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España España · L'Olleria ( Valencia )
Críticas de Grijander
Críticas 1.060
Críticas ordenadas por utilidad
2
10 de diciembre de 2010
10 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algunos consideran esta película como el segundo remake de 'La invasión de los ladrones de cuerpos', pero quienes la hayan visto se darán cuenta de que es más un adaptación (supongo que libre) de la novela de Finney que, personalmente, tengo cada vez más ganas de leer para ver si es tan buena como dicen o, por el contrario, es una cagada del tamaño de las películas.

Abel Ferrara dirige esta película de puta pena. Los encargados del guión debieron darse cuenta que ls gritos en 'La invasión de los ultracuerpos' funcionaban e hicieron bien en intentar aprovecharlo. ¿El problema? Que fue lo único que hicieron bien. El resto es para mear y no echar gota. El aroma que tenía "los ultracuerpos" y en parte también "los ladrones de cuerpos" se pierden por completo. Aquí el director se empeña en señalar con el dedo y gritando a todos y cada uno de los bichos. Por momentos me ha recordado a alguna de las secuela de 'Los chicos del maíz'. Aquí no hay misterio, ni miedo ni mucho menos algún interés. Los personajes son planos a más no poder y las interpretaciones ayudan más bien poco. Un soldadito chungo-guay, una adolescente en plena rebeldía emocional, una chica que se escapó de la movida madrileña y un niño que hace que te preguntes por qué no abortó su madre.

La película ganaría algún punto si se quitaran unos diálogos que son absolutamente vomitivos. No tienen el más mínimo interés y se componen de cuatro palabras sin sentido cada vez que alguien abre la boca. Los no "invadidos" podrían serlo perfectamente, porque tienen la misma expresividad que el mando de mi PlayStation. Sabemos quienes son los "malos", repito, porque el director se empeña en que te des cuenta. Planos absurdos y personajes que hablan como Chuache en 'Terminator' son las armas de Ferrara para que veamos qué malos son los bichos.

Resumiendo que es gerundio: tras ver en un par de dias 'La invasión de los ladrones de cuerpos' y 'La invasión de los ultracuerpos' y ver un enorme cambio a favor de la segunda, llegué a pensar que la tercera podría mantener el listón. Pues sí. Mantiene el de la primera.
Grijander
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4
16 de noviembre de 2012
0 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La pasión de Cristo adapta el libro ese gordo que escribió mucha gente y en el que hay una cantidad incalculable de mentiras que ha convertido a sus seguidores en zombis jesucristizados, pero ese no es el tema. El tema es que es una película en la que Mel Gibson invirtió casi 50 millones de dólares para promocionar. Casi nada.

Mel Gibson, ese personaje tan extraño que, por desgracia, pasará a la historia más por su antisemitismo que por su aportación al cine (que es mucha y muy buena) dirige, escribe (en parte) y produce La pasión de Cristo. Habían pasado nueve años desde que Gibson dirigiera Braveheart, su última película hasta entonces, y el buen hombre empleó todo ese tiempo en estudiar todos los puntos de vista sobre el sufrimiento de Jesús antes de morir. Luego, cogió lo que más le gustaba de cada escrito y lo fundió en una película que tiene un poco de todos pero no lo tiene todo de ninguno. A mí que venga alguien y me diga que La pasión de Cristo es una película dura me parece una soberana gilipollez, sinceramente. Y me lo parece porque Mel Gibson, en un ataque continuado de onanismo, se recrea con el sufrimiento del hijo de su Dios e intenta que todos sientan lo mismo. Lo jodido es que gran parte del público que ensalzó la película es de una religiosidad sectária, con lo que el controvertido director logró su objetivo. Más allá de que la película cuente una historia mucho menos dura de lo que debería y de que sus dos horas sean lo más cercano a la eternidad que veremos en nuestra vida, hay que destacar una banda sonora de muy alto nivel y una presentación estética formidable, solo estropeada por la morbosa cámara lenta que tanto y tanto aparece para dar por saco.

Jim Caviezel hace un papelón de la hostia. No debe ser fácil tener la única misión de estar con la boca abierta y ver con un solo ojo porque el otro lo tapa el (genial) maquillaje, pero Caviezel hace que la necesidad por aportar algo se convierta en una virtud digna del mayor de los elogios. Maïa Morgenstern también está a la altura con un personaje mudo que debe valerse de la cara para transmitir sensaciones, algo que también podría explicarse a Monica Bellucci, una actriz que estaría tremendísima incluso vestida de astronauta. Gran sorpresa la de Hsirto Naumov Shopov en la piel de Pilatos y destacables también los trabajos de Francesco DeVito en el papel de Pedro y el de Luca Lionello en el de Judas. Mattia Sbragia, gran actor italiano, soberbio. Satanás está interpretado por una mujer (¡cómo no, señor Gibson!), Rosalinda Celentano, de quien no se puede decir demasiado, ni bueno ni malo, porque solamente se pasea arriba y abajo. La labor de la mayoría de los actores cobra más valor cuando se tiene en cuenta que tuvieron que aprender y hablar lenguas que no conocían.

Resumiendo, que es gerundio: para empezar a ver La pasión de Cristo se deben dejar a un lado las ideas religiosas. Yo, que soy ateo, comencé a verla con una emoción que creció durante la primera media hora de película, donde se estancó durante otros 30 minutos hasta llegar a la segunda hora de película, un rato infumable de azotes, burlas, sangre y crucifixión del que esperaba acabar acojonado. Sin embargo, ni el buen trabajo de Jim Caviezel en la piel de Jesús me hizo sentir la mínima pena por él. Y si alguien me dice que de lo que se trata es del sufrimiento, que por eso se hace hincapié en él, que la historia queda en un segundo plano porque de lo que trata la película es de expresar una idea, le diré que vea Funny Games, que acojona de verdad. Esta peli tendría que haberla hecho Haneke, coño...
Grijander
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1
8 de agosto de 2013
1 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La fuga del Mal. Así se titula la cuarta entrega de la interminable saga de películas sobre Amityville. En este caso, la producción dice adaptar la novela de John J. Jones titulada Horror en Amityville parte II, aunque lo cierto es que, salvo por el tema de que una familia llega a una nueva casa, no hay nada en común.

Sandor Stern escribe y dirige esta película que ejemplifica como muchas otras (por desgracia) la definición de la palabra "innecesario" en el mundo del cine. Es innecesario que se siguieran haciendo películas sobre Amityville después de que, tras una notable primera entrega, la franquicia cayera en picado y se metiera de lleno en un bukake de talento nulo. Stern llegaba tras un par de trabajos "oficiales" tras las cámaras y buscaba utilizar el nombre de la película como trampolín. El caso es que aquí ya no queda ni rastro de lo que en otro tiempo fue la casa de los horrores, y ahora resulta que una lámpara con forma de robot gracioso tiene dentro un demonio y que, cuando se enfada, mueve el cable. Sí, os lo juro, es así. Si contado parece de chiste, cuando lo veáis, si lo veis, os vais a partir el periscopio anal y, en plena carcajada, os daréis cuenta de que Sandor Stern pone música de tensión y que en verdad está intentando hacer un producto serio. Está claro que las limitaciones económicas están ahí, pero Stern, lejos de intentar minimizar daños planteando otro tipo de película, se mete incluso con el tema de los efectos especiales, entre los que me gustaría destacar esos ojos teñidos de rojo del gato con el Paint.

El reparto es... bueno... es... El reparto es una puta mierda pinchada en un palo, así de claro. Stern comete otro error de bulto, que es dirigir a los actores como si se tratara de mongolos sin talento. Y vale que no tienen talento, pero lo otro sería decir demasiado, por mucho que den esa sensación. Lo retiro, va, que están por ahí Patty Duke y Jane Wyatt y se merecen un respeto. La familia está formada por la mamá, Lou Hancock, una mujer incapaz de mostrar emoción alguna; la hija mayor, Zoe Trilling, que visto el pozo de mierda en el que se encuentra está hasta aceptable y, sobretodo, muy ochentera ella; el mediano, Aron Eisenberg, quien después de ser un niño repelente que provoca ira por parte del espectador en Amityville 4, acabó convirtiéndose, maquillaje mediante, en el popular Nog de Star Trek y, por último, la pequeña de la familia está interpretada por una (en ese momento) pequeña Brandy Gold, que pese a su edad es de lejos la mejor del reparto. Por ahí hay varios curas, siendo Fredric Lehne el que interpreta, con poca fortuna, al que más relevancia tiene.

Resumiendo, que es gerundio: la saga Amityville tiene muchas papeletas para ser una de las 3 peores de todos los tiempos, sobretodo comparada con otras de larga duración del cine de terror, pues en todas hay varias películas interesantes. Me quedan unas cuantas por delante en esta maratón amityvillesca, pero las sensaciones antes del partido no son las mejores. Es que, de verdad, una lámpara no puede ser el villano de una película de terror. ¡Ataque del cable furioso! Vamos, no me jodas...
Grijander
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2
9 de diciembre de 2010
21 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película trata temas tan duros como la represión socio-política y la corrupción en los altos mandos y es muy admirable que alguien se atreviese a llevar a la gran pantalla una adaptación de la obra literaria de Jack Finney, pero voy a ser claro: esto es cine.

En lo que a mí se refiere, busco en una película el placer que traen consigo un buen guión, una buena dirección, una bonita fotografía o unas actuaciones que me hagan creer en lo que estoy viendo. Y la verdad, aquí no me encuentro nada de eso.

Mi enhorabuena al cámara porque es de lo poco que se salva. Mantiene los planos firmes y se mueve con soltura, aunque para su desgracia, muchas veces toma el peor camino, haciendo caso a las órdenes del señor Siegel. El director, la verdad, es que no sé lo que pretende. Asustar, inquietar, iluminar al mundo o simplemente subirse al lema "Juntos por una buena causa", pero a mi la verdad es que me deja con una cara de gilipollas cuando termino de verla que ni Ed Wood. Teniendo en cuenta que el guión es una de las mayores basuras que he tenido ante mis narices, le daría a Siegel el beneficio de la duda en cuanto a su trabajo en esta película (no hablo de sus otras obras y no dudo de su capacidad cinematográfica), pero es que el tipo se empeña en que una película que no llega a la hora y media se te haga eterna. Y lo peor de todo es que se te hace interminable una historia que un niño de cinco años te puede resumir en diez minutos sin dejarse nada. Igual la caga tanto porque no sabía que estaba haciendo una película con tintes políticos.

La primera media hora es pasable. "Interesante", pensaba mientras daba comienzo la película y llegaba el primer giro. Luego, llegado un punto, el castillo comienza a derrumbarse a gran velocidad, de modo que pasas del interés al hastío casi sin darte cuenta. Cuando los fallos en la trama se cubren con calidad, se convierten en meros detalles, pero cuando se toma al espectador por tonto, pasan a ser cagadas.

Luego leo en una crítica a alguien que dice que "si da para tres remakes será por algo". Tócate los huevos Manolete. Entonces Casablanca debe de ser una mierda como un piano, porque de momento no tiene remake (y esperemos que si algún día se hace no sea a través de la disparatada idea de Madonna)

Se puede utilizar el cine para "salir" de una dura opresión y para expresarse libremente, y es algo muy de admirar, pero de ahí a que sea la hostia la película solo por tener crítica social... Por esa regla de tres, 'Jarabe de palo' es el mejor grupo actual y Tim Allen es el tipo más altruista del mundo por hacer películas de Santa Claus, criticando que la magia de la navidad se está perdiendo.

Resumiendo que es gerundio: admirable crítica social, mala película. Y si, se puede hacer todo junto y hacerlo bien. ¿Las uvas de la ira? ¿La ley del silencio? ¿Matrix? ¿Cualquiera de zombis?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Grijander
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3
25 de agosto de 2009
7 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un chaval de... 12 años? que tiene una mente y un dominio del habla espectacular, con frases dignas de Bruce Willis en La jungla de cristal, resulta que es algo cabroncete y va por ahí haciendo putadas (unas más y otras menos gordas). Su primo va, después de perder a su madre, y claro, como tiene el tema tan reciente, nadie va a creer lo que dice. Macaulay sigue a su bola por ahí, impasible siempre, con gesto tranquilo, como cualquier loco, pero claro, el otro viene de algo muy fuerte.
Nada, que el 3 es porque hay algunos diálogos (los menos) pasables, porque Elijah Wood lo hace bastante bien, y porque me gusta el invento dispara-tornillos. El resto de la película, no tiene pies ni cabeza. Está mal construida, es irregular, patina a cada escena, los planos pasan de ser sugerentes a ser mierda pura, la história es muy aprovechable (pero no quieras que diga un niño cosas que no sabria decir ningún adulto) pero se pierde, es aburrida, bastante soporífera, lineal, previsible y, en definitiva, una castaña como un piano.
No se la pierdan. Bueno, mejor si. No la vean.
Grijander
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