He disfrutado de lo lindo desde el principio de la película, tal como me pasó con "La isla mínima" de Alberto Rodríguez. Con este tipo de filmes sí que da gusto ver y pagar por el cine español. Porque se puede hacer cine entretenido y divertido sin llegar al supuesto humor "chabacano", desagradable y machista de la saga Torrente. O también se puede hacer reír sin hacer chistes de estereotipos y generalizaciones exageradamente alargados como pasa en la duología "Ocho Apellidos".

Pese a que esta cinta homenajea y parodia al cine de agentes de los 60, se queda en un tributo inteligente, y retrata los tics oportunos de España sin caer en el ridículo (eh, ¿Santiago Segura?). Es que hasta los cameos quedan bien y aportan con sus detalles un mínimo de matices y no son vacíos como los de Torrente 4 y 5, ¿eh Santiago Segura? ¡Deliciosos y cómicos los mostachos de José Corbacho y de Andreu Buenafuente! Y con ese pequeño detalle se describe una porción histórica de España (que no es que me apasione precisamente).

Desde el primer mínimo se puede ver que la película está muy cuidada la escenografía y fotografía con un propósito de sátira y homenaje a la vez, con unos buenos planos detalle y gran plano general muy bien elegidos. Desde el primer momento se ve el buen hacer de la dirección y del equipo técnico, cosa que no abunda en el cine español comercial actual (Alejandro Amenábar y poco más). De guión, tiene algunas frases que recuerdan al humor de "Crimen ferpecto" de Álex de la Iglesia. En fin, que hay ingenio en los diálogos. Cosa que no abunda en las películas actuales (ni españolas ni norteamericanas).

Es una pena que con la calidad que desprende esta película como la mencionada "Isla mínima", recaude mucho menos que las películas tontas y que no paran de publicitarse en los canales de Mediaset o Atresmedia. Y que conste que yo no soy un defensor del cine español precisamente. Me costó ponerme a ver ésta pero la disfruté mucho. Grata sorpresa.

En dos minutos no hay mucho tiempo para hacer una historia increíble o desarrollo de los personajes. Simplemente lo que hace el director y guionista es coger un cliché y sacar una ligera sonrisa a un tema bastante recurrente: cómo explicar a tu hija pequeña qué es el sexo, que lo entienda pero sin desvelar nada que le pueda quitar su inocencia infantil.

Apenas 2 minutos que no te tiempo de bostezar y que te puede sacar una sonrisa. También resulta gratificante ver a una de las protas de Coupling (la obsesionada con el físico) haciendo de madre.

Cuando terminé de ver esta película me extrañó la nota tan baja. Debe ser porque de películas de Tarzán se han ya hecho muchas y ésta no aporta nada nuevo. Es cierto que una vez vista la olvidas pero no está tan mal rodada y como dicen otros usuarios, da la oportunidad de ver un Tarzán adaptado al siglo actual. La hora y media escasa, la continua acción y aventuras y el atractivo reparto permiten desconectar de la rutina al ciudadano de a pie que quiere entretenerse un rato sin pretensiones de más.

Público gafapasta abstenerse de ver el filme.

Bastante critica la labor de los actores de doblaje aquí en España sin darle el suficiente valor a su tarea y algunos incluso menosprecian este oficio. También hay muchos espectadores se piensan o solo valoran el que una voz sea bonita o un timbre de voz sea característico. Pero para la mayoría del público le pasa desapercibido el esfuerzo interpretativo de estos actores de doblaje. En esta oportunidad, Pepe Mediavilla demuestra que delante de la cámara es un excelente actor, como el resto de sus compañeros de profesión.

Hay que explicar que Pepe Mediavilla sufre de la maldición que es tener una simbiosis tan creíble con un actor real, en su caso con Morgan Freeman y en menor medida al que hace de Gandalf en el Señor de los Anillos y Hobbit. A Ramón Langa le pasa lo mismo con Bruce Willis y a Miguel Ángel Jenner a Samuel L. Jackson. Sin embargo, después resulta que Daniel García (los jóvenes sex symbols como Brad Pitt) y Juan Antonio Bernal (atractivos de mediana edad como Robert Downey, Jr.) colapsan al espectador doblando a la mayoría de actores famosos, actores de series de televisión y publicidad. Pienso que no debería ser así. Sobre todo porque un actor de doblaje no puede vivir sólo doblando a un actor al año y además el espectador puede llegar a cansarse o localizar este engaño artístico si localiza demasiadas veces una misma voz.

A ver, no es una buena película y es olvidable pero cumple su función, que ya es decir para la época actual del cine (sobrecarga de secuelas, precuelas, remakes, remades y superhéroes). Va dirigida para los más peques como comedia familiar, y pese a que no ofrece nada nuevo, está presentado con suficiente soltura y simpatía para pasar un rato agradable. Y se nota que no pretende nada más. Es bastante mejor que muchos de los insufribles telefilmes de sobremesa de Antena 3. No entiendo la media tan baja ni algunas críticas con un 1 de nota. Está en la línea de la película “Zeus y Roxanne”, un poco más antigua pero igual de denostada por los usuarios de Filmaffinity. Las recomiendo las dos.