Por los elogios hacia esta película me acerqué a verla. Hablaban de una "madre coraje". Pero no es una madre coraje sino una justiciera al estilo Charles Bronson con un desprecio absoluto a todas las normas de educación y convivencia. Y lo peor es que creo que el director pretende que nos riamos con eso. En estos casos se plantea el dilema de valorar la película en su conjunto, dirección, actores, montaje, música, etc o lo que la película plantea como discurso. Los americanos y sus apologistas están acostumbrados a valorar muy alto esas películas que aplauden el genocidio del pueblo indio pintado en blanco y negro y en color en muchas películas. En estos casos hay que valorar por separado el discurso y la forma de mostrarlo. Cero para el primero y un 8 para el segundo. Y Woody Harrelson pienso que ha llegado al estado de estrella donde es imposible distinguir persona y personaje.

Yo veo que hay una nueva película (o lo que sea) de Liam Neeson y me pasa como con Nicolas Cage o, el menos prolífico, JCVD, que me siento rápidamente a verla. Se que voy a ver una película de... Como mi padre iba a ver una de John Wayne o una de romanos. Es serie B. Seguro. Y mala serie B porque entre estas las hay que lo único que les falta es dinero, o director, o actores, pero tienen un guion detrás. Pero las veo porque en esas películas el LN, NC o JCVD son toda la película, y en el caso de LN sabemos que hay un gran actor detrás. y me voy a reír con el disparate.
La diferencia con las cutre-películas de De Niro, Al Pacino o Bruce Willis es que estos suelen aparecer pocos minutos ante la cámara y su colaboración es más en los carteles de esas cosas que en las tomas. El otro trío está en casi todas las tomas y sin ellos esas películas, que solo son cáscara, serían puro vacío.
¿Hablar de la película? Para qué. Corrupción policial, que en USA no ocultan, violencia fascista, que a los USAianos les encanta y justiciero de pago. Haz una película con ésto y con Liam Neeson, le dijeron a Mark Williams. Y no volvieron a escribir nada más.

Muy buena película. No llega a la altura de las "Banderas de nuestros padres" ni ''Cartas desde Iwo Jima'' de Clint Eastwood pero no le queda lejos. Y el argumento no difiere mucho: mantener un punto mínimo pero muy importante estratégicamente. En este caso la contraposición de los dos lados del río en Shanghai es de una crudeza maravillosa. Una batalla sin sentido para el que defiende la posición que sabe que va a perder y, posiblemente, a morir.
En alguna crítica se pide rigor histórico pero esto es cine y no un documental. Ni en esas dos películas de Eastwood, ni en las múltiples que se han hecho sobre la II Guerra Mundial (Pearl Harbour, por ejemplo) ha existido ese rigor que se pide a esta por ser China. Y en algunas, como los juicios de Nuremberg, hay documentos más que suficientes para que así fuera; pero el cine no necesita ni quiere rigor histórico porque sería muy aburrido. Y, por cierto, a los que piden eso para esta película debieran citar las fuentes que apoyan que esta película se aleja mucho de la realidad.
Fuera de China se ven pocas películas sobre los genocidios cometidos por los japoneses allí a lo largo de los siglos.
Ciñéndonos a la película hay que decir que la fotografía, en ese gris feo del edificio y esos rojos chillones del otro lado del río, es extraordinaria.

Vuelve Fernando León a centrarse en la familia como en su debut. Entonces era una familia comprada y en este caso una familia adoptada. El buen patrón piensa que su empresa es una familia donde él ejerce de padre benefactor. Y esto es llevado a través de un espléndido guion que por parecer simple se adivina lo complejo de su concepción.
Y Bardem vuelve a hacer una creación impresionante de ese patrón/padre con múltiples aristas que le obligan a cambiar registros en una misma escena.
Divertida comedia ácida donde se tratan las relaciones empresa-trabajador, los "puestos de confianza", las relaciones sexuales superior jerárquico-inferior, la xenofobia o la política local, pero siempre desde un punto de vista de comedia y muy alejado de la denuncia, Mantener la balanza equilibrada es muy complicado y "El buen patrón" lo logra.

Desconocer el libro y las versiones previas de una película es lo más recomendable para opinar de ella por sí misma, pero suele ser difícil y eso es motivo de opiniones generalmente negativas.
La historia que cuenta la película parece bastante farragosa al principio para tornarse después en una simpleza absoluta que no aporta especialmente nada a las películas "galácticas" Se mezclan cuchillos y palos como armas, aeronaves que le darían vergüenza al mismo Juan de la Cierva, junto con tecnología actualmente solo imaginable. Lo habitual en estas películas.
Visualmente está muy lograda y logra que te sientas atrapado por las imágenes que muestra y el despliegue de efectos especiales y esto la hace especialmente atractiva dentro de este tipo de películas.
Donde más flojea es en la parte actoral. Timothée Chalamet, que lleva todo el peso de la película no deja de parecer un actor de películas de adolescentes. Ha participado en películas buenas y muy buenas y los responsables de esas películas tendrán sus motivos para que participe, pero no pasa de ser un actor bastante flojillo que en España estaría en alguna serie de televisión. Al resto se les pide poco y no tienen problema para cumplir.
Dentro de un año se habrá olvidado esta película porque se habrán estrenado dos o tres más de ambientación similar, y alguna serie de televisión.