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España España · Barcelona
Críticas de Lluís
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Críticas 66
Críticas ordenadas por utilidad
8
8 de abril de 2014
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director nipón Yasujiro Ozu (1903 – 1963), uno de los pilares del cine clásico japonés, abarcó durante su carrera el cine mudo así como el blanco y negro y el color. Con la familia como eje de su filmografía, su obra se basa en el retrato de la sociedad japonesa contemporánea, lo cual hizo creer a sus compatriotas que este cine sería difícilmente entendido fuera de sus fronteras. Es por ello que la primera retrospectiva de Ozu no se llevó a cabo en Occidente hasta finales de los 70 en el Reino Unido.

En esta ocasión, nos presenta en color unos suburbios japoneses donde sus habitantes están obligados a vivir en comunidad. Se vale de una cámara fija que no se mueve en ningún momento y de unos encuadres milimétricamente planificados, en el que cualquier objeto de decoración o movimiento de los personajes ha sido antaño ideado en la mente del director. La posición de la cámara cuando hay movimiento de personajes se sitúa en la distancia justa que en la que se ha calculado la secuencia espacio-temporal.

En clave de comedia, Buenos días, nos presenta un seguido de personajes, las mujeres que disfrutan de las habladurías y de las invenciones sobre los demás guardando en ellas reminiscencias de la crueldad japonesa de antaño (la forma de tratar a la madre cuando le dice que la debería de llevar a morir al monte de Narayama), los padres de familia anclados en el tradicionalismo cuya vida va del trabajo al bar y del bar a casa a dormir, una generación joven con una vista más amplia hacia occidente (profesor de inglés y la joven de la cual está enamorado) y por último, unos niños los cuales reclaman la llegada irremediable de la occidentalización.

En estos niños se muestra lo que es la occidentalización japonesa, que no es un cambio de culturas ni de tradiciones (aunque sí que existe cierta destradicionalización vigente), sino que el fruto de esto será la convivencia de dos mundos condenados a entenderse. ¿Para qué desean con tanto fervor una televisión? Pues ni más ni menos que para ver combates de sumo, una tradición japonesa milenaria.

Lo que observamos en esta película, no se distancia mucho de lo que podría pasar en cualquier zona rural de nuestro país, donde hay mujeres que hablan por hablar (el gusto por el noble arte de malmeter sin fundamento), hombres que trabajan y se emborrachan y nuevas generaciones exigiendo una renovación de sus formas de vida.
Quizás lo que más se aleje de nuestra cultura sea la forma de protesta, la huelga de silencio, pues no es sino una huelga a la japonesa, en la cual lo que prima es la sobreproducción, es este caso de silencio, ya que su padre les culpa de hablar demasiado.

http://cinemonogatari.blogspot.com.es/2014/04/ohayo-buenos-dias-1959.html
Lluís
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6
2 de diciembre de 2013
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nicanor Loreti es un buen espectador de Quentin tarantino y Robert Rodríguez y ha decidido hacer lo que hacen ellos, es decir, trocear escenas de sus películas favoritas cual artista apropiacionista y reinventarlo para darle un toque personal metamorfoseando el resultado final.

La película para mi gusto empieza bien, con una escena estilizada en blanco y negro de boxeo que nos muestra el trauma del protagonista, pero, a partir de aquí, la cosa no me acaba de convencer con los primeros quince minutos de metraje. A lo largo del film los diálogos que reinventa de Tarantino, en un principio me resultan un tanto insulsos, copiando un vocabulario soez a lo argentino pero sin rasgos de brillantez, no obstante, a medida que pasan los minutos los diálogos van ganando en calidad e innovación pero sin llegar a lo más alto. En el aspecto tarantiniano no acaba de estar a la altura, pero tampoco es algo que se pueda criticar, es difícil atrapar al cinéfago de Knoxville.

Sin embargo, en su faceta más violenta, hace un trabajo muy destacable, al nivel de Robert Rodríguez sabiendo sacarte una carcajada a partir de diferentes aberraciones cometidas sobre los malos que convierten en un imposible la pasividad del espectador que comparte el humor negro que caracteriza este tipo sangrías alocadas.

El resultado final es un producto fresco, que se ve con divertimento, que entretiene desde la humildad, que cumple sin mayores pretensiones y que se agradece al ver los dinámicos y simpáticos títulos de crédito.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Lluís
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8
15 de agosto de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es imposible que prime la objetividad en esta crítica, la cual considero algo especial y fuera de la tónica de las demás, debido a que he de reconocer que el director chino Zhang Yimou es uno de mis cineastas favoritos en activo. Nos deleitó a todos con aquellas historias protagonizadas por mujeres (Gong Li en la mayoría de ocasiones) que se veían obligadas a luchar en un mundo donde reinaba el machismo y la falta de libertad, ya sea en los años veinte o en las zonas rurales en la era comunista. Una vez pasada aquella etapa de los noventa, en la década posterior nos sorprendió y para bien con aquella trilogía wuxia, formada por Hero (2002), La casa de las dagas voladoras (2004) y La maldición de la flor dorada (2006), donde las espectaculares coreografías de luchadores desafiando las leyes de la física creaban unas escenas de acción sin precedentes dentro de un relato melodramático con una factura técnica impecable gracias a los intensos juegos cromáticos de una fotografía sin igual.

La película que nos atañe hoy es La joya de Shanghai, un nuevo reto para Yimou, que en su afán por experimentar diferentes temáticas y géneros se decantó por adaptar libremente una novela de gángsteres ambientada en la ciudad que da nombre a la película en los años 30. El relato es presentado a partir de los ojos de un joven de 14 años que emigra del pueblo a la ciudad con intención de hallar una vida mejor. Sirve como criado durante una semana para la femme fatale (más caprichosa que poderosa) de un jefe de la tríada china estrechamente ligado al régimen del dictador nacionalista Chan Kai Shek.

Durante la primera parte del film nos adentramos en el mundo de esta mujer (Gong Li) a la vez que en los negocios del jefe de la mafia, todo ello visto siempre desde la distancia con la que asiste a los hechos el joven protagonista. Una fotografía en ocasiones similar a la empleada por Kubrick (plano fijo con un único punto de fuga central, pero en esta ocasión con la cámara pegada a unos de los extremos), nos muestra los entresijos de los diferentes espacios donde se mueven los protagonistas y nos adentra además en los constantes números musicales ofrecidos por Gong Li, entremezclando el ocio y los negocios.

La segunda parte del film, que transcurre en una isla debido a un choque de intereses en una explosión de violencia entre bandas, consigue hacer ganar en intensidad al film, desnudando la personalidad de Xian Jimbao (nuestra Joya de Shanghai), consciente de sus errores y consecuente con ellos, a la vez que nos regala escenas de gran lirismo tanto visual como auditivo como cuando Gong Li junto al niño criado y una niña que vive en la isla deciden interpretar una canción en un momento imprevisto.
Pero por si algo destaca esta película, no es por la dureza del mundo de la mafia ni por los entresijos que estos puedan llegar a tener, es por una fotografía inmensa, que convierte casi cada fotograma de la cinta en una maravillosa obra de arte. Las escenas en la isla, donde hay constante juegos cromáticos de azules, ocres, verdes y amarillos son puras reproducciones de obras impresionistas que bien podrían ser del mismo Claude Monet.


Luis Suñer


http://cinemonogatari.blogspot.com.es/2014/07/shanghai-triad-1995-la-joya-de-shanghai.html
Lluís
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7
18 de febrero de 2013
11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque el mensaje intrínseco del cortometraje se haya visto reflejado en la gran pantalla cientos de veces (el absurdo de la guerra y la reafirmación de que la ignorancia, la creencia en la superchería y que la falta de humanidad, no reside en la raza de un ser humano sino en el ambiente en el que éste se ha visto envuelto en desarrollo de su vida, especialmente la infancia), y sea de lo más políticamente correcto, como dice otra crítica en esta misma página, no viene de menos recordárnoslo, una vez más, aunque sea para aquellos que repudían el cine de hace 50 años y no se acercan al mundo del blanco y negro.

Personalmente, me ha sorprendido el nivel técnico del cortometraje que nos atañe, los efectos especiales están muy bien conseguidos, los detalles medianamente cuidados y la ambientación (aunque no resultara complicada) bien lograda. Destacar la calidad de la música, que logra emocionar y no se resigna a acompañar la imagen para salvar la papeleta sino que merece una mención especial y en ocasiones hasta se come el contenido que observamos en pantalla.

El punto negativo, a mi parecer, está en las interpretaciones, sobre todo de la protagonista, que no me acaba de convencer y me descoloca por momentos y que en algunos minutos del metraje no puedo evitar pensar que estoy presenciando una ficción y no una realidad.

Un buen trabajo que bien se merece el Goya que ha ganado.
Lluís
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7
6 de junio de 2014
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde Grecia y con el premio a mejor director y mejor actor (fascinante interpretación de Panou) en el pasado Festival de Venecia nos llega Miss Violence, la película del debutante Alexandros Avranas que no dejará indiferente a nadie.

Rodada casi en su totalidad en interiores a golpe de planos semifijos y duraderos, nos introducimos en el seno de una familia sumida en un ambiente claustrofóbico en el que el espectador no se demorará a la hora de percibir cierta descolocación mental en lo que lo convencional se refiere. Un olor a podrido que escondido en lo más recóndito de este anómalo hogar le obligará mantenerse alerta, atento a cada personaje, casa gesto, cada detalle.
Avranas irá dando pistas, nos mostrará comportamientos, nos introducirá en el corazón de esta familia para luego ir desvelando una a una las dudas planteadas, a partir de una reflexión que relaciona autoridad y violencia, desde la física a la psicológica, adentrándose en lo más oscuro de la perversidad humana, dejándonos un testimonio que evidencia algo que muchas veces nos negamos a creer, o tan solo tratamos de esconderlo, como hace esta familia ante los asuntos sociales en un plano secuencia de diez minutos de duración que recorre, desde varias miradas distintas, todas y cada una de las habitaciones de una cárcel sin intimidad alguna; y esto que nos interpela y decidimos mirar hacia otro lado es la perversidad del ser humano y el daño que su autoridad puede otorgar para con los más débiles.

Una filmación tan artesanal, sumida en los interiores, con un ritmo tan pausado y con una temática tan turbia, sumado a la presentación y seguido desnudo de los personajes hasta llegar al corazón de la maldad y la violencia, no deja este trabajo muy lejos de algunas de las películas filmadas por uno de los directores europeos mejor considerados del momento, hablo claro, de Michael Haneke.

http://cinemonogatari.blogspot.com.es/2014/06/miss-violence-2013.html
Lluís
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