A mediados del Siglo XIX, en plena Guerra de Secesión en Estados Unidos, un soldado herido es recogido y cuidado por un conjunto de mujeres y niñas de una escuela femenina con la condición de que en cuanto se recupere deberá irse y continuar con la batalla.

La directora de la icónica Lost in Translation, Sofia Coppola, hace una versión de la cinta de 1971 protagonizada por Clint Eastwood, llamada El seductor. La película tiene una estética sugerente y visualmente es muy potente. A ratos el ambiente cargado y oscuro llega a atemorizar pero no golpea de lleno en la mandíbula del espectador, no le acaba de atrapar entre sus garras. Es admirable el guión y la interpretación de todo el elenco. Se nos muestra a la mujer en sus diferentes etapas de comportamiento con respecto al hombre: la niña que quiere ser su mejor amiga y quiere ganarse su confianza a toda costa, la adolescente alocada que se mueve por impulsos y que se quiere comer el mundo con toda la vida por delante, la mujer acomplejada que cree que se le pasa el arroz y que lo dejaría todo por aquél que únicamente le sonría y la madura de vuelta de todo que se conforma con una conversación y una buena copa de coñac. Diferentes capas que el hombre de la película, interpretado por Colin Farrell, va seduciendo y manejando a su antojo regalando los oídos de todas. ¿O quién seduce a quién? Posiblemente sea el paso del tiempo a su presa, sin ganas de envejecer. Pasó fuerte por Cannes y nos puso los dientes largos a todos en el trailer pero va languideciendo según avanza el metraje y acaba siendo como un coitus interruptus, un gatillazo en toda regla.

Sacapuntas de oro: Como cada una de las chicas saca lo mejor de si para conquistar al huésped. Una Nicole Kidman que se come la pantalla y que es femme fatale sin saberlo. Kirsten Dunst y la cantidad de matices que nos regala. Que nos muestra lo mejor y lo peor del ser humano. Cuando el hombre saca sus garras por verse acorralado.

Sacapuntas de madera: Que empieza fuerte y acaba estrellándose contra un muro sin frenos. Que los soldados no hagan diaramente una redada dentro de la casa para inspeccionar. Que sea más una pieza teatral, donde cada actriz tiene su momento para llevarse la presa al agua, que una película

Nota: 5,5 Sacapuntas.

Una familia acude a Andalucía a arrojar las cenizas de su mujer y madre, recientemente fallecida, al río Guadalquivir. El padre, además de con la pena por la gran pérdida, deberá lidiar con las parejas de sus hijas e hijo, cada cual más diferente y especial. Un fin de semana que tardarán mucho en olvidar, para lo bueno y para lo malo.

– ¡No me puedo creer que me hayas convencido para ver por tercera vez la misma película!-, le dije a mi novia mientras llegábamos al cine a ver la cinta de Álvaro Díaz Lorenzo. No es que sea masoca y ya la hubiera visto dos veces antes, me refiero a que después de haber visto la francesa Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho? y la patria Es por tu bien, pensaba que poco o nada me podía aportar esta “nueva” película, por llamarla de alguna forma. Pero nada más lejos de la realidad, me pareció bastante entretenida y con buenos momentos cómicos, e incluso emotivos. El peso del metraje lo lleva el fabuloso Jordi Sánchez, que sigue con su papel esperpéntico de LQSA, aunque aquí un poco rebajado de tono. Paco Tous también proporciona momentos divertidos en su papel de cura de día y empresario de noche, aunque el auténtico descubrimiento es el actor Salva Reina, que provoca las mejores carcajadas y un gran soplo de aire fresco y…ojo porque el guaperas de Andrés Velencoso tampoco lo hace nada mal. Se hablan de muchos tópicos y cánones establecidos. Personajes muy definidos que se saben muy bien su papel pero que no acaban de evolucionar porque tienen asumido que ellos son así y nunca cambiarán. Padres que depositan todas sus esperanzas (o sus infinitas frustraciones) en sus hijos y en vaticinarles un próspero futuro (su futuro) a su medida, que luego muchas veces sale mal porque los hijos sólo quieren vivir su vida y ser libres de poder decidir lo que quieren ser y cómo hacerlo. En definitiva, un film sin grandes pretensiones pero que se ve agusto y fresquito, con el calor que hace ahí afuera. Y ver la sala llena de gente de todas las edades riendo y aplaudiendo es una muy buena noticia.

Sacapuntas de oro: Los gags de Barça y Madrid. Que se ría de ella misma y de todos los tópicos, desde los más casposos a los más modernatas. El casoplón a pies del Guadalquivir. Los cameos de los policías y los capones de Rossy de Palma. Que es ligera, fresca y de duración exacta.

Sacapuntas de madera: Las interpretaciones de las hijas no lucen mucho y la pareja de gays está bastante desaprovechada. El personaje de David Guapo me chirría desde la primera escena por sobreactuado. Que hay demasiadas risas para estar de luto. No me creo que me deje mi novia y siga acompañando a la familia todo el fin de semana. Que se olvide a la semana de haberla vista.

Nota: 5,5 Sacapuntas.

Una joven acaba de sufrir la muerte de su hermano y quiere contactar con él a toda costa y ver si hay un más allá. Mientras eso ocurre, vive y trabaja en París comprando ropa y accesorios a una top model a la que apenas ve…al igual que a su novio, que trabaja a cientos de miles de kilómetros de distancia.

El reputado cineasta francés Olivier Assayas dirige y escribe una película con mucha y muy variopinta mezcolanza de géneros y de ideas. Tan pronto aparece una figura fantasmagórica que te deja helado y pegado a la butaca como vemos un polo de Lacoste y unos accesorios de Michael Kors. Me aburren las eternas conversaciones por mensajes de móvil que tienen lugar en la segunda parte de la cinta aunque sí que me parece útil la idea de fondo que se nos quiere transmitir: El grave desapego a las relaciones personales de carne y hueso dando más importancia a las de las redes sociales, el espejismo que es la falsa felicidad de las personas que se dedican al mundo de la moda y, sobre todo, el miedo a la soledad, al vacío más absoluto y a la alarmante falta de identidad. Sentimos que no somos nada si no nos dan un like y poder sentir así la aprobación de la sociedad. Craso error…pero nos daremos cuenta de ello demasiado tarde. A todo esto, Kristen Stewart parece que interpreta un film con algo de autobiográfico, intentando despojarse de su adolescente piel crepuscular y buscando una nueva identidad, aunque sea a base de equivocarse y caer. Pero al menos quiere salir de su zona de confort…o al menos lo intenta. En resumen, una película que ni es un peliculón ni tampoco es como para tirar al cubo de la basura. Que cada uno saque sus propias conclusiones.

Sacapuntas de oro: Para todos aquellos que andan buscando su propia identidad porque no están a gusto con su vida. A ratos es perturbadora e inquietante. Enseña a desprenderse de las piedras que muchos llevan en sus mochilas y a ser valiente.

Sacapuntas de madera: Demasiada diversidad de géneros para ser tomada en serio…No entro ni en la historia de los fantasmas ni en el pseudo documental de la Paris fashion week. Las interminables (y por momentos absurdas y lacónicas) charlas del móvil. Lo ridículo de la fachada si no acompaña el interior.

Nota: 5 Sacapuntas.

Una pareja de amantes se escapa un fin de semana a un paraje alejado para evitar las miradas de la gente cercana pero un suceso desagradable hará que sus vidas cambien por completo de la noche a la mañana y que nada vuelva a ser como antes.

El directo y guionista Oriol Paulo, autor de la más que correcta El cuerpo, filma una película que comienza de forma prometedora, con ritmo y suspense, pero que en cuanto descubres algo tan evidente como el juego de máscaras que se esconde detrás de un personaje en concreto, es tal el asombro y la estupefacción que te produce el atroz descubrimiento, que pierdes el hilo y te sientes poco menos que decepcionado. ¿Realmente el director pensaba que no nos íbamos a dar cuenta? Si fueran actores chinos que son todos iguales hubiera tenido sentido pero esto…Mamma Mía!!! No sólo por esa flagrante metedura de pata la película pierde todo su valor sino que en su recta final son tales sus infinitos y desmedidos giros de guión que de tanto girar se pasa de vueltas y acaba descarriando. Para una serie de 8 capítulos podría valer (o incluso para una novela donde no ves a los personajes sino que te los imaginas) pero para una pelicula de hora y media el sentido reina por su ausencia. No lo salva ni su destacado casting ni sus aceptables intepretaciones. Un contratiempo que se convierte en una pérdida de tiempo.

Sacapuntas de oro: La fotografía y su prometedor comienzo. La segura y firme interpretación de Ana Wagener. Que habrá quien le perdone sus numerosos fallos porque le molan los actores. Las escenas dentro del hotel te provocan desasosiego.

Sacapuntas de madera: Tantas incongruencias como escenas arriesgadas. El fallo en el truco del personaje enmascarado no tiene perdón de Dios…salvo que no veas normalmente cine español y te la metan con queso.

Nota: 3 Sacapuntas.

Un cantante de folk deambula con la única y solitaria compañía de un gato y de una guitarra a cuestas, mendigando por un sofá donde maldormir en el duro invierno de New York de principios de los años 60.

Los hermanos Coen escriben y dirigen al alimón esta comedia dramática (y tristona) sobre un auténtico loser, con mayúsculas y en el amplio sentido de la palabra. Un hombre sin oficio ni beneficio, que todo lo que intenta le sale mal y que más que en estado de depresión…digamos que es la propia depresión en si. Es un musical encubierto, con la estructura clara de canción+trama+canción pero que cae en el chiste fácil y que no consigue provocar ni un mísero gramo de lástima hacia el personaje. Simplemente pasan los minutos, sin que pase nada nuevo, salvo un nuevo revés para el protagonista, que va de mal en peor y que la suerte se ríe de él en su cara. Acostumbrado a vivir en la derrota, todo lo que toca lo destruye. Únicamente el sublime chispazo de la actuación de un inclasificable y ENORME John Goodman me hace disfrutar unos breves instantes de la película. Hay muchos kilos de nostalgia, desengaños, desasosiego, crudeza y pena, sobre todo pena, pero el saco en el que las transporta el señor Davis tiene un agujero en el fondo que no te permite empatizar con él, a pesar de su empeño. La tenía apuntada hace tiempo en el listado de películas a revisar, pero me he llevado un gran chasco porque además la música deja bastante que desear por cansina y repetitiva.

Sacapuntas de oro: Descubrir por casualidad el germen del couchsurfing y del vaquero de Times Square. El momento Goodman (casi) merece el precio de la entrada. El elenco de actores. La lúgubre fotografía.

Sacapuntas de madera: Su ritmo lento, más por inacción que por cocción. Para querer salir del túnel hay que querer, no poder. Música sin alma resultado fantasma. La traducción del título al español pierde matices.

Nota: 3,5 Sacapuntas.