y en los juicios se tenían expectativas muy altas por las técnicas y los cortos plazos que se veían en la serie.

CSI tenía la característica de no tener una continuidad entre episodios. Si te saltabas uno, no pasaba nada (*). Presentaba un caso, unos sospechosos y te involucraba en él. Era como el juego de adivinar quien era el asesino, pero con ciencia, psicología y mucho humor negro. Y luego estaba su protagonista, Gil Grissom, uno de los mejores personajes de la TV. Hombre de ciencia, culto, adicto al trabajo, amante de los bichos y con tendencia a la misantropía. Las personas mienten, las pruebas no. Un líder peculiar con tanto carisma que cuando se marchó en la novena temporada la serie no volvió a ser lo mismo. Quince temporadas son demasiadas y los años pesan. Ese fue el problema de CSI, que no supo acabar a tiempo.

Y ese final llegó en forma de dos capítulos especiales que traían a parte del querido elenco que había dejado la serie tiempo atrás: la poderosa Catherine Willows, el mordaz capitán Brass y nuestro adorado Grissom, que volvía a encontrarse con dos mujeres de su vida: la enigmática Lady Heather (personaje recurrente a lo largo de la serie) y Sara Sidle, la aplicada estudiante de fuerte carácter que se involucraba emocionalmente en los casos y que se enamoró de su mentor.

Personalmente, creo que el problema de este capítulo fue enfocarlo en la historia de amor de sus protagonistas, muy bien desarrollada en la serie, pero tratada con torpeza en el final. La excusa de poner a Lady Heather como sospechosa/víctima para traer a Grissom y enfrentarla a Sara se ve como un recurso cliché y forzado. No hay que olvidar que esa relación evolucionó de forma lenta (¡tardamos siete años en ver un beso!) y aquí todo parece precipitado con tal de darnos un final. Pero lo peor es que el caso resulta tan inverosímil como la forma de resolverlo y los diálogos y escenas no están a la altura. Teniendo casos tan buenos como el de Paul Milander (T1 y T2), Peligro Sepulcral (T5) o el asesino de las miniaturas (T7), la verdad es que se podían haber currado un mejor antagonista, con motivos más creíbles y una personalidad más interesante.

He visto CSI desde los 10 años (escondida detrás del sofá porque no me dejaban verla) y pasé mi adolescencia enganchada a los casos del laboratorio de Las Vegas. Así que solo puedo decir que este es el final que tanto se hizo esperar, pero no es el final que merecía una serie tan importante como CSI.
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Laura_17
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