Extraña película de vocación claramente realista y minimalista. Una historia pequeña y dolorosamente humana, alejada de cualquier tipo de épica, en la que encontramos un retrato sincero de la grandeza y las miserias de los hombres: la amistad, la generosidad, la honestidad, el dolor, las adicciones, el fracaso, la muerte...
La selección de los actores es sencillamente soberbia, destacando el papel de Ray Winston, un actor que podrías poner en una peli de Uwe Boll y tendrías una buena película. Una vez más compruebo lo fecundo que resulta el boxeo como subgénero cinematográfico. Una obra honesta y profunda que merece mucho más que el ostracismo en el que al parecer habita.

Continuación de la la magnífica saga que no está altura de sus predecesoras. Si la primera temporada fue un acierto maravilloso, la segunda fue una sacada de chorra descomunal: "que no puedo hacerlo mejor, sujétame el cubata", debió decir su creador. Pero esto es otra cosa. Es una serie que aburre en muchos de sus episodios y cuyos personajes no interesan y , si no te interesan los personajes, tampoco te interesa lo que les ocurra, claro. Esta serie siempre se ha definido por sus personajes mediocres y rutinarios que se ven envueltos en tramas algo rocambolescas, pero siempre carismáticos e interesantes de alguna manera. Aquí no, es que son todos vulgares idiotas o caricaturas o estereotipos. Y luego está Ewan McGregor, que es una estrella de Hollywood, y no puedes poner a una estrella a hacer un personaje estúpido y vulgar ¡porque es una jodida estrella de cine y no te lo vas a creer! En fin, errores de casting, un guión con posibilidades pero mal administrado, clichés y concesiones a la agenda ideológica hacen de esta temporada una fea mancha en una saga brillante.

Mel Gibson ha dirigido pocas películas pero todas son buenas o al menos interesantes. Apocalypto fue extrañamente despreciada por la crítica y se ha ido revalorizando con el tiempo.
Arranca con un marco que ya merece nuestra atención (la América precolombina, la selva y la civilización Maya), en el que Gibson desarrolla una historia simple pero muy potente. A partir de aquí la película resulta tremendamente vigorosa, tensa y por momentos fascinante.
Hacen falta más directores así, que apuestan por un cine muy personal sin renunciar a la espectacularidad, la acción o los grandes presupuestos. Bien por Mel Gibson.

Ay que dolor. Me duele hablar mal de esta película de la que esperaba tanto. El listón estaba muy alto y no, no han sabido estar a la altura. Los errores son tantos y tan gordos... lo peor es que muchos se podían haber evitado. Veamos:

- Exceso de comedia.

La primera película mezclaba con acierto aventuras con toques de comedia ligera, pero no dejaba de ser una peli de aventuras. Ésta apuesta por la comedia de manera decidida, es que ES una comedia más que otra cosa, y para colmo un humor muy tosco a veces o muy infantil la mayoría del tiempo.

-Demasiada música.

El tema de la música funcionó muy bien en la primera así que pongamos más música, música todo el rato. Pues no, no funciona, está metida con calzador, resulta cargante y da un aire de frivolidad y absurda ligereza a muchas escenas que deberían tomarse a sí mismas más en serio.

-Los personajes están estancados o caricaturizados.

Los personajes no avanzan emocionalmente, siguen planteando las mismas problemáticas que ya conocemos y además están exagerados hasta la caricatura, sobre todo Drax. ¿Por qué se gritan y se pelean absurdamente por cualquier tontería? ¿Son imbéciles?

-Los momentos emotivos son forzados.

Mientras que en la primera película la emotividad surgía de manera bastante natural y bien implementada, aquí todo resulta muy tosco y repetitivo.

-Conclusión:
Repitamos lo que funcionó en la primera parte multiplicándolo por dos. Ese parece ser el razonamiento que impulsa esta continuación y es un gran patinazo. Una película que debía ser un paso hacia adelante, volcarse a la aventura y el crecimiento de los protagonistas se convierte en una pobre caricatura de su antecesora.

Pero vamos a ver, otra vez la misma historia, señores de Hollywood: que no se puede hacer humor alternativo e irreverente mientras se rinde pleitesía a todas las obsesiones culturales del mainstream americano. Dos personajes que triunfaron por su carácter contracultural se nos presentan ahora como escrupulosos cumplidores de todos los cánones del wokismo y la corrección política. El resultado es una película tan inofensiva y rutinaria como aburrida. Absolutamente prescindible.