En 1950 esta película debió gustar al público. Pero en 2016 se ha quedado muy anticuada por su presentación y modo de filmar una historia.

Diálogos artificiales
Escenas ficticias
Personajes acartonados
Actuaciones estereotipadas

No se salva ni Humphrey Bogart que repite una vez más su figura de duro sin humanidad.

Y, por supuesto, la película es en blanco y negro porque entonces se pensaba que sólo se debían rodar en color las comedias, pero no los dramas.

Se trata de una película en blanco y negro con personajes excesivamente tópicos. De vez en cuando hay detalles ingenuos que indican una puesta en escena superficial. Pero lo peor es el desenlace pueril y estúpido que el director y el guionista se sacan de la manga.

Actuaciones estelares de Sofía Loren y Marcelo Mastroianni en una película que podía haber sido muy bonita si no fuese por su lentitud aplastante en todas sus secuencias.

¿Por qué se necesitaba un preludio tan largo con documentales en blanco y negro sobre la llegada de Hitler a Roma? ¿Por qué se recrea el director en desmenuzar lentamente cómo se despierta de madrugada una familia numerosa? ¿Por qué tarda tanto la cámara en filmar la bajada a la calle de toda la comunidad de vecinos? ¿Por qué los encuentros de los dos protagonistas se hacen tan interminables? ¿Por qué...? ¿Por qué...? ¿Por qué...? Etcétera, etcétera, etcétera.

Es una pena.

Parece mentira que dos buenos actores se presten a intentar actuar y ser graciosos en una payasada de este calibre. Por supuesto que su actuación es mala, plena de aspavientos para intentar dar contenido a unos personajes completamente artificiales. Pero es que el resto de la película es igual de forzada y llena de escenas, situaciones, personajes y decorados que constituyen una auténtica patochada.

En cuanto a la posible gracia de esta comedia, sólo en muy escasas ocasiones se puede esbozar una breve risa.

Me imagino que está inspirada en alguna novela romántica, y que en dicha novela se describen con profundidad interesante las psicologías de los protagonistas. Pero en esta película todo se queda en una narración de unos personajes amanerados y ociosos que contagian el aburrimiento de sus vidas al director y a los espectadores.

Eso sí, todo ello enmarcado en unos hermosos paisajes, vestuarios y decorados de época.