Buenos mimbres, sí, para haber hecho una buena comedia tipo “La vuelta al mundo en 80 días” (1956), también protagonizada por Cantinflas y muy superior a esta. Las aventuras y desventuras de Don Quijote daban a priori mucho juego para una comedia con el genial mexicano de protagonista haciendo de Sancho Panza (pero sin “panza”), más si le acompaña Fernando Fernán Gómez y un buen plantel de secundarios.

Pero la cosa no funciona, se queda en una película fallida. No es culpa de los actores, porque Mario Moreno hace lo de siempre y como siempre bien, su comicidad gestual y sus divertidos monólogos nunca defraudan. Muy bien también Fernán Gómez, un Don Quijote muy adecuado con toques cómicos y dramáticos. Y cumplen los secundarios, sobre todo María Fernanda D´Ocón como una triste y romántica Aldolza / Dulcinea, el papel menos cómico de la película, un adecuado Ricardo Merino como Sansón Carrasco, así como el siempre magnífico José Orjas. También es bastante correcta la ambientación de época y los escenarios, nada que objetar en ese aspecto.

Entonces ¿qué falla? Pues lo demás: un guion irregular y por momentos tedioso, una dirección vulgar sin la chispa necesaria, pero especialmente una duración absurdamente exagerada, casi dos horas y media, que francamente, muy pocas películas las aguantan. Así que a partir de la hora y media todo se vuelve forzado, reiterativo, aburrido, entran en juego los personajes, actores y situaciones más vulgares … y la película se estrella sin remedio. Lastima.

En resumen, película fallida. Si hubiera acabado a la hora y media, que por el desarrollo de la misma podía haber ocurrido perfectamente, le hubiera dado un aprobado alto, pero alargarla otra hora más de forma absurda la acaba convirtiendo en aburrida y tediosa. Así que lo siento, pero no puedo aprobarla. Un cuatro.

Hay parodias buenas, regulares, malas y ridículas. Me temo que esta película está entre lo malo y lo ridículo. Y el caso es que a priori tenía buenos mimbres: guion del humorista Tono (Antonio de Lara), dirección del solvente Pedro Lazaga y un buen plantel de actores, como Adolfo Marsillach, Manolo Gómez Bur, Pepe Isbert, Antonio Ozores, Juanjo Menéndez. Ángel de Andrés ... Pero nada funciona.

Intenta ser una adaptación a la española de “La cuadrilla de los 11”, comedia americana estrenada 2 años antes y protagonizada por el trío calavera que formaban Frank Sinatra, Dean Martin y Sammy Davis Jr., pero se queda a años luz de la original.

El guion confunde la parodia con lo bufonesco, que son dos cosas muy distintas. La cosa va de una especie de banda de gánsteres del Chicago años 20, pero trasladada al Madrid de los 60. Vale. Pero eso no implica que tengan que estar diciendo constantemente "ookeyy" de forma que produce vergüenza ajena. Ni que vayan en coches fúnebres que parecen sacados de las películas del Gordo y el Flaco. Ni que el jefe de la banda (Marsillach) actúe como si se creyese James Cagney, en quizá el peor papel de su carrera. Ni que el personaje de Ozores parezca una especie tuno medieval, capa incluida y hablando en verso. Ni que el patético guion acabe aburriendo a las ovejas, sin que se pueda salvar siquiera a uno sólo de los personajes ni de las situaciones.

En fin, la verdad es que no he encontrado nada salvable, ni guion, ni dirección ni interpretaciones (todos los actores citados están penosos). Le doy un 2 por darle algo. Decepcionante.

Una de las muchas comedias de Mariano Ozores que no dan la talla. De las casi 100 películas que hizo, alrededor de la cuarta parte (que no está mal, bien mirado) son salvables, interesantes, alguna incluso roza el notable, pero la mayoría son comedietas de usar y tirar, rodadas como churros y muy escasas de gracia y calidad.

Gracita Morales con su inconfundible voz hace su papel de siempre, o sea de chacha con mala suerte. Cumple bien, por supuesto, era un papel que se sabía de memoria y no defraudaba. Pero es lo único salvable (quizá junto a la gran Irene Gutiérrez Caba en un breve papel de loca). Porque el muy pobre argumento aburre, José Luis López Vázquez nos ofrece su peor versión, ridícula por histriónica y sobreactuada, Sacristán no da la talla y Ferrandis cumple sin más.

Así que ya digo: muy floja, olvidable y prescindible. Solo para incondicionales de Gracita Morales.