Una gran oportunidad de negocio para tres hermanos es el punto de partida para esta historia en la que se nos muestra cómo la ambición y la codicia conducen a la podredumbre humana. Bette Davis nos ofrece una actuación realmente extraordinaria como Regina Giddens, la loba del título que está dispuesta a pasar por encima de lo que sea y de quien sea por lograr sus logros. Frente a ella, está la figura de inocencia y bondad de su hija Alexandra (la hermosa y talentosa Teresa Wright en su debut) que aprenderá que algunas veces no hay nada peor que la propia familia.

Dirigida por el maestro Wyler, es una película imprescindible para los que somos admiradores de la gran Davis.

Esta película es muy especial para mí: con 12 años, fue la primera película adulta que vi en un cine (algo risible ahora, tomando en cuenta que en el cable la pasan a toda hora) pero en su época causó sensación y en el 88 no se hablaba de otra cosa (obviamente con la inmediata aparición de la lambada pasó al olvido). Pese a ello, esta película tiene tal encanto que sin ser una obra maestra, que sin tener el argumento más original, que sin poseer una dirección inspiradísima o actuaciones dignas de un Oscar hace que la haya visto más de una docena de veces convirtiéndose en la película que más he visto en mi vida y que volvería a ver una y otra vez sin chistar. Eso es sin duda alguna, la magia del cine y esta película la posee.

La banda sonora es otro punto importante, con el tema ganador del Oscar "(I've had) The time of my life", "Hungry eyes", "She's like the wind" y una gran colección de temas sesenteros que hacen de éste un soundtrack de colección.

Una Jennifer Grey encantadora y un Patrick Swayze en su mejor momento nos conducen a este relato inolvidable. Vestron Pictures, gracias por darnos este film.

El cine oriental hace mucho que dejó de producir solamente cintas de artes marciales o de geishas, para prueba esta deliciosa comedia dramática que nos guía por la historia de un aburrido y metódico contador que un día decide aplicar a una academia de baile atraído por la guapa profesora que vive una amargada vida. Ahí, el sr. Sugiyama (Koji Yakusho) convivirá con entrañables personajes (Yoko, el sr. Aoki) a medida que siente que el baile es un escape a su aburrida forma de vida, pero luego comprenderá -al igual que nosotros- que no hay nada mejor que compartir todo lo de nosotros con los que más queremos.

Secuencias inolvidables: la primera clase de baile, cuando el sr. Aoki es descubierto y claro, la escena del campeonato de baile además de la secuencia final. Se hizo un remake americano, apenas comparable con ésta, su versión original.

Por años escuché magníficos comentarios de esta película pero me fue imposible verla, por ello cuando se montó en Lima la obra basada en este film no lo pensé dos veces y acudí a verla y quedé fascinado por este relato sobre la hipocresía de las instituciones familiares.

Por lo mismo, no dudé en adquirir el DVD y presenciar esta celebración del buen cine; en un relato brutal, mordaz y hasta desagradable por ratos pero elaborado con una brillantez propia de los genios que uno no puede sino continuar devorando esta historia pese a que presumamos que con el pasar de los minutos las cosas se podrán poner más feas y sórdidas..... tal como efectivamente sucede.

Las actuaciones son excelentes, destacando las de Ulrich Thomsen, Thomas Bo Larsen y Paprika Steen como los tres hermanos. Bien merecido el premio en Cannes y toda la buena fama ganada a través de los años. Una joya.

Indudablemente, el primer título que se me viene a la mente al escuchar la palabra "clásico" es éste. Motivos sobran: una pre producción antológica, un ego al frente llamado David O'Selznick, un actor que no quería el rol protagónico, una protagonista que no se encontraba desatando la más grande lucha entre las estrellas femeninas de la época por el rol, una secundaria dispuesta a todo por participar en esta película incluso a pelearse con su jefe Jack Warner, y una expectativa del público por ver como se filmaría la -en ese entonces- novela más popular del momento.

Pues bien, todo ello no fue sino el preámbulo perfecto para dar paso a la considerada película más amada de todos los tiempos...... y en mi caso no es la excepción, una maravilla de película como ya no se hacen.

Rhett y Scarlett en las pieles de Clark Gable y Vivien Leigh son los antihéroes más queridos que el cine nos ha brindado, ambos sumidos en una historia de amor-odio que abarca cuatro horas de nuestras vidas y que nos demuestra la atemporalidad de un film cuando está bien hecho y el carisma de las estrellas del ayer que no poseen ni por asomo las actuales. No puedo dejar de mencionar a Olivia de Havilland en el papel de la siempre correcta Melanie, rol por el que peleó y marcó un hito en su carrera. En resumen: el CLASICO por excelencia.