Interesante película indie que nos sumerge en la realidades y particularidades culturales de la América profunda sureña. Con una premisa poco explorada, el señor D. Burris nos presenta un filme que realza la importancia del pasado en las configuraciones sociales de la sociedad actual, en este caso las secuelas que tiene para una pequeña comunidad dixie un suceso violento dentro del bando sureño durante la Guerra Civil de Estados Unidos.

El elenco, la mayoría desconocido, ha funcionado bastante bien. Aunque destaco el papel de un ya adulto Haley Joel Osment, que se ha alejado de las grandes producciones de Hollywood y que sigue en su -dificilísima- tarea de escapar a su inolvidable rol en Sexto sentido.

La película muestra una interesante radiografía del sur estadounidense, con sus paisajes, tradiciones y su variopinta gente (rednecks), por lo que gustará bastante a los que gustan tanto de esta región estadounidense como de este subgénero cinematográfico. Respecto de sus falencias argumentales (pues técnicas hay muchísimas), me parece que el final es un algo aparatoso y falto de cocción.

Aclaro, no estamos ante un gran guión, ni una gran dirección, lo que incluso lleva a considerar al filme como una apuesta experimental o pieza prima de un director novato (que lo es). Aún así, ofrece pinceladas para el disfrute de los amantes de este cine no comercial y para los que gustan pensar sobre la importancia de la Historia para la vida.

Interesante película con algunos de los actores jóvenes de mayor proyección del Hollywood actual. Evan Peters como el chico rebelde y problemático; el talentoso irlandés Barry Keoghan como el chico con deficiencias emocionales; y Blake Jenner como el típico guaperas, componen esta particular pandilla de ladrones.

Esta es una película que, a pesar de su sencillo argumento (y predecible desenlace), consigue proyectar alta tensión durante gran parte del metraje: en efecto, los momentos previos al robo, el robo mismo y las secuencias posteriores poseen una carga dramática fabulosa. Estamos ante una historia sobre las consecuencias del "dinero fácil", la estupidez propia de la juventud y las malas decisiones.

Hay que decir que el director Bart Layton, que ya nos había presentado el interesante documental El impostor (2012), incluye elementos de falso documental a la cinta, consiguiendo un mayor realismo, un mejor desarrollo de los personajes y una buena argumentación de la trama.

En general, una buena película que le aporta cosas nuevas al desperdiciado género de robos y atracos.

¿Pero qué tenemos en esta cinta protagonizada por el tal Balfourt?: Un tío cojonudo que tras ser secuestrado lo meten a un horno inmenso a que se ase vivo mientra purga sus pecados, al más crudo estilo Saw (2004). Mientras sube la temperatura, su verdugo le hará reflexionar sobre lo que realmente importa en la vida.

Con esta premisa se desarrolla 200 Degrees, cinta que tiene unas actuaciones de pena, un guión que se cae por sí mismo (uno de los giros de guión más previsibles en décadas); y un final horrendo. Si estás como para perder tu tiempo, adelante, hay un par de risas garantizadas con las tonterías de esta enésima copia de Saw.

Bueno, y otro coñazo de Balfour, que desde La masacre de Texas lleva dando tumbos y tumbos en una carrera que se fue a la mierda.

Sin rodeos voy al grano de porqué esta es una de las mejores películas del año.

1. Un Tom Cruise en estado de gracia. El tío con 55 tacos encima corre, salta, pelea, arriesga su propio físico por dar lo mejor de su personaje. Y la verdad que como público es gratificante ver a un actor comprometido con el producto que se nos está vendiendo.

2. La película tiene algunas de las mejores escenas de pelea cuerpo a cuerpo que he visto en décadas. Joder, la intensidad de las mismas es fabulosa. Brutal.

Sigo en spoilers.

Que estamos ante una muy buena película del círculo indie estadounidense que bebe de las aguas de los hermanos Coen y que, al igual que filmes como Comanchería o The Hollow Point, entra a nutrir el western moderno. Con una gran actuación del veterano Hawkes y una eficiente y convincente dirección de los Nelms's brothers, esta es una cinta que te entretiene de principio a fin. El toque de sátira al cine policíaco, el humor negro y lo surrealista de algunas situaciones, junto a su buen guión, consolida una cinta bastante original y que no te deja indiferente. Pienso que es merecedora, incluso, de una segunda parte.