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España España · Madrid
Críticas de Sinzz3r
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Críticas 28
Críticas ordenadas por utilidad
4
6 de agosto de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
'Suicide Squad', dirigida por David Ayer si bien se podría decir que como espectáculo palomitero per se y adaptación de cómic por y para fans cumple (es un 'fan-service' hecho a medida) como película al uso es decepcionante a más no poder.
Si hay algo de lo que no podía sacar de mi cabeza durante su visionado es algo que han apuntado miles de crítico: su confuso metraje, que más que ser propio de una película de 2 horas parece un Highlights de numerosos chascarrillos (o 'Gags') pegados unos detrás de otros con escenas pseudo-dramáticas/heroicas entre ellos al más puro estilo Deadpool, pero sin tener el efecto de esta última.

El guión bien podría haberlo hecho perfectamente Michael Bay o cualquiera de sus amigos cercanos, con un villano (en este caso villana) que supera en mediocridad a cualquiera de los que hacían gala los Power Rangers en sus episodios (con respeto al trabajo aceptable que hace Cara Delevingne con este papel irrisorio). Por fin vemos que la diosa DC y sus villanos perfectos sangran, y que pueden copiar (también) a su competidora más directa en este apartado: enemigos sin motivaciones convincentes, sacados de la chistera, que solo saben hablar con voz ronca aireando los brazos en señal de peligro y con un desarrollo plano.

Y es esta última característica con la que podríamos describir a casi la totalidad del protagonismo coral de la película, a excepción de algunos, como Will Smith, la estrella más visible del reparto y en última instancia el más cuidado, que hace de un Deadshot aceptable con firmes convicciones morales ('Yo no mato mujeres ni niños'), Margot Robbie, como Harley Quinn, que es sin duda alguna lo que más destaca en pantalla (grandiosa mezcla de locura con buen corazón) y Jay Hernández como El Diablo, que se salva por la última media hora de metraje. Los demás son más planos que una tabla de planchar: Capitán Boomerang se tira toda la película bebiendo, Katana llora y tiene 5 segundos de acción, Amanda Waller pone cara seria y con mala leche, los soldados son los musculitos prototipo sin cerebro y Killer Croc, el recurso gracioso 'sine qua non' que desde Guardianes de la Galaxia todas las películas deben tener para considerarse a sí mismas graciosas.

Por último lo que los fans más esperábamos: el retorno del payaso verde, que yendo al grano y sin comparaciones odiosas diré que sí, me ha gustado, pero por problemas descritos arriba hace que pierda mucho potencial. En primer lugar se nota que era un atractivo muy fuerte como para dejarlo fuera de la película, y eso se ve porque está metido prácticamente con calzador, sus minutos en pantalla han decepcionado (por su duración más que por su interpretación) y se ha relegado a meros flash-backs (MAGISTRAL toda la parte de Arkham Asylum) y muletillas para dar mayor solidez al personaje de Margot Robbie. En segundo lugar (y esto me duele al ser español) el imperdonable doblaje que le han hecho, error comprensible por intentar trasladar del inglés al español un acento que en este segundo produce más risa que sensación de que el tío que está hablando así está verdaderamente loco. Si algo tengo que destacar es esa fantástica escena calcada de Alex Ross entre el Joker y Harley Quinn, que a los que conocemos los cómics nos produce un éxtasis visual.

Ya terminando no puedo dejar en el tintero otro acierto de la película, pero que por desgracia es una fórmula repetida en los últimos 2/3 años demasiadas veces, una banda sonora construida alrededor de canciones de los 80/90; aunque bien es cierto que tiene nuevas perlas como 'Heathens' de Twenty One Pillots o la última de Skrillex con Rick Ross.

- Lo mejor: las introducciones de los protagonistas (primera hora de la película muy entretenida), la pareja asesina, la risa del Joker y ese tono punk que aunque a veces se pasen en exceso le queda muy bien.
- Lo peor: guión irrisorio, metraje confuso, situaciones que dan más vergüenza ajena que emoción y una villana a la altura de Thor 2.

Las palabras que pronuncia Harley Quinn durante la cinta ("Soy preciosa por fuera, pero fea por dentro") se acercan mucho a la sensación que tuve tras salir del cine. Un caramelo agrio con un envoltorio precioso.

Nota: 6.

Antes de Escuadrón Suicida se solía decir que el problema de DC tenía voz y rostro: Zack Snyder, que sin embargo después de esta última incursión en los cines habría que replantear la pregunta y la solución, que algo me dice que está en los pisos más altos de la compañía (es palpable la mano que han echado en la película algunos mandamases a última hora). DC debe de dejar intentar copiar los atributos que tanto funcionan en Marvel y comenzar a centrarse en el material ÚNICO que poseen, no queremos un Guardianes de la Galaxia versión siniestra o unos Vengadores oscuros, queremos un Escuadrón Suicida y Liga de la Justicia con palabras propias, y por favor, que Ben Affleck cambie esa cara constante de cabreado con el mundo.
Sinzz3r
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7
16 de enero de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es probablemente lo que se escucha pero no se ve, lo que se representa y no lo que se es, lo más importante de la última película del cineasta mexicano. Al igual que el vendedor de batata o el afilador que, a través de sus finos y estridentes silbatos, recrean una crónica de una melancolía anunciada, de un pretérito presente.

Alfonso Cuarón se sirve de su infancia para construir la radiografía de unas formas de dominio invisibles en el México de los 70. Explica, en apariencia y contenido reflexivo, que la descolonización solo fue algo meramente formal, que en el fondo la sociedad mexicana –y no solo esta- seguía rigiéndose por los mismos principios. Las familias acomodadas, el idioma, los privilegios e incluso la televisión, cuando no estaba esta destinada a la diversión de las primeras, eran elementos fácilmente determinables por el tono de piel.

Es a través de unos personajes unidimensionales, que corren la suerte de interpretarse como meros clichés o estereotipos sociales, que deja claro esta división. Incluso en los pequeños momentos donde se puede respirar cierta integración e igualdad, Cuarón vuelve a imponer la realidad, demostrando que lo que a primera vista podría parecer algo consuetudinario, no deja de ser la representación de dos mundos radicalmente distintos. Y en el encuentro entre ambos ‘Roma’ adquiere la forma de cierto elogio a una cultura de los cuidados de cariz femenino durante mucho tiempo menospreciada u olvidada.

El guión, quizá con una intencionada simpleza, se ve subsanado y aderezado con el protagonismo que adquieren tanto sonido como cámara. Un bullicio exterior que penetra en la casa familiar como un actor más. Unos planos que, acompañados por movimientos de cámara sutiles, evocan una sensibilidad y una pormenorización reforzados por una capa de blanco y negro sobria, estoica. Fotografía y dirección que invitan a la introspección en cada plano y a la recreación en cada escena.

Esta modesta, franca y cruda realidad se consuma en los últimos minutos de metraje. Al final y pese a todo, ellos son los que ven la televisión. Ella, Cleo, vuelve a su sitio, a su azotea. Los Invisibles que no se bañan, que se quedan en una orilla social permanente, viendo cómo los demás, los otros, sí lo hacen. A su costa, a la nuestra.
Sinzz3r
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5
29 de diciembre de 2017
25 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es probablemente el episodio más desagradable y que menos aporta de todas las temporadas de la serie. Uno en el que se combina una premisa repetida y ya vista sobre la vigilancia 24 horas que ya vimos de una forma magistral en 'Tu historia completa' con tintes repulsivos hasta la saciedad.

Un thriller que lleva Black Mirror al límite de la reflexión de la sociedad actual y que, en mi opinión, cruza ese límite llevándonos a un sitio nada adecuado; por aquí no, Brooker, por aquí no. Cada nueva entrega de esta serie debe de ser una oda a la reflexión, a la introspección de uno mismo partiendo de premisas distópicas, aunque muchas de ellas no lo parezcan ser tanto. Sin embargo, 'Cocodrile' convierte esta idea pura en una simple excusa para darnos un thriller de bastante mal gusto y nada certero.

Si lo que Brooker y Hillcoat querían conseguir era un producto que produjera asco en el espectador, lo han conseguido, pero al precio de salirse completamente del esquema arquetípico que nos tiene acostumbrado 'Black Mirror'. Ya no existe ningún aprendiza a ninguna fábula utópico-perversa, aquí hay angustia, dolor y repugnancia gratuita. El modelo Black Mirror aquí sirve como excusa, cuando debería de ser al revés. La historia contanda debería formar parte de un ente más grande con lecciones para la humanidad, como lo fueron, entre otros muchos, 'Caída en picado', '15 millones de méritos' o, esta vez bien hecho, 'Tu historia completa'. Pequeñas enseñanzas para una lección mayor: Black Mirror.

Personalmente, intentaré obviar en particular 'Crocodile' de esta nueva temporada y en general de toda la saga, no porque sea un mal producto audiovisual (todo lo contrario, como thriller agobiante y de terror funciona), sino porque esto no es el Black Mirror que todos conocemos y queremos.
Sinzz3r
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8
30 de enero de 2019
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yorgos Lanthimos se ha ganado a pulso pertenecer a ese grupo de directores ciertamente idiosincráticos que, con cámara y guión en mano, oprimen y perturban al mismo tiempo; ‘outsiders’ que nos obligan a mirar ciertas realidades surrealistas –si se me permite el oxímoron- que no parecen diferir tanto de nuestra naturaleza humana. ‘La Favorita’ constituye una pieza más en el particular cosmos de Lanthimos: uno en el que pocas veces se ve el mundo exterior pero que sirve de fábula de nuestras imperfecciones. También es un punto y aparte en su carrera.

Por primera vez el director griego sale de sus ya características distopías para realizar su primer drama de época. Una historia de lujos y brillos aristocráticos que, sorpresa, empieza con un miembro de la burguesía hundiéndose en un fango de heces. Poco sutil, pero francamente certero. Es este núcleo axiológico que trata de aunar poder y humillación, lujo y vejación, lo que se representa en la cadena de protagonistas interpretados por Stone, Colman y Weisz. Un uso de la colocación de estos personajes en pantalla que encarna las relaciones de dominio a lo largo de la película. Insertado todo en una corte real que parece funcionar más como retórica mordaz de nuestra estructura social meritocrática y aderezado con unas luchas palaciegas donde, como si de una parodia del despotismo ilustrado fuera, se hace todo por el poder sin el poder.

Las comparaciones, las más de las veces odiosas, acuden a la cabeza de cualquiera. Más allá de una clara inspiración narrativa en la famosa ‘Barry Lyndon’ o un combate hilarante con ecos de ‘Los Duelistas’, ‘La Favorita’ evoca cierto sabor a comedia satírica propia de ‘Tristam Shandy’. Más disenso debo anunciar contra las voces que creen haber presenciado la defunción de cierta ‘Identidad Lanthimos’. Ahí donde algunos ven extravío yo veo una evolución con valentía. Transformación que va desde la cámara y los objetivos –los planos cortos dan paso a grandes angulares- hasta unas actuaciones que parecen haberse liberado de ataduras de anteriores películas. Pasando por un guión que no es firmado por el habitual Efthymis Filippou y sus críticas a la moral e instituciones burguesas.

Bertolt Brecht escribió durante la Segunda Guerra Mundial que “nosotros, que queríamos preparar el camino para la amabilidad, no pudimos ser amables”. Lanthimos y su filmografía, como una suerte de profecía anunciada, parecen navegar por las tesis del poeta alemán. Una suerte de misantropía que en ‘La Favorita’ tiene una amarga conclusión: el poder no es disputado, es retenido y, en todo caso, transferido. Puede que al final seamos conejos, como ya escenificó Goya en ‘Duelo a garrotazos’, que luchan por un poco de zanahoria.
Sinzz3r
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6
16 de septiembre de 2018
9 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
'Lo psicótico se hunde donde nada lo místico. Te estás ahogando, no estás nadando.' dice Red Miller (Nicolas Cage) a forma de epifanía.

Hay películas en las que el contenido se sacrifica por la forma. 'Mandy' es de esta categoría. Una película claramente dividida en 2 partes que bien podrían ser dos cortos diferenciados. Una primera parte que se presenta como un ejercicio de pirotecnia psicodélica y una segunda más cruda y gore, donde Cosmatos suelta el freno y pisa el acelerador hasta, de forma consciente, estrellarse contra el muro.

Mi problema con la última obra de Cosmatos no es tanto de entendimiento como de gustos. Como digo en el título, o te llama la atención o te quedas solamente con una de las dos partes. Mi caso es de este último. No puedo comprar la primera parte por más que sepa que es un control excepcional de lo visual y orquestal. Todo está preparado para impactar todos tus sentidos: la música, los colores -magistral esa 'paleta infernal'-, los planos cortos y dilatados en el tiempo para goce o sufrimiento personal, los diálogos, las miradas... Con una sensación de estar viendo la pintura negra de Goya a través de los ojos de 'El Bosco'. Pero es tediosa y te deja la sensación de pensar que con 20 minutos menos el mensaje habría sido más efectivo. A mi no me gana, lo siento.

Otra historia distinta es la venganza llevada a cabo por un Nicolas Cage desatado. No exageran los críticos profesionales cuando dicen que este es su mejor papel en mucho tiempo -tampoco es complicado-. Sin embargo, no es tan bueno por su destreza como por la libertad que el director y el guión le da para sacar toda la locura que lleva dentro. La historia de 'vendetta', como digo, es la clásica y tradicional que hemos visto una infinidad de veces. Quizá la que primero me viene a la cabeza es la cruzada que lleva a cabo Reeves en la primera John Wick -aunque algo más refinada y limpia-.

De todas formas es algo que hemos visto mil veces y que, debido a ese 'darlo todo' por las formas, por lo visual, deja algo cojo lo sorpresivo de esta segunda parte. Eso sí, en más de una ocasión te removerá las tripas.

Como ejercicio de cine que se sale de los bordes establecidos está bien. La ves, te sorprendes y a otra cosa. Como final me quedo con más ganas de un Nicolas Cage que nos puede dar alguna sorpresa -todavía- y un Cosmatos que raya la corriente surrealista del arte. Poderosa y fascinante película objetivamente que no está dentro de mis gustos.
Sinzz3r
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