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Antigua y Barbuda Antigua y Barbuda · Fea
Críticas de Rodolfo Lasparri
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Críticas 61
Críticas ordenadas por utilidad
3
24 de febrero de 2013
29 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Señoras y señores, ¿donde estamos?

A) Bookaffinity,
…si "La vida de Pi" fuera un cuento-reflexivo para perezosos intelectuales, en los cuales me incluyo, la obra, sin duda, se llevaría una buena nota. Cierras el libro y da para un "toma cariño, léetelo y ya me dirás". Vamos, un 6'8 para el amigo Martel, el Bono de la literatura actual.

B) Shortaffinity,
…si "La vida de Pi" fuera un cortometraje donde se elimina lo vergonzoso, seria digno de nominaciones varias. Efectos visuales sin igual, imaginario potente, estética de pinturas de Las Ramblas (eché en falta algún plano con varios planetas en el horizonte). Muy chulo, si señor. Vamos, un 8. Sin duda, un trabajo notable.

C) Bollywoodaffinity (que molaría bastante, la verdad sea dicha),
…si "La vida de Pi" fuera un musical de un director indio. Pues vale, se lo perdonaría. Un 7. Con sus dos horas de efectos y bailoteos mirando a cámara.

D) Filmaffinity,
Si, "La vida de Pi" se trata de lo que se trata. Ang Lee (únicamente destacable por "The Ice Storm", 97) el director/encargo por excelencia se presenta al mundo, de nuevo, con una miserable idea y la convierte en una odisea con una clara intención de religiosidad universal, para que los humanos, pobres de nosotros, podamos entendernos a nosotros mismos...y su nota ya nos la da él en el título:

3'14.

Me explico en spoiler por obligación:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Rodolfo Lasparri
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9
23 de octubre de 2013
24 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primero de todo, tener presente que no estamos ante una película cualquiera. Estamos ante un evento fílmico. Ganadora de la Palma de Oro del pasado festival de Cannes, "La vida de Adèle" ha conseguido algo inaudito; que toda la crítica internacional y Carlos Boyero estén de acuerdo. Con lo cual alguna cosa tiene que haber en la película. Y la hay.

Segundo, quien confíe ver una historia de amor lésbico o una historia de descubrimiento sexual, protagonizada por una adolescente Adèle y una misteriosa chica de pelo azul va un tanto equivocado. No por el contenido sino por la forma. Me explico. Lo que falla en la ecuación es ese “una historia de”. Ya que no estamos ante un relato o una narración sin más. Ficción y sólo ficción. No. Aquí de lo que se trata es de un reflejo, de un retrato, de un baño en otras aguas. Un viaje, una epopeya que debe ser sentida, cantada, vivida. La migración de ese personaje que se sienta en la butaca hacia un torbellino emocional lleno de contrastes fuertemente intensos es total. Algunos seres de piedra harán bandera de su condición geológica. Los demás nos rendimos al rostro llorón.

Y tercero, la actriz Adèle Exarchopoulos se gana a los dioses por su trabajo y absoluta desnudez a todos los niveles frente la cámara. El trabajo y la química conseguida con su compañera de reparto Léa Seydoux es algo mágico. Forman parte de otra liga. El responsable de tal tránsito es Abdel Kechiche, director que trabaja con métodos algo sombríos para extraer de las actrices esa naturalidad insultante.

Tenemos el evento, el contexto y a un dúo que funciona. Vamos, pues, al método.

Kechiche no lo duda. Si hay que hablar de sentimientos hay que cerrar el plano. Hay que trabajar el primer plano hasta que escupa. Y lo hace. Se presenta como imposible no pensar en la obra maestra de Dreyer “La pasión de Juana de Arco” (1928), cuando hablamos de primeros planos, cuando hablamos de pasiones o cuando hablamos de la pasión de Adèle. Salvando las distancias, con éste recurso mata dos pájaros de un tiro. Por una parte, todo lo que no sea ella (y su mundo emocional) carece de importancia; familia, entorno social e incluso la propia naturaleza homosexual quedan lejos de la materia, se van apartando lentamente. Y por otra parte, el grado de implicación del público es mayor. Pero no tienes nada si no hay un buen rostro llorón enfrente la cámara. En este caso, la interpretación sirve como herramienta para el estado de ausencia y entrega del público. En cierta forma, actúa como una forma extraña de droga que te lleva a un limbo donde todo es emoción viva.

Las secuencias de sexo, de las cuales se hablará, y mucho, es preciso señalar que no se dan en la red, para la red, sino que suceden en la intimidad de una habitación del yo enamorado/a. Dedicarle una mirada puramente erótica a las imágenes sería despojarlas de profundidad. La reflexión va más con el deseo, el anhelo, el tacto, el ritual, la fiesta de los órganos y, ese espacio desconocido por el hombre, y que Kechiche presenta como, una mística del orgasmo femenino.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Rodolfo Lasparri
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1
29 de octubre de 2009
29 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Porque merecería el cero:

Porque "La cruda realidad" es una expresión que merece un respeto. "¿qué he hecho yo para que me trates con tan poco respeto?" ¿es eso lo que nos queda? Con la cotidianización de dichas expresiones se mata la fuerza y exclusividad de la idea que hay en ella. ¡Soy un amante de la fuerza que existe en el lenguaje! ¡y esa colección de publicistas y expertos en marketing no han reído ni llorado en su vida! ¡Son falsas incluso sus mascaras!

Porque con películas como estas, que apestan a incienso de iglesia, sólo se consigue continuar con los valores tradicionales y primitivos.

Porque el personaje protagonista pretende decir verdades como puños pero se queda en la anécdota, el cliché, el primitivismo y el argumento adolescente.

Porque, aunque pretendan, con el personaje de ella, sacar algún tipo de valor de carácter feminista, consiguen mantener los valores tradicionales y la imagen de la mujer débil: ella, al fin y al cabo, es poco mañosa con los hombres, repelente en su trabajo, falta de sexo, tradicional, aburrida y patosa...pero...pero...es guapísima y con eso se justifica todo. En cambio, ¿él?..dinámico, cariñoso, sucio pero majo, con valores, inteligente, audaz y, al fin y al cabo, un trozo de pan...y...."no se porque te quiero pero te quiero"... ¡anda ya! ni el guionista supo sacarle algo positivo en ella!

Porque todas las mujeres del mundo, como tales, deberían escupir y sentirse menospreciadas con este tipo de productos.

Porque todo eso no es amor. Es látex.
Rodolfo Lasparri
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4
17 de mayo de 2010
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
No, no y no. La 2 es la 2 y un remake es un remake. Vamos por partes, eso se avisa.

"¡Bien! ¡conseguí entradas para el estreno!" que suerte la mía, me dije. Mire el reloj, 21:35h, tenia tiempo para unas hamburguesas radioactivas. ¿Había descansado? si. ¿Palomitas para apestar con mi aliento a los vecinos de butaca? si. ¿Algún que otro caramelo para momento de tensión? si. ¿Ganas de pasar un buen rato? si. Perfecto. Todo en su sitio. Yo en mi sitio. La sala se apaga.

(...) "...empieza la leyenda". The End.

¡Pues que empiece! ¡Llevo tres horas esperando! ¡leches!

Desconozco el origen de mi repulsión hacia la historia medieval inglesa. Las tabernas de madera, los borrachos que caen encimas de las mesas y las rompen esbozando sonrisas, los niños huérfanos con el rosto en primer plano sucio de barro, los excrementos como champús, mierda y mas mierda, los milords y las miladis, los nobles enfundados en disfraces de negro osos yoguis, los ancianos ciegos, el amable negro, los valles verdes y los enormes arboles donde viven sociedades secretas son, a mi entender, un escenario que ya vimos. Los Monty Python retratan esa época con mucha más honestidad. Digo esto, porque imagino que la intención de bueno de Ridley (cual Gladiator) era trasladar el mito a la historia. Buscando el salto de Robert a Robin. Del burlón al proscrito. Pues nada, falto de carisma, de simpatía y de principios el bueno de Russell aburre. Le sacaron el sombrerito, la pluma, y las mallas. ¿Y qué pasa cuando le quitas a Superman el disfraz? que tienes a un ser humano mundano, mediocre. Pero en este caso ni el mediocre se salva. Firme candidato a superar los casting, Crowe nos muestra un “reality” de la Inglaterra medieval. Es tremendamente difícil encontrar algún elemento empático hacia Robert. El Clint de Sin Perdón, garrulo y cegijunto, cae bién. Hannibal Lecter, cae bien. ¡Los vecinos de Funny Games, caen bien! Pero los concursantes de la casa de Nottingham no caen bien. Error.

Sobre el sin sentido del carácter épico del film me abstengo pues merece otro párrafo.

Ella, el personaje, me encantó. En fin.

La 2 no me la pierdo.

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Nota para mí: Ridley Scott también hizo “La Teniente O’Neil”.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Rodolfo Lasparri
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6
23 de octubre de 2013
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay dos tipos de personas en el mundo. Los que les gusta Haneke y los que aún no les gusta Haneke.

A los primeros les diría que no van a encontrar muchas sorpresas más de las que hayan podido descubrir por si mismos, y a los segundos les aconsejaría directamente, no verla por dos motivos. Uno, contiene la mayoría de escenas clave de su filmografía, dicho de otra manera, está llena de spoilers. Y dos, el documental se estructura con una contracronología repasando, una a una, sus películas al detalle.

Mas que un documental, lo que encontramos son los extras de la edición en DVD de su última película “Amour (2012)”. La película empieza con ella y termina con ella. Las entrevistas a los actores y actrices que participaron con él a lo largo de los años, que son la mitad del contenido general, son en su mayoría imágenes de archivo de otros tiempos. Hay cierto aroma de promoción y propaganda. Digo aroma por no decir hedor.

Al margen de todo, Haneke continua siendo el director que ha dejado a mas gente clavada en la butaca mientras pasan los créditos. En ningún momento se niega su genialidad y el documental da fe de ello. Su precisión y exactitud, su enfermiza forma de trabajo o su rechazo absoluto a la exageración, al sentimentalismo, están a la altura de un intelecto que conoce y sabe lo que quiere. Estamos ante un director que compone las películas con los oídos, un hombre que se define como un músico, y que no cree tanto en la obra de arte, sino más bien en la pieza artesanal perfectamente elaborada. Su obsesión va más con el domino de la técnica que con el resultado. Y claro el resultado suele ser espectacular. Sirva de ejemplo su trilogía de la glaciación emocional. Tres obras maestras que deberían darse en cualquier escuela de cine. Lección segura.

El espectador se encontrará con varias respuestas al método del director. Una de ellas, que se encuentra entre las mas valiosas, es su profundo objetivo de llegar a la Verdad. Si, en mayúsculas. Perseguir un retrato de realidad que consiga agitar la conciencia del espectador. Mediante un proceso de reducción de imágenes e ideas, donde se limpia lo superficial y se quita todo aquello que sobra, se consigue reflejar la realidad. Su atenta depuración de cirujano tiene como resultado una forma indiscutible de Verdad; atroz, incómoda, pavorosa o triste, según el film.

De vez en cuando, aparecen en los medios noticias de carácter monstruoso, y la reacción general suele resumirse en ese comentario de "la realidad supera la ficción", y un servidor añadiría "salvo si la ficción es de Haneke". Su cine es el triunfo de la ficción.
Rodolfo Lasparri
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