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Críticas de Lafuente Estefanía
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Críticas 1.686
Críticas ordenadas por utilidad
7
9 de octubre de 2020
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
A este tipo de trabajos se dedicaban a comienzos de la guerra de Secesión varias bandas de auténticos forajidos que, bajo la cobertura de luchar contra la Unión con acciones militares, sembraron el terror y la muerte en la frontera entre Kansas y Missouri. La cinta de Lee atiende precisamente a este momento bélico que describe con minuciosidad y detalle. Se trata por tanto de un western que con rigor y amenidad se ocupa de una de las páginas más negras de aquella contienda. Merece la pena por tanto conocer su entorno histórico.
Como en toda guerra civil, los enfrentamientos entre paisanos armados alcanzarán momentos de extrema violencia. En uno y en otro bando. Comienza la película con la toma de partido de dos jóvenes, Jake Roedel (Maguire) y Jack Bull Chiles (Ulrich), al contemplar y sufrir la violencia asesina de los unionistas. Forman enseguida su propia partida, primero para vengarse y luego para unirse a la de William Clark Quantrill, sin duda la más poderosa de todas.
Una serie de venganzas y de represalias de los nordistas con los rancheros que auxiliaban a las partidas, dará lugar a lo que la historia conocerá con el nombre de "Masacre de Lawrence". En efecto, Quantrill y sus partidarios juraron venganza que cumplieron en la madrugada del 21 de agosto de 1863. Con varios cientos de hombres penetró en la ciudad a sangre y fuego, saqueando e incendiándola y dejando sobre doscientos cadáveres (muchos de niños) que fueron asesinados ante sus propios familiares. Se trató, sin duda, de una de las acciones más violentas de toda la guerra.
La película muestra cómo los dos jóvenes protagonistas, Jake y Jack, poco a poco van perdiendo la inocencia y se habitúan a una violencia muchas veces gratuita e inútil. Saciada la sed inicial de venganza, entienden la esterilidad de la espiral de violencia que sigue y que los arrastra sin remedio. Los ojos observadores de Jake y sus prolongados silencios muestran el rechazo y el desprecio que siente hacia sí y hacia sus compañeros. Es significativo que acabe teniendo a un negro por su principal amigo, Daniel Hall (Wright), un hombre que, paradojas, lucha también a favor de la Confederación. Pero Jake es pesimista sobre el futuro de la guerra y del suyo propio, pues no acepta en absoluto que "Saber escribir no ayuda a sujetar suficientemente el arado o un arma".
Por lo demás, la ambientación, la fotografía, los paisajes o la música son soberbios. Bastante aceptable la interpretación, con excelentes escenas de batallas, cargas y choques de la caballería. Tal vez resulte la obra un poco larga, y eso que se echa de menos la conclusión de ciertas escenas que, como la del solicitado intercambio de prisioneros, quedan colgadas en el aire.
A destacar también el realismo que caracteriza a la película que se extiende también a las escenas médicas. Como consecuencia de los frecuentes tiroteos resultará herido de gravedad Jack, pierde mucha sangre y, una vez en el refugio, se plantean la necesidad de cortar el brazo que amenaza gangrena. Torniquete, lavado con agua caliente, cauterización, palo para morder entre los dientes y amputación casera. A diferencia de lo que nos tienen habituados los westerns en general, el realismo dicta que en esta condiciones es imposible la supervivencia. Como así sucede.
En resumen, una buena e interesante película muy bien hecha cuya visión recomendamos.
Lafuente Estefanía
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8
21 de julio de 2020
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con displicencia, por lo bajo, como el que no quiere la cosa, el anciano cazador pronuncia la frase con que encabezamos la reseña al ver los pantalones del uniforme militar que lleva su discípulo montañés Jeremías Johnson (Redford). Atrás deja este toda su existencia anterior buscando en las Montañas Rocosas nuevos horizontes vitales, pero también sabe que "Muchos suben a la montaña buscando algo que no tienen dentro".
Técnicamente, desde el primer fotograma se aprecia la extraordinaria calidad de la música, fotografía, colorido, paisajes, ambientación, interpretación, presentación ... En lo negativo, tal vez la excesiva fidelidad a la novela de la que procede el guión. Parece que le quita un poco de frescura y de espontaneidad.
Por lo demás la cinta muestra el encuentro y la integración del hombre con una naturaleza hostil, solitaria, donde desfilan unos pocos tramperos y varias tribus indígenas de Cross, Pies Negros y Cabezas Lisas. Especialmente belicosos los primeros con los que sostendrá fieros enfrentamientos, "Para los indios la grandeza de la tribu se mide por el poder de sus enemigos".
Película más de aventuras que western propiamente dicho, hay pocas frases pero lapidarias, siempre reflexionando sobre este encuentro de la naturaleza con el hombre.
Entre las escenas que más nos han llamado la atención está la profundidad a donde llegaron los misioneros católicos franceses, con el Cristo crucificado que encontramos en medio de una de las tribus cuyos miembros se santiguan y rezan antes de comer. También las terribles condiciones ambientales a las que estaban sometidos los colonos, de soledad y de peligros, que podían llevarlos hasta la locura, el desvarío o la mudez.
Al comienzo una voz en off nos advierte que nos encontramos ante un hombre al que no asustan las leyendas de las montañas. A la conclusión, los mismos indios convierten a Jeremías en un mito, en otra leyenda montañesa con su propio monumento-tumba. Ha llegado el momento de buscar nuevos rumbos, desde el valle siguen llegando nuevos colonos. "-¿Adonde vas? -Al mismo sitio que tu Jeremías, no lo se". Pues entonces "Déjate guiar por el viento y sigue el camino de las nubes".
Lafuente Estefanía
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7
2 de julio de 2020
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aparentemente Firecreek es un pueblo tranquilo, una guapa pastora apacienta el rebaño junto al río, los perros andan tan tranquilos por la calle, al lado un niño juega en un charco. La escena no puede ser aparentemente más bucólica. Pero a medida que van apareciendo en escena los personajes empezamos a ver que allí pasa algo raro. No es normal tal concentración de cobardía, egoísmo, fracaso, miedo, conformismo, falta de decisión ...
Todos esconden algo, todos huyen de un pasado turbio, todos han perdido sus sueños y, lo que es peor, todos asumen ese fracaso como algo "natural". Mejor dicho, al final están satisfechos de ¿vivir? así.
En este contexto una banda de forajidos saca a la luz la situación. Ya no puede seguir igual la gente. Es entonces cuando un sheriff, granjero de oficio (Stewart), decide finalmente enfrentarse a su fracaso personal y a su fracaso como ciudadano, levantándose frente a los pistoleros en un auténtico duelo de interpretaciones. Pero la decisión no es algo que surja bruscamente, la cinta nos va llevando poco a poco y magistralmente en un crescendo de tensión emocional, la atmósfera va cargándose por momentos anunciando el drama.
Alguna reseña enfatiza el poder catalizador del viento en el desenlace. Buena idea. Pero nosotros pensamos que el director desde el principio nos está enseñando las cosas con bastante claridad. Lo muestra con ese cementerio allá al fondo que preside en lo alto la ciudad con sus cruces blancas, lo muestra también con las casas y graneros rotos y viejos como la conciencia de sus moradores, lo muestra finalmente con la podredumbre física de sus tablas y maderas solo comparable con la descomposición moral de sus habitantes.
Lafuente Estefanía
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6
4 de junio de 2020
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cinta cuenta a su manera la historia de Caballo loco, el gran guerrero indio de la tribu dakota. Hijo del hechicero, una temprana visión sobrenatural marcará su vida hasta alcanzar la dirección de su tribu. Si Caballo loco simboliza la el valor y fuerza del destino, su adversario el indio Pequeño gran hombre expresa el rencor y la mezquindad.
El marco, la imparable expansión al Oeste y el repliegue de las tribus indias a los territorios más pobres o a las reservas. En esta ocasión con blancos mayoritariamente respetuosos con los indios. Empezando por los jefes militares y los comisionados del Gobierno. Solo falta decir "que se besen".
En medio de paisajes naturales de gran belleza y de una cuidada fotografía, se desarrolla la obra con cierta lentitud. Hay que dar tiempo para que Caballo loco asuma sus responsabilidades de gran guerrero, para que supere la angustia que saberse predestinado a liderar a los suyos. La interpretación de Víctor Mature correcta, dentro de que ya no parece estar para grandes cabalgadas. El argumento basado el la vida del caudillo indio es bastante endeble. Con todo, la grandiosidad de entorno natural y la fotografía de los poblados indios o de los movimientos de las tropas, son de gran espectacularidad. No así las luchas y los enfrentamientos directos. De todas formas, una cinta para pasar un buen rato los aficionado al género.
Lafuente Estefanía
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8
3 de noviembre de 2021
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Matanza de una familia de rancheros de Nuevo México a manos de comanches. Muere el padre y tres niñas, se salva únicamente la madre, Rosalie Quaid (PIke). Primera escena.
En la siguiente vemos la conversación entre un veterano capitán, Joseph "Joe" Blocker (Bale), de vuelta de una vida castrense repleta de muertes, con su sargento de confianza Thomas Metz (Cochrane). Joe es un hombre culto, admirador de Julio César y lector de sus escritos militares. Pero a diferencia del romano odia a sus adversarios, los indios, que ha combatido toda su vida, "Los odio, y tengo un cementerio de razones para ello". Simplemente.
Ambos, capitán y sargento, se encuentran solos al final de sus carreras y reflexionan en voz alta. El sargento ha sido diagnosticado de "melancolía" por el médico, lo que hoy llamaríamos una depresión, "Te acostumbras a matar, pero no a perder hombres".
A punto de ser jubilado Joe recibe el encargo de trasladar al jefe comanche Yellow Hawk (Studi), su gran enemigo que vive con su familia prácticamente en una jaula, hasta sus tierras de origen en Montana. Tiene un cáncer terminal y el Gobierno así lo ha decidido. Estamos en 1882 y en el Este empieza a surgir cierta sensibilidad hacia los indígenas. A estas alturas.
Una vez más un western itinerante donde el viaje constituye la esencia del mismo. Un viaje de dos enemigos irreconciliables, mortalmente hostiles, pero que la necesidad de enfrentarse a un enemigo común, la tribu comanche Serpiente Cascabel, convierte primero en aliados y luego en amigos gentiles que se admiran mutuamente. También juega a favor el paso de la vida, la edad, la proximidad de la muerte ... y la nota dulce que pone la mujer. No solo Rosalie, también la delicadeza de la hija y de la nieta del viejo guerrero comanche.
Se nota en la cinta el toque fordiano por la importancia del paisaje con las fotografías de los viajeros cabalgando contra el fondo del horizonte, en ese contraluz tan típicamente "centáureo" desde dentro de la casa mirando al exterior o la misma presencia del cabo (no sargento) negro.
Excelsa fotografía que recoge con primor el detalle de los colores que capta, la música, la cuidadosísima ambientación en armas, vestuario, interiores o exteriores.
Un sólido guion que avanza poco a poco, tal vez con demasiada lentitud. El director así lo quiere en lo que parece una decisión un poco discutible. Tacaño en los diálogos, prefiere que los rostros expresen por sí mismos las luchas interiores. Lo consigue merced a la gran actuación de todos los intérpretes. Todos, principales y de reparto.
Y todo ello con personajes coherentes, dotados de una rica personalidad que evoluciona y madura a lo largo del extenso metraje. No tienen nada que ver las personas que inician el viaje con los supervivientes que lo concluyen.
Hay una suave crítica a las mentalidades cómodamente instaladas en el Este que censuran a distancia el mal trato objetivo que reciben los indios en reservas donde pasan hambre y toda clase de enfermedades. Sin embargo se trata con la máxima dignidad a los comanches. El viejo y lacónico Yellow Hawk alcanza la categoría de auténtico protagonista.
En cualquier caso al director le interesa más la persona que la etnia, al fin y al cabo, como vemos en la cinta, lo mismo que hay comanches buenos y comanches malos, también hay vaqueros buenos y vaqueros malos.
Resumiendo, un moderno western de notable calidad, tal vez demasiado largo. En cualquier caso, para los tiempos que corren ya es mucho. Muy recomendable.
Lafuente Estefanía
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