El súper agente 86 en México, la serie clásica, fue doblada en su tiempo por un famoso cómico ahora octogenario llamado Jorge Arbizu. Este doblaje con sus libres adaptaciones de los gags al humor mexicano fue lo que catapulto al estrellato la mítica serie. Hoy en México hay dos películas del superagente: La doblada, que rememora esos años dorados, aunque con una voz que sinceramente no le queda al actor actual y gags que no encajan con la película y su contexto. Y la subtitulada, que presenta una versión totalmente desconocida para los mexicanos, pero que como película tiene calidad y coherencia. Bien por México, que tiene dos películas en una.

Ver esta película kilométrica resultó similar a los maratones de la serie 24 u otras por el estilo que me he echado en alguna ocasión. Solo que en una sala de cine y sin poder poner pause. Extremadamente larga para una película, con material digno de otra temporada más de la serie, pésimamente condensado, esta película debería tener un letrerito en la entrada de la sala del cine “exclusivo para fans de la serie”. Debo admitir medio avergonzado que mi esposa lloró con esta película y debo admitir que a pesar de todos los razonamientos arriba expuestos, me gustó un poco. Con todo no se justifica que se haya hecho una película de la serie. Finalmente, si los Simpson fueron un capítulo extendido, esta película fu una temporada condensada.

Al ver el planteamiento inicial de la cinta, me creí frente a un remake de una película ochentera de Bill Murray. Aunque la base es la misma, la forma en la que se trata el tema en esta oportunidad es por demas inteligente, fresca, verosímil. El elenco ayuda mucho. Denzel Washington se reinventa a través de su personaje, en el papel que mas se acerca a lo cómico, que recuerde. Jodie Foster se sacude su fallido “plan de vuelo” con un personaje que pareciera haber sido hecho a la medida de ella. No es sin embargo una obra maestra, ni un film de culto. No pareciera tampoco ser un éxito de taquilla al menos en México. Pero es el mejor ejemplo de lo que yo llamo cine de entretenimiento de calidad. Altamente recomendable, sin duda.

Sigo sin entender el humor gringo. ¿Qué rayos esta intentando hacer el director de esta cinta? Al principio varias de las situaciones son realmente graciosas, es verdad, pero después de la mitad, en verdad que se les acabo la comedia y no supieron como resolver el asunto. ¿O será que mi condición de latino impide entender como graciosos la mitad de los gags? Mas en el spoiler…

Hoy se estreno por fin esta película que había generado cierta expectación en mí por el tema que trata. En un principio se podría pensar que en la cultura mexicana, ya famosa por la cercanía e irreverencia con que trata el tema de la muerte, seria natural encontrar un culto formalizado de esta. Contrario a esta conclusión, nada tiene que ver el reciente fenómeno de la adoración a una imagen con forma de esqueleto y una hoz, con las tradiciones de día de muertos. Sin hacer apología de estas ultimas (al fin una mezcla de catolicismo y paganismo) es muy conveniente diferenciar ambos procesos socioreligiosos y caracterizar el culto a la llamada “Santa Muerte” como un fenómeno de aparición relativamente reciente, pero con raíces viejas. Y ciertamente estas nada tienen que ver con el 1 y 2 de Noviembre (Día de muertos en México). Sin ser documental en ninguna forma, el director Paco Del Toro, nos presenta un bosquejo de los elementos que conforman el culto a esta imagen, a través de tres historias cuyo común denominador es la búsqueda de los protagonistas de resolver las crisis a las que se enfrentan recurriendo a al pensamiento mágico, cuando los medios de la razón y la ciencia les han quitado toda esperanza, con lo que se abre una encrucijada ente ellos, de sucumbir al ritualismo y la esclavitud seudo religiosa o de encaminarse hacia un verdadera espiritualidad liberadora. En principio quien se acerca a la muerte, lo hace buscando beneficios materiales y emocionales de corto plazo, para satisfacer sus deseos superficiales e inmediatos. Trascendiendo esto, quien busca la espiritualidad, busca un poder superior que le brinde estabilidad y crecimiento emocional y espiritual, algo que ciertamente esta fuera del ámbito de acción de la llamada “niña blanca”. El adorador de la muerte busca que esta le cumpla sus caprichos, el hombre espiritualmente libre se hace conciente de su propia impotencia e incapacidad en si mismo y busca ponerse bajo al dirección de un poder superior al suyo, entregándole a El su voluntad.