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España España · Córdoba
Críticas de El Libanés
Críticas 1.442
Críticas ordenadas por utilidad
7
28 de julio de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kill Bill tiene un talento y una cohesión que superan a su primera parte, algo lógico, es la continuación y todos los personajes previos ya están introducidos, sabemos hasta cómo irían a comprar el periódico y cómo lo pedirían. Tarantino es un zorro listo, sabe cómo empezar y sorprender, justo cuando esperas espadazos y contorsiones varias, se saca una hermosa escena en blanco y negro de reflexión.

Uma Thurman, tremenda actriz en todos los sentidos, se echa en sus espaldas un personaje que en manos de otras podría quedar plana. Seguimos con lo de siempre, a diferencia de otras obras de este director, o te van los géneros que te homenajean o estás perdido, aquí no te valdrá solamente con sus virtudes (que las tiene) para que te mantengas pegado a la pantalla.

Ahora bien, si te gusta, entrarás en una montaña rusa genial, para que el enfant terrible, amparado en unos tremendos actores (Michael Madsen simplemente lo clava, qué decir de David Carradine) juegue a fusionar con gracia lo que fue el western de Sergio Leone y ese cine oriental de violencia y katanas que a él a buen seguro le divertía desde sus humildes orígenes, donde ya llevaba ese amor por el cine que le ha propurado tan increíble trayectoria.

Cameos de viejos conocidos como el gran Samuel L. Jackson nos hacen pensar que hay un universo tarantiniano, si Stan Lee tuvo el suyo, él también puede ser metaficcional. Estos personajes y esas brigadas asesinas recuerdan mucho al episodio piloto que rodaba Mia Wallace en Pulp Fiction... Hay una cohesión interna y una extraña sensación de que incluso el personaje más hiperbólico tiene sentido, no es familiar.

¿Falta algo más? Pues sí, Daryl Hannah, impecable en todas sus apariciones. No creo que Kill Bill tenga nada oculto más allá de los juegos de artificio, piruetas, diálogos del Far West y capacidad de una fuerte narrativa. No porque a Tarantino y a su equipo les falten luces, al contrario, pero aquí simplemente van a lo que van, a divertirse y a homenajear.

Y encima, les sale muy bien.
El Libanés
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4
25 de julio de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película que si te pilla descuidado te hará pasar un buen rato. Algún gag es muy divertido, especialmente por obra y gracia de Gabino Diego, un actor muy dotado para la comedia y que tiene una singular manera de plasmar a estos personajes, ya sea a un rey pasmado o una fusión como acertadamente dicen otras críticas en esta misma página, de personaje de Paco Martínez Soria y Andrés Pajares en sus días con Esteso.

Arturo Fernández regala el galán que siempre ha sido, para lo bueno y lo malo, con esa facilidad suya para hacer de truhán caduco, repitiendo muchas de sus coletillas, pero con mucha simpatía natural. El resto del reparto acompaña, Pepe Sancho, Ángel de Andrés, Loles León y compañía cumplen en la medida que deja posibilidades el guión.

Por lo demás, Antonio del Real nos regala una comedia como fueron aquellos días del destape, explotando a la perfección la fortuna de contar con una actriz del atractivo físico de Kira Miró. Algunos momentos incluso rayan el mal gusto y otros el esperpento más sin gracia, mientras que hay otros diálogos que verdaderamente hacen esbozar una sonrisa.

En definitiva, graciosa y mala a partes iguales, lo que pasa es que la denominación de origen es española y hace que en ocasiones no la perdonemos como si hacemos en ocasiones con otras comedietas igualmente zafias, sinsentido y con gracejo que vienen del otro lado del Atlántico.

Si sabes a lo que vas, se deja ver.
El Libanés
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La Casa de los Dibujos (Serie de TV)
SerieAnimación
Estados Unidos2004
6,4
2.243
Animación
6
25 de julio de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos la hemos ganado. Sí, damas y caballeros, no se alarmen y enciendan las luces de emergencia. ¿Cómo podemos ver tantos programas de formato media tarde, esa cadena de concursos de famosos y esos Big Brothers y luego enfadarnos porque Dave Jesser y Matt Silverstein creen esto? Es el resultado de su tiempo, ni más ni menos.

"La Casa de los Dibujos" es un show inteligente y con una capacidad de pervertir a los adorables dibujitos de nuestra infancia. Una princesa Disney que tiene orgamos ante los grandes accidentes, un Superman pansexual que le pega absolutamente a todo, un Bob Esponja destrozado y un amplio etceterá.

Es un programa que no se casa con nadie y que es verdaderamente impactante la primera vez que se ve. Humildemente a mi parecer bastante más interesante de ver que los fenómenos de la pequeña pantalla a los que parodia. Como fuere, esta serie de animación tiene otra cara, un aspecto que es poco menos que discutible hasta el extremo.

En una tónica que en ocasiones siguen otros shows como "Padre de familia", sorprende y desilusiona un poco cuando los espectadores tenemos la sensación de que esta irreverencia también nos toma el pelo. Que hay instantes en que las bromas soeces y lo subido de tono es simplemente eso, una gamberrada que permite ahorrarse horas de trabajo y argumentos más currados, cogiendo la vía rápida de lo desagradable. Y lo grotesco, que en ocasiones puede ser genial, en exceso agota y cansa.

Un producto de su tiempo y que debería hacernos reflexionar. Una nota absolutamente condicionada, algunos capítulos me han parecido muy, muy buenos, otros mucho peores y encima con el agravante del mal gusto.

A buen seguro, no les dejará indiferentes.
El Libanés
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7
23 de julio de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Scott Cooper nos presenta la historia de Bad Blake, un músico country a punto de entrar de la peor manera posible en el ocaso de su carrera, combinando sus intervenciones en locales del Oeste americano con una fuerte dosis de bebida y dejadez. Los tiempos cambian y aunque algunos antiguos discípulos suyos (Colin Farrell) prosperan, su incapacidad de escribir nuevas canciones y su turbulento pasado, parece que nunca volvera a ser quien fue.

Típica cinta de superación y con romance de rigor (una Maggie Gyllenhaal atractiva pero en un papel un poco insustancial en algunos momentos), pero con dos factores vitales. El primer y más importante, como han comentado otras críticas, un colosal Jeff Bridges, creando a un viejo cow-boy que pese a sus defectos se le hace simpático al espectador desde el minuto 1. Como apunta Carlos Boyero, el viejo diablo hasta canta bien.

El segundo aspecto de la ecuación que eleva sus prestaciones es el papel de la música a lo largo de la trama, excelente, con un gran mérito para algunos como Farrell, que dan perfectamente el pego como cantantes de este género que aquí no es en buena medida desconocido.

Los amantes del buen cine disfrutarán de la presencia de un viejo caballero como Robert Duvall, que también fue uno de los productores de este proyecto de Scott Cooper. Le valió un merecidísimo Oscar a Bridges, cuya carrera ya lo demandaba.

Una oda de amor a un tipo de arte, hecha y repleta de buenos sentimientos. Por momentos algo ñoña, pero con un encanto añejo de buen vino y con estupendo intérpretes y buenos temas musicales.
El Libanés
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8
20 de julio de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Anatomía de un asesinato" es una de las mejores películas de un gran cineasta, Otto Preminger, quien acaso tal vez haya sido muchas veces subestimado. Su trayectoria fue excelente en el séptimo arte y esta cinta de juicios lo demuestra. El día a día de un caso morboso que altera la tranquila vida de un pueblo donde, de repente, todos tienen que meterse en el juego de la abogacía, el vecino con el que hablas de beisbol puede convertirse en un terrible fiscal acusador.

Una atractiva mujer (Lee Remick), es la caja de Pandora que desata un juicio contra su arisco esposo, antiguo militar, encarnado por Ben Gazzara. La duda es si la buena señora le fue infiel o por el contrario fue forzada, lo cual excusaría a su esposo, en parte, de su desmedida reacción contra un conciudadano. Sorprende el rigor de los conocimientos jurídicos que refleja el guión de la obra.

Para salvaguardarse, la pareja se confía en el bueno de James Stewart, quien encarna aquí un personaje que le aleja de otros bondadosos benefactores que muchas veces ha caracterizado. Aquí sigue siendo un paladín de causas perdidas, pero es también más cínico, memorable en sus conversaciones con el gran Arthur O´Connell, a la par que socarrón... Con todo, los espectadores de hoy en día no se escandalizarán como lo hizo el público norteamericano de aquellos días por la utilización de la palabra "braga" (aunque visto el conservadurismo que aún tienen alguno todavía tendrá un soponcio).

Preminger narra con una fluidez y un estilo innegable, como muy bien apuntan críticas previas en esta misma página, hay un bonito homenaje al jazz durante esta fina diserción que recuerda por momentos a lo que luego será "La duda". Estamos ante una compleja red de araña donde todos tienen sus motivos y nadie es el malo de su historia.

Tal vez el desenlace, como le ocurre a otro magnífico exponente del género, "Testigo de cargo", no cuaje todas nuestras expectativas, pero estamos ante un visionado casi de obligada referencia para los amantes de este tipo de filmes.

¿Veredicto? Muy buena.
El Libanés
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