Hasta ahora, cosa que ya no podré decir, todas las películas que he visto que contaban con Nicolas Cage en el elenco de personajes me han encantado… incluso aquellas de las que, a través de amigos o conocidos, me llegaban malas críticas, como City of Angels.

Todas y cada una de ellas, al finalizar, me dejaban en la boca un sabor más o menos bueno… pero ninguna me había dejado el sabor del tiempo perdido.

Y es que la vi con muchas expectativas porque, como ya mencioné, me encanta el actor… expectativas que, a medida que avanzaba la trama, se iban evaporando más y más.

El argumento cada vez es más y más surrealista, hasta el punto de que parece que el guionista se metió algo realmente chungo antes de ponerse manos a la obra. Y una película que empieza medianamente bien se convierte en un sinsentido.

El resultado es una película larga, lenta, aburrida, mediocre, absurda… y muchos calificativos más, pero ninguno bueno…

Y el resultado para mí ha sido el sabor del tiempo perdido en la boca.

Me parece que, al igual que el protagonista, esta película se encuentra en un punto entremedio: entre el mundo de las películas para adolescentes y el de los dramas románticos.

Y es que es un quiero y no puedo. Un quiero parecerme a ese Ghost, interpretada por el inolvidable y tristemente ya desaparecido Patrick Stewart, y no puedo ni acercármele a las suelas de los zapatos.

Pero, a pesar de mi dura crítica, reconozco que la película me ha “gustado”… vamos, me ha parecido entretenida y me ha hecho pasar una tarde bastante amena. Pero gustar, lo que se dice gustar, de parecerme un peliculón, pues como que no.

Supongo que no estoy siendo imparcial, pues no puedo evitar verle demasiadas coincidencias con Ghost (película que me encantó en su día). Seguro que, de no de haberla visto, le daría mejor nota… pero esto es lo que hay. En el spoiler cito algunas de las similitudes con su predecesora.

Y lo que son las cosas… el prota, que es el que debería despertar las simpatías de los telespectadores, me cae mal; me parece el típico chulito de instituto, el niñato que hace lo que le sale de los bajos, sin importarle nada ni nadie.

Y la antagonista, Annie, que es la que debería caernos mal, a mí me cae bien. Porque la película logra reflejar lo que hay detrás de esa máscara, lo que la hace ser como es… cosa que no consigue del todo con el prota. (Más en el spoiler)

Hay un refrán que dice así: quien mucho quiere, poco abarca.

Eso es precisamente lo que le pasa a esta película, quiere abarcar demasiadas cosas, demasiadas situaciones con demasiados personajes en ellas… demasiadas historias, que al final se enredan de tal manera que acabas perdiéndote sin saber muy bien de qué va la cosa.

Es una pena porque la película es un mensaje en sí misma, un ensayo sobre la violencia, sobre las desigualdades sociales, sobre el abuso de poder… sobre muchas cosas…

Y digo que es una pena porque al ser tan enrevesada, ese mensaje puede pasarnos algo desapercibido mientras la vemos sólo como una película difícil de seguir.

La película está cargadita de tópicos del género…

*- Presos fugados toman como rehenes a una familia, generalmente formada por féminas o algún hombre viejo y/o enfermo
*- El marido está fuera
*- Uno de los miembros de la familia es un niño pequeño o está enfermo, o tiene cualquier otro problema
*- Uno de los presos no es lo que parece
*- Al final… bueno, no hace falta ser adivino para saber cómo terminan este tipo de películas

No necesitamos ser como Sherlock Holmes para ir previendo lo que pasará, según va avanzando la película.

En ese aspecto, no se puede decir que la película aporte nada nuevo o mínimamente original al género del thriller.

Hay que tener eso en cuenta a la hora de puntuar, por supuesto… pero, también hay o habría que tener en cuenta el nivel de entretenimiento aportado.

A mí, por lo menos, no me ha hecho mirar ni una sola vez el reloj para saber cuánto le quedaba para terminar… cosa que sí me ha pasado con películas de trama más elaborada y/o compleja.

Y es que a veces, simplemente apetece encontrarse con una película que nos entretenga, que nos saque del tedio de una tarde aburrida o nos haga más llevaderas esas largas noches veraniegas en que nos desvelamos por el calor.

Debo admitir que en ese apartado cumple bastante bien.

Pensemos en esto:

¿Es previsible? Sí

¿Está cargada de tópicos? Sí

¿Es entretenida? Sí

¿Cuántas películas que dicen no a las dos primeras, pueden mantener el sí en la tercera?

“¡Vaya pepa!” ése fue el juicio de mi madre tras ver esta película y, dado que la vimos o más bien la sufrimos juntas, tengo que secundar la moción. (En mi tierra, pepa significa bodrio)

Es una de las payasadas más grandes que he visto en la pantalla en toda mi cinéfila vida.

Toda la película va de los desvaríos de un tarado, que se llama a sí mismo Bronson o Charlie Bronson porque no hace más que repartir leches durante toda la película, cuando no se las están dando a él.

Eso no es una película señores… una película cuenta una historia, transmite algo.

Ésta no cuenta nada, nada coherente por lo menos. Y no transmite nada, a no ser vergüenza ajena.