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España España · Madrid
Críticas de Eduargil
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Críticas 139
Críticas ordenadas por utilidad
7
22 de diciembre de 2016
45 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
En Un Hombre llamado Ove, Ove (Rolf Lassgård) es un viejo gruñón y antipático que solo quiere poder suicidarse para estar al lado de su recién fallecida mujer, Sonja (Ida Engvoll). Ella era la luz de su vida y no quiere vivir sin ella. Pero no es lo suficientemente habilidoso para conseguir llevar a cabo el suicidio ya que es interrumpido siempre en cada intento justo en el momento en que empieza a perder la conciencia. Son en estos momentos en forma de flashbacks cuando se nos revelan acontecimientos fundamentales y partes de su difícil vida que nos ayudará a entender su ira, frustración y pérdida. Además está demasiado ocupado peleando con sus vecinos y funcionarios del exterior como para morir todavía.

Nuestro protagonista tiene una especial inquina con la nueva familia que se ha mudado al lado, una mujer embarazada llamada Parvaneh (Bahar Pars), su marido y dos hijas, inmigrantes de Irán y con un sentido de la comunidad completamente diferente. Despedido recientemente de la empresa donde llevaba trabajando 43 años, y destituido como presidente de la Comunidad de Vecinos por su comportamiento extremo, Ove sigue vigilando el vecindario donde vive de arriba a abajo con patrullas realizadas a diario de forma puntual con el fin de hacer cumplir de forma escrupulosa las normas que rigen la Comunidad. Esto provocará continuas tensiones con sus vecinos.

Las escenas más profundas y divertidas de la película son los enfrentamientos de Ove con su embarazadísima vecina persa cuya sociabilidad y compresibilidad casi agresiva obliga al viejo gruñón a salir de su caparazón. El contrapunto físico existente entre ambos, Ove es alto, fuerte, de piel blanca mientras que ella es baja, delicada y de tez morena encuentra una cierta armonía con la obstinación de ambos. Al final desarrollan una química tan poderosa que Parveneh se convertirá de alguna manera en esa hija que nunca tuvo Ove.

Es una película agradable de ver con un tono tragicómico y sentimental, cuidadosamente equilibrado, muy envolvente donde contemplamos una profunda transformación espiritual de un hombre irritante con un carácter muy difícil que toma un nuevo camino para asombro de vecinos y personas cercanas a él. Observamos como Ove adopta a un gato callejero, salva a un hombre que cae en una vía de tren y permite a un camarero homosexual vivir con él en su casa después de que su homófobo padre lo echara.

La conjugación entre misantropía y el sentido del deber de Ove es parte del encanto de la película. No es una persona codiciosa sino más bien un hombre escandalizado porque su sentido rígido de la responsabilidad y la autosuficiencia no es igualada por el del resto del mundo a los que considera idiotas. Los flashbacks ayudan a enmarcar la psicología de Ove al tiempo que son utilizados para conseguir algunas lágrimas del espectador. Por poner un pero quizás se apoya excesivamente en clichés consiguiendo un desarrollo de la historia tan predecible que siempre ocurre todo aquello que uno espera que ocurra y justo cuando lo esperas.

Todas mis críticas en:
http://timejust.es/author/barriodelensanchegmail-com/
Eduargil
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8
18 de diciembre de 2017
35 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Columbus es la ópera prima del director Kogonada, reputado cinéfilo y crítico de cine que ha realizado numerosos vídeo ensayos para las revistas Criterion Collection y Sight & Sound sobre directores de la talla de Francois Truffaut, Jean-Luc Godard, Federico Fellini o Ingmar Bergman entre otros, pero su favorito, sin lugar a dudas, es Yasujiro Ozu, hasta el punto que su nombre artístico proviene del guionista Kôgo Noda, un habitual en las películas de Ozu. De ahí se fundamenta la clave del estilo de esta atrevida película, cuya peculiaridad radica en el papel desempeñado por la arquitectura moderna de los edificios de la ciudad de Columbus. Es una de las 10 películas independientes del 2017 recomendadas por la prestigiosa revista IndieWire.

Jin quiere huir, Casey quiere quedarse. Él tiene una relación fría y distante con el padre, en cambio, ella es cariñosa y protectora con la madre. Jin llega a Columbus para acompañar a su padre, un arquitecto muy conocido en la ciudad que se encuentra en coma, víctima de algo que no nos será aclarado, pero tampoco importa mucho. Casey vive en Columbus, por algún motivo, no quiere marcharse y, como veremos más adelante, su porqué, si es muy importante. La madre de Casey se está recuperando de una adicción a la metanfetamina, de ahí no salir volando de la ciudad.

La arquitectura es una pasión para Casey. Ella ahora está lista para ir a la universidad y tiene muchos sueños. De momento trabaja en la biblioteca de la ciudad. Jin vive en Corea del Sur, se graduó en literatura y ahora es traductor. No es el trabajo que realmente hubiera querido. Dos personas aparentemente diferentes que se conocen accidentalmente en Columbus, comienzan a hablar. Y resulta que tienen más en común de lo esperado.

La trama de Columbus aparentemente es muy sencilla y, precisamente ahí es donde reside su encanto. Aunque la belleza de Columbus no está solamente en su simplicidad, meticulosidad o en el ritmo de la narración sino en la propia ciudad en sí. A lo largo de todo el metraje se nos irán apareciendo todo tipo de proyectos arquitectónicos, iglesias, bancos, casas, etc.. Será en la arquitectura donde encontremos no sólo el hilo conductor, sino también su principal y creativo elemento narrativo, con edificios increíblemente hermosos, singulares, con personalidad propia, de formas perfectas y agradables a la vista.

Desde las primeras escenas, tanto Kogonada como su directora de fotografía, Elisha Christian, parecen estar más interesados en la estética de los interiores con agradables espacios y en la calidad visual de los edificios que en las figuras que están en o alrededor de ellos. Se nos muestra a los personajes como una pequeña parte dentro de una imagen más grande en la que el espectador deberá enfocar su mirada para seguirlos, incluso a menudo aparecen ocultos en su entorno o simplemente se presentan como trivialidades que se desvanecen frente a las impresionantes panorámicas.

La arquitectura aparece como un amigo conciliador que consigue llevar los sentimientos de los personajes a un estado de armonía. Kogonada utiliza el poderoso poder de la arquitectura para exponer y transmitir los sentimientos de sus personajes. En Columbus se intercalan las historias de las personas con la de los edificios de una manera tan tranquila y contemplativa, que exige un grado de atención máxima por parte del espectador. Con todo, los verdaderos protagonistas de Columbus no son los actores ni sus historias, sino los edificios.

Nos damos cuenta enseguida que cada toma es una escena artificial, cada plano parece estar perfectamente enmarcado y en donde la relación entre simetría y asimetría rige tanto en las imágenes como la estructura narrativa. Todo se centra en la búsqueda de la perfección, cada imagen es impactante, muy pensada, donde las formas arquitectónicas son siempre el centro de atención. Las escenas basadas en planos generales, observaciones detalladas y un encuadre maravillosamente calculado.

Por ejemplo, hay una escena en la habitación de un hotel donde aparecen Jin y Eleanor hablando de sus sentimientos y del pasado. Toda ella está filmada viendo el reflejo de dos espejos que actúan casi como pantallas de televisor. Una escena perfectamente planificada y pensada.

En otra escena, de las más hermosas de Columbus, Casey explica a Jin el trasfondo histórico de un edificio que significa mucho para ella, pero a él no le interesa los hechos históricos y no quiere una explicación como si fuera una guía turística, por lo que la pregunta específicamente porque ese edificio significa tanto para ella. De repente, la cámara cambia su posición para colocarse en el interior del edificio, de forma que vemos a los personajes de frente, detrás de unos cristales. Las palabras que Casey utiliza ahora para explicar a Jin, el espectador no puede escucharlas. En cambio, el director utiliza el lenguaje corporal de la actriz principal Haley Lu Richardson para capturar a través de su rostro todas las palabras de la explicación.

Kogonada escenifica los encuentros entre dos personas, con personalidades claramente diferentes, en entornos estéticamente muy bellos. Al mismo tiempo, la película es una oda a la fascinación por la arquitectura y un drama sutilmente narrado y cargado de diálogo entre dos personas atrapadas y estancadas temporalmente en diferentes momentos de sus vidas.

Además, Kogonada esquiva hábilmente las típicas etiquetas de las películas independientes evitando los clichés románticos y la purificación moral. Más bien, le preocupan los momentos individuales, los encuentros entre sus personajes, rodeados y envueltos entre edificios que no solo contienen sus propias historias, sino que además actúan como espejos para abrir el interior de sus almas y sacar sus recuerdos, sueños, emociones, e inspiraciones.

Hermosa fotografía, buenas interpretaciones, y diálogos muy bien escritos y sofisticados.
https://cinemagavia.es/columbus-pelicula-critica-kogonada/
Eduargil
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7
4 de diciembre de 2017
35 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi todas las películas de Hong Sang-soo tienen características similares. Por lo general, cada una de ellas se divide en varias partes y sus guiones tienden a seguir a un personaje generalmente relacionado con el mundo del cine por unos días, en un lugar en el que nunca ha estado antes, o al menos no ha estado en él durante mucho tiempo. Hong Sang-soo siempre escribe las escenas en el mismo día del rodaje como breves bocetos y el resto se improvisa.

Sus personajes que casi nunca se les ve en el trabajo, pueden contar historias en diferentes lugares o épocas, y también pueden haber historias similares de diferentes personajes, pero todas ellas están absolutamente relacionadas entre sí. Por lo general, suele haber un encuentro con un amigo o un extraño, donde no faltan los largos y reveladores diálogos alrededor de una mesa de comida donde se consumen bebidas alcohólicas un poco más de la cuenta. La aparición de las inevitables botellas verdes de Soju como la cerveza coreana mientras los personajes reflexionan sobre las relaciones humanas, son parte del paisaje fílmico del director coreano.

Asimismo, un denominador común de su filmografía son los zooms rápidos, los planos de larga duración, los sueños y uno o más personajes procedentes del mundo del cine. De hecho, probablemente uno de los personajes de En la Playa sola de Noche sea un director de cine que represente al alter ego de Hong Sang-soo. A pesar de que sus películas son aparentemente pequeñas, con modestos presupuestos, ha adquirido una reputación tan grande, gracias a su estilo propio, genuino y distintivo que muchas de las estrellas del cine asiático desean trabajar con él.

En la Playa sola de Noche está dividida en dos mitades, cada una de ellas precedido por su propia secuencia de créditos iniciales y filmado por un director de fotografía diferente: Kim Hyeong-gyu y Park Hongyeol, respectivamente.

La trama inicial se desarrolla en Hamburgo donde Younghee (Kim Min-hee), una actriz de renombre en Corea del Sur, ha viajado a casa de su amiga Jeeyoung (Seo Young-Hwa) para reflexionar durante un tiempo. El escándalo provocado en su país por el affaire con un director de cine casi ha puesto fin a su carrera profesional.

En las primeras escenas, se muestra a Younghee junto a su amiga dando largos paseos a lo largo de coloridas riberas de los ríos y por parques invernales que revelan la profundidad de sus sentimientos y deseos conflictivos. El hombre que anhela prometió viajar allí en unos días para verla pero ella realmente no confía en que se produzca tal viaje. Entre la esperanza y la desesperación, se deja arrastrar por la ciudad extraña e intenta distraerse. La acción se desarrolla de una forma muy simple con largas tomas estáticas, y sonido y luz natural, pero este enfoque naturalista se ve interrumpido por la apariencia francamente surrealista de un extraño que se lleva a Younghee, de tal forma que no sabemos si es un sueño o es real.

En la segunda parte Younghee regresa a su ciudad natal, Gangneung. Allí, durante una cena informal, Younghee y sus amigos participan en la costumbre tradicional coreana de comer juntos y disfrutar de Soju. Con la ayuda de la bebida, su corazón destrozado y mancillado se abre, adquiere el coraje necesario para revelar sus sentimientos más profundos y su dolor interno, además de plantear si realmente es tan importante el amor en la vida. Tiene palabras ásperas y desconsideradas con sus acompañantes de mesa, y comparte un beso necesario, tierno, sensual con otra mujer, la vulnerabilidad de Younghee alcanza su clímax.

Es posible disociar la obra con el artista que la concibió, pero en este caso es algo muy difícil de realizar, debido fundamentalmente a que En la Playa sola de Noche se insertan evidentes episodios privados de la vida sentimental del director. Es importante recordar que Hong Sang-soo y Kim Min-hee iniciaron en la vida real una relación cuando el primero estaba casado, una situación que generó en un escándalo de enormes magnitudes en Corea del sur hasta el punto que puso en peligro la carrera profesional de Kim y todo esto aparece plasmado de alguna forma en la película. Igualmente, debemos tener en cuenta que Corea del sur sigue siendo una sociedad conservadora, donde hasta hace dos años el adulterio era delito.

En la Playa sola de Noche es una agridulce película donde lo real y lo ficticio se encuentran y se enredan en una encrucijada de expresión artística y expiación. Hong y Kim han confirmado y confesado que están juntos, a la espera de un conflictivo acuerdo de divorcio entre el director y su esposa. Es muy posible que esta cinta, como otras posteriores de Hong en las que sean protagonizadas por Kim, sean recordadas por el mismo motivo que escandalizaron o mitificaron a Roberto Rossellini e Ingrid Bergman en la década de 1950.

Aunque es muy difícil discernir cuanto de lo narrado en En la Playa sola de Noche coincide con la realidad, si podemos asegurar que estamos ante una película autocrítica y autoreflexiva. Mientras Kim Min-hee domina la pantalla con su magnífica interpretación, la presencia de Hong Sang-soo es inconfundible, ya que una vez más utiliza su película para reflexionar sobre sus propias experiencias, utilizando personajes habituales en su filmografía. El resultado final no solo nos muestra todos los sentimientos de culpa, inseguridades y dolor propiciados por tener un affaire, sino que también cuestiona el acto noble y sincero de confesarse para descargar todas las cargas emocionales.

Los elementos surrealistas de la película, como el hombre vestido de negro que Young-hee conoce en el parque, en las playas y frente a la ventana del hotel, fueron inspiraciones espontáneas como ha reconocido el propio director. Un elemento recurrente utilizado en la historia como una especie de sombra que acompaña a Younghee. En ..... ..
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https://cinemagavia.es/playa-sola-de-noche-pelicula-critica/
Eduargil
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7
11 de marzo de 2018
31 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Calificación 7/5

La película 1945 está realizada de una manera tan sutil que cada detalle aparece cuidadosamente pensado. El escenario principal está construido en base a la relación existente entre los personajes, divididos en dos bandos, los que tienen sentimiento de culpa y los que tienen el instinto casi inhumano de supervivencia. Los que se acercan a los principios universales de la ley y la moral cristiana o los que actúan con sus propios códigos de conducta basados en la codicia. Sin embargo, de una forma u otra, todos los habitantes del pueblo están implicados y tienen parte de culpa.

El antisemitismo como si de un veneno se tratara recorrió Europa durante muchos siglos antes de Hitler. El dictador alemán no lo inventó, pero si aprendió de él y lo utilizó de forma eficaz y terrible para crear un régimen aterrador y sangriento. Y, quizás lo más trágico de esto, fue la poca resistencia que encontró en Europa central y oriental. Por un lado, el miedo y el temor al que es diferente, sin importar su utilización de forma irracional, está profundamente arraigado en muchas sociedades. Por otro lado la guerra, como tal, es una oportunidad perfecta para despertar los más bajos instintos de las personas, la especulación y los intereses oportunistas.

La presencia de dos judíos con dos grandes baúles, de forma paradójica despierta el miedo en aquellos que un día se beneficiaron de su persecución. Lo que Ferenc Török intenta reflejar es la propia sensación de ansiedad creada por lo desconocido. Las víctimas que son retratadas como peligrosos invasores por aquellos en el poder es un asunto que se repite una y otra vez.

Mientras que para algunos países, la fecha de 1945 fue el año de la liberación nazi y el final del fascismo, para otros estados de Europa del Este simplemente pasaron, de estar dominados por una potencia invasora y totalitaria, a estarlo por otra. Por lo tanto, la imprevista visita al pueblo de los dos judíos, esta cargada de un fuerte y sutil simbolismo. Lo que debería haber sido motivo de fiesta y celebración con la boda se convierte en una tragedia, en la que nadie está libre de culpa, toda la sociedad está implicada de una manera u otra, desde el cura hasta el alcalde, desde los maestros a los campesinos; de hecho, no es casualidad, que los únicos personajes con dignidad y honestidad abandonen el pueblo.

1945 está basada en el relato corto “Hazatérés” (Regreso a Casa, 2004) de Gábor T. Szántó que también colabora con el guion. Examina un lado del Holocausto que rara vez se aborda en la ficción: el regreso de los supervivientes judíos a las regiones donde fueron exterminados en masa por los nazis. Explora en la reacción de la sociedad húngara ante su llegada, después de que en el mejor de los casos, se quedara parada y viera la matanza de sus amigos y familiares o, en el peor, ayudara activamente a los alemanes. También plantea otro interesante dilema, ¿Como se puede reclamar propiedades antiguas cuando las autoridades las confiscaron y redistribuyeron a nuevos propietarios que vivieron allí durante años?.

Ferenc Török dirige su cámara casi exclusivamente a los aldeanos, interesado en reflejar cómo se les desmorona su complacencia cuando se enfrentan a sus pecados del pasado, y en evocar el ambiente asfixiante y castigador del caos existencial que ahoga a la aldea. De esta forma, Török parece evocar al célebre director húngaro Béla Tarr, en particular su obra maestra de siete horas y media, “Sátántangó” (1994), que también sigue el desmoronamiento de un pequeño pueblo cuando uno de ellos, presuntamente muerto, regresa repentinamente.

Rodada en un impresionante blanco y negro, 1945 es una película hipnótica, silenciosa y conmovedora. La fotografía de Elemer Ragalyi por sí sola es una auténtica maravilla y un disfrute de los sentidos, debido al uso exquisito de la iluminación, y a sus poéticas e impactantes imágenes, como la espléndida toma final, de gran simbolismo, y preñada de múltiples significados que cada espectador interpretará de manera diferente. Una fantástica narración visual desarrollada en la película 1945, cimentada en una fotografía austera y de alto contraste de luz.

Ferenc Török emplea constantes primeros planos íntimos y despiadados de la cara ancha y sudorosa de Isztvan (Péter Rudolf) como del resto de personajes del pueblo, mostrando casi al detalle la textura de la superficie de sus pieles, en contraposición con los planos más generales de los dos “invasores” judíos. Las cargas emocionales de los personajes se alinean de manera intangible en sus expresiones. Mediante la incorporación de escenas magníficamente enmarcadas y proyectadas en austero monocromo, la película 1945 avanza al mismo ritmo lento y constante con el que los hombres judíos continúan su marcha inexorable hacia la aldea.

En definitiva, una espléndida película, en la que todos y cada uno de los personajes transmiten veracidad y autenticidad, y en donde se generan muchísimas emociones incluso sin palabras. Esto es debido, en gran parte, al fabuloso guion escrito de forma sensible e inteligente. Excelente fotografía en blanco y negro, rico diseño de producción y excelentes interpretaciones en conjunto.

https://cinemagavia.es/pelicula-1945-critica-ferenc-torok/
Eduargil
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7
2 de agosto de 2018
29 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puntuación: 6,5

Situemos la acción
A finales de los años 60, tras ser expulsada la organización palestina OLP de Jordania por fomentar un golpe de estado, fueron acogidos por el Líbano. Lo que pretendió ser un gesto humanitario, se convirtió en una pesadilla para el gobierno libanés, porque Arafat y compañía siguieron desde allí su campaña contra Israel, con lo que hizo que éste reaccionara con ataques militares. Posteriormente seguiría la fundación de Hamas en 1987, y la intervención en el conflicto de Irán y Siria. Todo ello complicó el destino del Líbano.

La caótica situación de Oriente Medio siempre ha sido fuente de inspiración para crear tramas complejas, repletas de conspiraciones, coaliciones y enemistades, estrategias geopolíticas, debido a los múltiples conflictos que a menudo se han fermentado en países como Siria, Israel, Irán o el Líbano durante décadas. Hay toda una serie de estados y organizaciones que luchan por el poder en la zona. El origen del conflicto está motivado tanto por cuestiones religiosas como económicas (influencia y dinero).

Hacer un seguimiento de quién se está peleando con quién, por qué y para quién es casi imposible para legos en la materia, más aún si dentro de un país los grupos están peleándose entre sí. El Rehén no es una excepción, y la ciudad de Beirut donde se desarrolla la acción, es la punta del iceberg de una narrativa enmarañada, con mucha información, a veces excesiva, difícil de digerir tanto para iniciados como para doctos en la materia.

Más cerca de John Le Carré que de Jason Bourne

Rivalidades internas entre los servicios de inteligencia y los grupos terroristas, enredos casi inescrutables entre todas las partes implicadas, forman un cóctel perfecto para crear un escenario propio de las mejores novelas del maestro John Le Carré. El director Brad Anderson nos muestra un mundo cínico lleno de personajes oscuros donde el destino de las personas e incluso de poblaciones enteras no cuentan para nada.

El encargado de realizar el guion de este thriller político es Tony Giroy quien ha demostrado repetidamente su debilidad por historias extremadamente intrincadas. Esto se puede apreciar fácilmente tanto en sus trabajos como director en “Michael Clayton” (2007) y “Duplicity” (2009), como en sus cuatro guiones para la saga “Bourne“. Ahora con El Rehén, intenta describir de forma extensa, el conflicto del Líbano en todas sus facetas políticas, económicas y sociológicas.

Los fanáticos del cine de acción es fácil que no acaben muy contentos con El Rehén, porque el enfoque de Brad Anderson no es crear escenas repletas de acción y adrenalina. Su intención no es simplemente satisfacer la necesidad del espectador por disfrutar con explosiones en cada esquina y dejarlo sin aliento. Mas bien, se trata de un cine más intrincado, cuya finalidad es hacer reflexionar y pensar, a través de copiosos y profundos diálogos, y de dar entrada a oscuros y complejos personajes. En definitiva, una película mas cerca de John Le Carré que de Jason Bourne.

El Rehén se queda a medio camino

La película se mueve de forma eficaz en dos órbitas narrativas bien diferentes. Por un lado, el drama humano del personaje principal, Mason Skiles, interpretado magníficamente por Jon Hamm (con registros muy parecidos al mítico Don Draper de la serie “Mad Men“), un hombre roto, ebrio y obsesionado, caminando hacia lo desconocido sin la más mínima esperanza en el horizonte. Y por otro lado, el thriller político, donde Skiles tiene que mostrar todo su valor para enfrentarse a personajes corruptos, conspiradores y terroristas.

El Rehén tiene todos los elementos necesarios para crear un thriller tenso y triunfar sin embargo se queda a medio camino, una sensación de que falta algo, quizás porque no se involucra por completo. Por ejemplo, la película pierde una gran oportunidad para profundizar en la relación entre Mason Skiles y Karim. Observamos a Karim desamparado continuamente debido a sus conflictos internos, sin embargo, El Rehén no profundiza en dichos conflictos. Una pena.

Conclusión

El Rehén no aporta nada nuevo al género, es mas bien un film predecible, sin embargo, resulta interesante y entretenido. A resaltar, las buenas actuaciones del reparto y algún tipo de diálogo convincente, capaz de profundizar en los personajes. Quizás porque el final está claramente predestinado y, a pesar de que el escenario donde se desarrolla la acción es una bomba de relojería, curiosamente no sentimos que los personajes estén nunca en grave peligro.

https://cinemagavia.es/el-rehen-critica-pelicula/
Eduargil
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