Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de harryhausenn
<< 1 2 3 4 10 30 >>
Críticas 146
Críticas ordenadas por utilidad
7
4 de octubre de 2016
67 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pese a haber dejado el listón bien alto con su anterior guión, Sheridan no se intimida y vuelve reforzado con una brutal crítica al sistema financiero de EEUU, a la banca que oprime a las clases bajas para salvarse ella de su propia y pésima gestión. Dos hermanos están a punto de perder la granja familiar, tras fallecer su padre, debido a una encerrona burocrática, por lo que tienen que recurrir a un plan desesperado, pero controlado al milímetro, para poder dar a sus hijos una vida digna.

Comancheria es el título original de la obra: comanche, en la lengua nativa de esta tribu, significa "enemigo de todos", como bien nos explican en una escena de la película. En EEUU han preferido cambiar el título por el mucho más poético, Hell or high water, que podría traducirse como "contra viento y marea" y que refleja perfectamente esta aflicción que lleva a los protagonistas a delinquir para poder sobrevivir.

La película se trata de un neo-western en el sentido más ligero del término: marginados que recorren los áridos campos de Texas y Oklahoma, de pueblo en pueblo, con la justicia pisándoles los talones y encontrándose con todo tipo de personajes pintorescos que Mackenzie pone a nuestra disposición en un polvoriento retrato en bruto, entre lo agrícola y lo industrial, que complementa la denuncia del guión a la perfección.

El género revitalizó con la actualización que realizaron los hermanos Coen, la magnífica No es país para viejos, la década pasada. Sin embargo, comparándolo con el mayor referente, Comancheria renuncia a gran parte de escenas de acción para centrarse en el drama, en la historia de perdición y redención de los malhechores, pero también el de los problemas existenciales del sheriff a punto de jubilarse. Lo que parecería contraproducente para una actualización de un western, funciona como un reloj para poder mantener el tono de la película, donde la ética y la legalidad ceden su puesto a la esperanza de quienes ya no tienen nada que perder.
harryhausenn
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
21 de agosto de 2018
84 de 111 usuarios han encontrado esta crítica útil
David Robert Mitchell presenta su nueva película tras sorprendernos con It follows. Se trataba esta de una excelente película de terror. Una premisa original, un ente que sigue a su víctima a paso lento y que se transmite manteniendo sexo, apoyada por una dirección impecable. Mitchell se reveló como un joven talento que supo asimilar los códigos de estilo de los 70, sobre todo del maestro John Carpenter, para mezclarlo con un estilo propio que ya ha dejado su huella en la generación del nuevo milenio. Además, la metáfora de la presencia amenazante como el angst adolescente mostraba igualmente un guionista que evitaba caer en explicaciones obvias, en repeticiones ni en revelaciones evidentes.

En su nueva película, Mitchell vuelve a asimilar unos códigos de dirección clásicos para readaptarlos a un público joven. Esta vez se decantanda por los años cincuenta, sobre todo en Hitchcock, como nos lo confirmará una tumba a mitad de película. Lentas persecuciones con planos que se superponen entre corte y corte recuerdan a Vertigo. Pero también tenemos a un interés amoroso que imita a Marilyn Monroe en la piscina o un protagonista rebelde que en el último plano emula a James Dean. Janet Gaynor hace aparición y cada apartamento está plagado de pósters de películas. Así, continuamente, innumerables referencias captan nuestra atención sepultando el alma de la obra.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
harryhausenn
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
13 de septiembre de 2021
82 de 111 usuarios han encontrado esta crítica útil
Coches, chicas y violencia, como bien resumió Russ Meyer en uno de los títulos más explícitos de la historia del cine, Faster pussycat kill kill, son las tres premisas para fabricar exitosamente una película. Una orgía frenética de sexo, violencia y adrenalina. Ducournau, laureada con la Palma de oro con esta, su segunda cinta, desdibuja los límites entre esos tres elementos para constituír el grueso de su incipiente carrera. Se abre así al espectador un espectro de sensaciones que va desde la ciega atracción hasta la repulsión por puro instinto, de quedarse con ganas de más a rezar por que se termine pronto.

Crudo, su debut en el largo, se recreaba en la explicitud del gore para representar el despertar sexual, lúdicamente, asumiendo su lado más splatter. En Titane, sin embargo, pese a que los coches, las chicas y el sexo vuelven a hacer acto de presencia, el tono cambia completamente. Ducournau logra renovar la fórmula del horror visceral, el body-horror, descubriendo así nuevos terrenos en el cine de género.

Una de las mayores bazas de la dirección de Ducournau es que aparte de no sobrecargar al espectador con información, hace de la sutilidad la clave de la narración. Inútil de subrayar, de hacer que los actores reciten líneas para aquello que ya se ve, Ducournau se posiciona contra el guión literario como anticinematográfico y pone a la imagen como principal conductora. Una elipsis, un plano fugaz nos da la suficiente información que necesitemos para construir el relato. Sin embargo, esta conexión de instantes no tendrán lugar de forma inmediata, sino que con gran habilidad la cineasta nos abandona en el misterio durante una cantidad generosa de tiempo, teniendo que avanzar a ciegas, desconcertados. El objetivo de la directora es que la turbación sea el sentimiento que nos acompañe durante toda la sesión. Como toda situación desconcertante en la vida real, primero la sufrimos. Luego ya la razonaremos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
harryhausenn
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
3 de junio de 2018
60 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
Farhadi, reforzado tras ganar un segundo Oscar, sale de su zona de confort para su nuevo proyecto. Por primera vez ha rodado en España y con dos estrellas internacionales como protagonistas: Cruz y Bardem. Un pueblo de la meseta, todo lo contrario a las historias urbanas que ha rodado en Irán, será donde un magnífico elenco deberá descubrir el autor de un crimen. Eso sí, el triste acontecimiento será tan solo una excusa para que descubramos los secretos y los rencores del pasado, aún presentes aunque se escondan bajo una sonrisa. Aquello que todos saben, pero que nadie dice.



Aunque se trata de un marco único para el director, aún así podemos reconocer su estilo personal según la historia se va desarrollando. Los descubrimientos y las complicaciones del relato se nos presentan con toda naturalidad y sencillez, sin golpes de efecto, sin música, sin planos reveladores, en silencio y con toda calma. Al igual que ya ocurría con Una separación, El pasado o El viajante, parece que la reacción ante las revelaciones pertenecen únicamente al espectador. En cualquier caso, nunca a los actores, que, pese a su tono relajado, lejos del tour-de-force, sus actuaciones son más que solventes y precisas, sobre todo las de Penélope Cruz y Bárbara Lennie. Esta contención parece ser la clave del éxito de las historias de Farhadi: Un hilo narrativo que se expande con total suavidad sin obstáculo alguno.



Asombra comprobar lo bien que el director conoce la vida en los pueblos que retrata rechazando además ir a lo fácil: el exotismo y el folklore. Ecos del cine de Saura resuenan de principio a fin. Farhadi nos presenta un marco agradable, cordial y tranquilo donde el mínimo roce desencadenaría consecuencias fatales, una hostilidad oculta en el reverso de la postal. Esto es, cada conflicto que se repite en todos los pueblos: disputas de tierras y herencias y rumores que siempre son verdad. Gran sorpresa de comprobar Farhadi, de paso en España, haya osado plasmar un retrato tan verosímil sin intentar meterse al público español en el bolsillo. Una decisión arriesgada que se convierte en su mayor valor.

Por último, señalar que según el relato avanza, nos damos cuenta que la identidad del criminal no importa en absoluto, quedando relegada casi a un MacGuffin. El interés recae en saber todo lo ocurrido en el pasado entre esos personajes. Cada revelación golpea sutilmente la trama y la herida hace mella en el desarrollo de cada personaje. Cuanto más nos acercamos a la solución del caso, mayor destrucción entre ellos. Inevitablemente, pese a la solución del problema, esos secretos y rencores impedirán un final tan feliz como nos gustaría. Y a su vez, la identidad del criminal será otro secreto que todo el mundo sabrá en el pueblo aunque nunca lo dirán.

hommecinema.blogspot.fr
harryhausenn
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
1 de enero de 2017
57 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver Personal shopper supone tal enganche que es casi imposible despegarse de la pantalla. Es la misma sensación que nos invade al no poder apartar la vista de un accidente de carretera: la atracción por el desastre, la adrenalina por el horror, el morbo por lo siniestro: en definitiva, la dirección de Olivier Assayas.

El argumento y el comienzo son maravillosos. La asistenta personal de una superestrella de la moda tiene el poder de contactar con los fantasmas atrapados entre los dos mundos. Stewart viene como anillo al dedo al relato gracias a su aura cool, a su ya icónica apatía y también a la credibilidad con la que equilibra su languidez con la inquietud en las escenas de tensión. En las primeras escenas la vemos recorrer a oscuras una mansión vacía buscando señales del más allá. El sosiego con el que se desarrolla este pasaje recuerda ligeramente a la obra maestra de Guerín, Tren de sombras e incluso a la póstuma Visita, memorias o confesiones de Oliveira. Pero el globo se desinfla enseguida.

Assayas de repente nos planta ante tres historias sin llegar ninguna de ellas a profundizar lo suficiente como para ofrecernos una trama sólida. Al principio, la historia de fantasmas logra atrapar nuestra curiosidad con sus modestos efectos especiales en pos de una mayor carga dramática, en la línea de La fille de nulle part de Brisseau. Desgraciadamente, su desenlace resulta ridículo e innecesario. Tras ello, el peso del thriller se limita a dos escenas tensas y a unas interminables conversaciones por Whatsapp mediante las que el director intenta que el mundo espectral confluya con el terrenal, pero fallando estrepitosamente. Utiliza para ello un coqueteo con el riesgo y el peligro que en ningún momento pone al espectador en aprietos.

Por último, la historia de la vida laboral de la protagonista. Utilizar como excusa a una asistente personal para lanzar dardos contra la industria de la moda resulta demasiado fácil, pero ya que se empeña uno en llevarlo a cabo, al menos esos dardos deberían lanzarse con más ganas. Una jefa déspota y rácana y un viaje express a Londres no son suficientes para sostener la que se supone que es la trama principal, la que da título a la película. Pero además, Assayas tiene la osadía de criticar la falta de libertad de los fotógrafos de moda respecto a las marcas cuando él mismo, en un ejercicio de esquizofrenia o de petición subliminal de auxilio, vayamos a saber, publicita descaradamente a Chanel y Cartier. Incluso va más lejos situando el confuso epílogo en el sultanato de Omán, coproductor de la película, notándose a la legua la imposición de los mecenas.

Personal shopper podría engrosar la lista de clásicos del cine tan malos que se vuelven de culto. Probablemente lo consiga, siendo el principal responsable el propio director debido al abuso de sus recursos habituales. El cine dentro del cine, en un pasaje con el cantante de moda encarnando a Victor Hugo - episodio que recuerda al estilo de Albert Serra y, desde luego, mucho más interesante que la propia película. Pero el espectador también ha de sufrir sus ya característicos fundidos a negro que dificultan la cohesión de las ya de por sí deshilachadas tramas. Por no hablar de la distancia que el director toma de los códigos del cine de terror o del thriller, probablemente para huír de cualquier atisbo de cine comercial, pero brindándonos en cambio una película vacía, hueca, mal construída y mal rematada.

Un horror. Disfrutable, claro que sí. Pero un horror.
harryhausenn
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 10 30 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow