El mayor hálito de posmodernidad que ha dado el cine. A primera vista, era la típica traslación a la pantalla grande de un videojuego, del cual se cogería el nombre, uno de sus múltiples ingredientes, y hala, a hacer caja como buenamente saben los productores. Es lo que tiene una industria con cada vez más adeptos, que luego se puede ir al medio comunicativo con más expansión en la actualidad, y asín fabricar dinero (como con los mensajes esos de que si das un euro a tal tipo, y luego le mandas un mensaje a otro tipo para que te lo dé a ti, al final todos os hacéis más ricos... Ay, el dinero, que sale de dimensiones extrañas e internáuticas).

A lo que iba, que esto no es otra estúpida película de zombies llena de tópicos y que jurarías que la has visto más de 17 veces con otros actores, no. Esto es la mayor obra que jamás podrá crear el hombre. La mayor antítesis de la historia. El día en el que el terror se esfumó de la faz de la tierra, y se convirtió en la más sonora carcajada jamás imaginada. Una carcajada que sobrepasó los límites de la felicidad, de la gracia y de la alegría, hasta llegar a la desesperación por las fatídicas consecuencias que tuvo, desde desencajes bucales a lo "The Ring", hasta terremotos, maremotos y catástrofes naturales de todo tipo. Y todo gracias al conjunto más destructivamente subnormal de la historia del cine, empezando por las interpretaciones, las peores enemigas del H&S; el guión más delirante de la historia, que dejaría a Lynch y a Buñuel revolviéndose entre sus ya desparramados sesos (con la explicación de por qué ser inmortal: para SER ETERNO... a nadie se le habría podido ocurrir jamás, lo juro). Y por supuesto, una dirección de verdad fétida, en la que es el tiempo bala el mayor protagonista, con un tiroteo que oscila entre el infernalmente patético y el simplemente indescriptible. No solo eso, sino que además esta peli ha inventado el mejor recurso fílmico jamás imaginado: el inserto de videojuego en pantalla. Mezclar en montajes epilépticos imágenes de la peli, y trocitos de la recreativa (Insert Coin incorporado), con algunas situaciones para el recuerdo, como lo del zombi con hacha + mostrenco con armadura. Cojonudo, vamos.

Y es que esta aberración fílmica no es mala, ni muy mala, ni jodidamente penosa, no. Esos son conceptos comprensibles para el ser humano. Conceptos que podemos asociar a algo, que podemos definir y ejemplificar. La obra que dio a conocer al doctor Boll (que desde luego no es humano, y si me dijeran que es un Dios, me lo creería. Es una explicación lógica a por qué el mundo va asín de mal), se pasa de todas las rayas. Sobrepasa el límite de entendimiento humano, terrestre, solar, crepuscular, infernal, y temporal. Se ha adelantado tanto a su tiempo que sólo será comprendida como obra maestra cuando el Sol engulla todo.

Impagable, uno no se puede denominar a sí mismo cinéfilo o cinéfago si no ha visto esta joya del cine. La única peli que realmente no deja a nadie indiferente.

Esta peli es genial. Sí, lo es. Porque Boll me defraudó con su peli de vampiros en el oeste, y su peli de vampiros en la edad media. La de los hombres lagarto en la que salía el polvo con música del anuncio del Corte Inglés no tanto, porque había tiempo bala, salía el malo de Blade, y además sonaba Nightwish en los créditos... Pero esto es lo mejor que ha hecho el doctor desde LA película, esa que todos ya sabemos.

Imaginaos el cine épico, ese con orcos y bichos de afilados colmillos luchando contra pobres humanos y elfos... de herencias místicas y magia... ved cómo ha ido decayendo a lo largo de los años... y ahora imaginadlo en manos de Uwe... Terrorífico, ¿verdad? No, al contrario. Es totalmente hilarante y descojonante. Os juro que dudaba si darle un 1 o un 10, y un 5 es una nota demasiado seria y que provoca indiferencia, y esto, desde luego, no deja indiferente a nadie... ni a Ratzinger, ni tan siquiera a Steven Seagal... cuenta la leyenda que el de la coleta eterna la vio, y por primera vez en su vida ejercitó los músculos de la cara. No es para menos. Pero al final me decanto por la máxima nota, porque joer, lo merece, ese combo argumental, de dirección, interpretaciones, música... Vale, sigue sin haber insertos videojueguiles, y por extraño que parezca, ¡no hay tetas! Qué cosa malvada, pero bueno, ha recuperado, por arte de birlibirloque, el grandioso tiempo bala... Qué puto amo este Uwe. Y eso que estamos en una peli «medieval».

No hablemos de giros argumentales impresionantes, ni de personajes tan elaborados que pueden hasta ni tener un nombre, ni de guión, porque menudas frases que sueltan los personajes, y por supuesto, no hablemos de relaciones entre personajes, que en más de una ocasión (y dos, y cinco, y diez) nos dejarán preguntándonos de qué se conocen los tíos estos, por qué hablan, de dónde ha salido tal o cual mindundi, o de quién será hijo/a para salir en la peli... ah, no, esto último no. Hablemos de las interpretaciones, de como Jason Statham sigue siendo Transporter sin problemas, aunque le cambien el nombre (vale que no nos acordemos de cómo se llamaba el transporter, pero da igual) o los ropajes, o le pongan una espada. Me sigue cayendo bien, y sigue demostrando cómo sabe de zurrar a los malos. Ron Perlman, el tipo antiguamente conocido como Gimli (el Word me sugiere Gilí, a saber por qué) y Burt Reynolds, aportan veteranía a tal esperpento... hay que comer, pensarán, y tito Burt apenas puede aguantar el descojone en cada una de las escenas que sale. Por su parte, el que hace de sobrino dejaría en ridículo tanto a Jim Carrey como a Nicolas Cage en un concurso de muecas, tal es su magnificencia. Y Ray Liotta lo intenta, pero tanto botox sólo le permite mantener una eterna sonrisilla malévola dental. Ah, bueno, también salen muchos floreros por la pantalla, aún no lego a entender muy bien su función, pero bueno, en especial la de la Lokken.

[Sigue en el spoiler, sin ídems, es que he hecho una "crítica" enorme]

Pensaba hacer una crítica a ritmo de rap y tal, pero como es un estilo de música que he acabado odiando por su hipocresía, pues lo hago normal y ya está, así veréis que no pretendo ir de graciosillo original ni nada por el estilo.

Lo que se nos presenta aquí es una de esas series que acaban convirtiéndose en obra de culto que llaman algunos. ¿Qué tiene de especial? Pues ese ambiente anacrónico y extravagante que mezcla dos cosas tan dispares como los samuráis y el hip-hop, al igual que ya hizo el señor Watanabe en su anterior obra, "Cowboy Bebop", con el jazz y lo futurista.

La animación quita el hipo, sin ser los diseños de los personajes nada realistas, sino más bien unos tipos Grequizados (vamos, muy alargados), y con unos movimientos harto flexibles y que les hace parecer carentes de huesos en muchas ocasiones, pero vaya, que está tratado con mucho mimo. Los colores son un placer para la vista, y los movimientos imposibles de los personajes, cargadas sus expresiones faciales de sentimientos, consiguen crear unos tremebundos festines visuales en las escenas de acción, que faltar, no faltan, tranquilos.

Los personajes son realmente carismáticos, si bien Mugen, en mi humilde opinión el que acaba por ser más cargante debido a su condición de típico prota de anime chupa-cámara con cerebro de chavalín y ansias de ser el más fuerte, acaba por tener demasiado protagonismo, pero bueno, es costumbre en los animes que el personaje más mediocre sea el protagonista (Naruto, Seiya, Shinji Ikari...). Los capítulos, aunque auto-conclusivos, te van llevando por una liviana historia principal mientras los personajes viven aventuras de lo más extravagantes. No quiero spoilear, pero hay cada episodio que vaya delirio (empezando por ese cuyo final es imposible).

El montaje, la música y el ambiente en general, aunque hip-hopero, no resulta odioso ni nada por el estilo, sino realmente curioso y gamberro. El breakdance, los graffitis, las bases rítmicas, algunos scratchings en el montaje (ni idea de si debería llamarlo así, pero bueno), y los tíos esos raros que se dedican a rimar, ayudan a aumentar la extraña atmósfera con la que aquellos que busquen cualquier rigor histórico, cargarán con enormes espadas y hachas, porque hay hasta tipos con relojes por ahí. Yo es que la historia no la he llegado a comprender nunca, y en una serie de dibujos que no empiece con "Érase una vez..." no busco ningún contenido educativo, la verdad.

En definitiva, una serie frenética, divertida, carismática, original, y varios adjetivos más que remarcan la calidad que tiene, y que si eso peca de tener un hilo argumental demasiado poco fuerte, y vamos, lo de los tópicos en los protagonistas de los animes, que es lo más perdonable porque aquí al menos tienen personalidad.

No es que el mundo esté loco (que un poco sí lo está). Lo que pasa es que hay días (más bien noches) malditos. Suele decirse que padecen el síndrome de la Luna Llena, aunque suele ocurrir en noches de cuarto creciente.

Y es que en algunas noches en las que estás tirao en tu cama, sin ningún plan establecido, empiezas a sentirte asfixiado, diciéndote: «Joer, ésta es mi noche, hoy me debería estar comiendo el mundo». Es un impulso irrefrenable que acaba siendo una catástrofe, por culpa de nuestra incesante manía de no aceptar la no-satisfacción de nuestras apetencias. Así que nos ponemos nuestras mejores galas, nos duchamos, y gastamos en nosotros mismos todo el bote del AXE o del Old Spice, que tiene un nombre más cachondo. Y nos pillamos el bus, y el metro, y acabamos a tomar por culo. No llevamos el coche por esa predicción de que vamos a acabar mazo ciegos la noche.

[Sigo en el spoiler, sin desvelar nada]

El problema que tiene esta pinícula es que no es una pinícula realmente, es un prólogo. Y por eso el título. Y es que jode cuando te dejan con la miel en los labios de forma tan descarada. En las series no me gusta, pero lo comprendo. Pero jopé, hacer un díptico durando la primera parte hora y media... no sé, no lo comprendo. O por lo menos que no se canteara de tal modo el hecho de que es un prólogo. Porque la peli empieza en el presente, se plantea el caso de la desaparición de la muchacha y aparece el investigador, y de repente... la tipa le habla de la leyenda del sitio. Y cuando ya lleva más de 10 minutos la historia, empieza a oler a chamusquina. Y cuando lo ha contado, pasada más de una hora, vuelven al caso y... fin. Hala, además en plan capítulo no autoconclusivo total (a lo mejor fue mi imaginación el haber escuchado el sonido que sube el volumen cada vez que en "Lost" hay una sorpresa justo antes de acabar cada capítulo). Y luego incluyen el "En el próximo capítulo", solo que sin poner el letrerico, pero vamos, se ve un pequeño avance de la siguiente parte, que promete, más aún después de escuchar al dire, a ver si es verdad. Se supone que iba a ser un tríptico pero al final no, se quedará en dos. Menos mal.

Bueno, una vez he rajado a gusto, pues he de decir, que si uno se olvida de que es todo un prólogo, omite los 15 primeros minutos, los 2 últimos y alguna escasa voz en off (y en especial, omites la VOMITIVA interpretación de Norma Ruiz que de verdad que dirá tres frases y aparece en dos escenas y deseas matarla desde que abre la boca nada más empezar el metraje y no puedes parar de pensarlo hasta que no acaba con el "Continuará..."), se puede ver que el cine fantástico español va por el buen camino. Para empezar, porque se ha alejado miles de kilómetros del tufo Filmax que tan penosos resultados ha dado, y que ha mancillado suficiente el nombre de Howard Philips Lovecraft. Y porque ya no es realmente dominio solo del bajo presupuesto.

Esta producción tiene solvencia, un diseño de producción acojonante, unos decorados, exteriores, vestuario, fotografía buenísimos. Efectos especiales no sonrojantes (salvo algún pequeño momento). Las interpretaciones son correctas, si bien omitimos que Daniel Liotti tiene un acento de tres pares de narices, y Francisco Maestre, cuyo personaje es inglés, nada de nada, uno se queda como "¿QUÉÉÉÉÉ?". Y aun así, la interpretación de este último es bastante buena, y su personaje, el señor Aleister Crowley, es a la vez siniestro y llamativo. Y físicamente pega como este hombre.

[SIGUE EN SPOILER SIN ESO MISMO]