Haz click aquí para copiar la URL
Argentina Argentina · Hija no reconocida de Madonna
Críticas de Ketty Analfer D
Críticas 587
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
5
20 de septiembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Brian De Palma es un gran director, basta con ver la magistral secuencia del Festival de Cannes donde conviven cordialmente el plano secuencia y el montaje paralelo. Un deleite. El señor prueba, una vez más, que ha visto la filmografía entera de Hitchcock y algo ha aprendido. También el uso de la pantalla dividida es otra muestra de los aciertos de puesta en escena a los que durante mucho tiempo nos acostumbró este cineasta.

Lo triste es que las bondades de De Palma tras la cámara no puedan salvar su caótico y perfectible guion que hacia el final incluso alcanza la cumbre del ridículo. Lo mejor que aporta De Palma desde el papiro es la ausencia de diálogo en muchas escenas que, por otra parte, suelen ser las mejores escenas, ya que cuando hablan los personajes todo suele irse por el caño (del saneamiento).

Si en "Vestida para matar" (1980) había homenajeado a "Psicosis" (Hitchcock, 1960), aquí parece querer hacer lo mismo con "Vértigo" (Hitchcock, 1958). Pero lo de la «doppelgänger» resulta tan irrisorio y, por momentos, grotesco que la fórmula que funcionó con Michael Caine "imitando" a Norman Bates, aquí con la Romijn en plan Kim Novak no cuadra. A esto le suma su frecuente gusto por agregar escenas sinuosas y eróticas con nulo aporte argumental y el metraje de la película acaba por extenderse más de la cuenta, lo que tampoco le favorece.

Y bueno, el final, qué decir del despropósito final, no sé si pretende ser gracioso, irónico, inteligente o si simplemente De Palma se fumó el porro de su vida. Lo cierto es que la cinta ya era larga y agonizaba, pero al Brian le parecía un cóctel algo insulso así que le agrega unos 20 minutos finales de infarto literario. ¡Mamma mia che follia!
Ketty Analfer D
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3
17 de septiembre de 2023
0 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Posiblemente yo haya visto otra película pero aún así desglosaré lo que entendí.

Charles Bronson interpreta a un granjero agricultor de sandías, con nombre de auto de colección (Majestyk?). Cuando llega la temporada de cosecha, el señor se rehúsa a contratar obreros sindicalizados y en su lugar se agencia un grupete de inmigrantes ilegales. Ante esta situación, el sindicato de recolectores reclama sus puestos de trabajo que han sido usurpados por la mano de obra barata. Bronson prefiere seguir con la explotación de trabajadores precarizados, mientras que el sindicato seguirá reclamando por el trabajo digno con salario legal y prestaciones sociales. Cuando Bronson no cede, el líder sindical lo denuncia y el primero termina en la cárcel.

Allí entran en el embrollo hollywoodesco, un mafioso, los polis corruptos y un sin fin de cuestiones que harán el resto de la película.

Debe haber alguna razón por la cual a los líderes del capitalismo y la meritocracia les gusta tanto estos truños panfletarios y sus "héroes" que rara vez defienden la verdadera lucha social. Yo creo que es por la clara romantización del tipo que defiende su capital por encima de todo lo demás, y entiéndase por "defender", utilizar todo tipo de recursos violentos; y la demonización de aquellos que en realidad buscan terminar con el eterno "sálvese quién pueda".
Ketty Analfer D
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
4 de septiembre de 2023
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si fuera un musical de gente linda bailando al compás de un soundtrack cool en plan "Grease" (Randal Kleiser, 1978) hasta podría haber sido interesante, pero la guionista tiene ínfulas de Oscar/Razzie y entonces se propone contar una historia de gran profundidad narrativa y complejos personajes, que nos regala algunas escenas de envidiable coherencia que dejaré a continuación.

•La protagonista tiene pánico escénico, entonces decide buscar trabajo en un bar donde las bartenders bailan sensualmente arriba de la barra. Muy coherente.

•Maria Bello es la dueña de un bar extremadamente popular al que maneja con mucha exigencia, por eso, contrata a la primera loquita suelta que le solicita trabajo y demuestra tener cero experiencia en el rubro. Coherencia x100.

•Segundo día en Nueva York, nuestra heroína conoce a un pibe que está más fuerte que acero reforzado, se ponen de novios, y a los 20 segundos él le da consejos muy precisos de qué hacer con su vida profesional, del tipo "deja este trabajo, dedícate a esto" y cosas así. La coherencia sigue invicta.

•Es sabido que los cazatalentos de las discográficas no gustan de dedicar sus ocho horas de oficina a escuchar los demos que les llegan por correo (otra época los 2000's) sino que prefieren ir a bares nocturnos y encontrar allí nuevos letristas, por eso, la única forma de conseguir un contrato es cantar tú mismo tus canciones en los mayores tugurios de New York. Coherencia dice presente.

•Momentazo de John Goodman. Acto I: el padre (Goodman) está muy humillado por lo bajo que ha caído su hijita. Acto II: el padre es atropellado. Acto III: "Estoy orgulloso de ti, hijita, has lo que desees con tu vida, incluso bailar el caño en lo de Tinelli". Coherencia nunca nos dejes.

•Alguien le sugiere a nuestra estrella que no puede ser compositora sin una Mac, entonces va y se compra un ejemplar de Apple. Esta afirmación es fácilmente comprobable, basta con escuchar las porquerías que se escribieron antes de la invención de Steve Jobs, escritas por muchachos como Schubert o Bach. Coherencia 2.0.

•Ella (Perabo) toca para él (García) una de sus canciones en el teclado que le han prestado unos amigos al chico pero al apretar una tecla suena mágicamente la pista que ella ha compuesto. Coherence is back.

•El chico apaga la llave general de un bar para que no haya luz y ella no se sienta cohibida pero mágicamente los instrumentos y el micrófono funcionan de diez. No sé si lo mencioné antes pero esto se llama coherencia.

La prota creyendo que su pánico escénico es hereditario, increíble. La explicación del nombre del bar no tiene parangón. El pasado "trágico" del chico es indescriptible. La chica toca la guitarra y hace un acorde de pandereta. En fin, coherencia não tem fim.

Mención aparte merece Tyra Banks que si una mala actuación diera gastritis lo de esta señora es para extirparse quirúrgicamente el estómago, el esófago y todo el aparato digestivo completo.

A todo esto, Bello, Goodman, la música y los bailes la hacen muy llevadera para algo que podría haber sido totalmente infumable.
Ketty Analfer D
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
31 de agosto de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
Tanto en el cine como en la realidad, las asesinas seriales mujeres son un hecho francamente peregrino, y cuando alguna aparece, en la realidad (no en el cine, obviamente), suelen tener más en común con personajes irreales, que no inverosímiles, como Beatrix Kiddo de "Kill Bill" (Quentin Tarantino, 2003) o la nena de "Hard candy" (David Slade, 2005) que con Hannibal Lecter de "El silencio de los inocentes" (Jonathan Demme, 1991) o Patrick Bateman de "American psycho" (Mary Harron, 2000). Se ve que esto de matar por puro gusto es otro privilegio masculino.

De acuerdo con "Monster", la motivación asesina de Aileen Wuornos estaba más asociada a un contexto «socio-económico-político-cultural» que con una patología psicológica (aunque algo de esto habría); y he allí lo interesante de la cuestión. Así, el film de Jenkins funciona mejor como una radiografía del «lado B» del «sueño americano» que como la disección de una mente perturbada. Las promesas de "la tierra de la libertad y las oportunidades", como se autodenominan los estadounidenses, se cumplen a expensas de personas como Wuornos que han sido desplazadas e ignoradas por un Estado ausente. Claro que no todos los pobres se vuelven asesinos seriales, pero allí está el segundo detalle: lo de Wuornos, según la película, no es fetichismo, ni siquiera es una asesina tan prolífica si uno la compara con Dahmer o Bundy, lo de esta señora tiene algo de necesidad y otro poco de venganza.

Es realmente muy raro encontrar un retrato de un asesino serial que sienta tanto amor (o compasión) por su protagonista. A esto contribuye una gran Charlize Theron en la, probablemente, mejor performance de su carrera, secundada por una interesante Christina Ricci, y la dirección de Jenkins que sostiene con equilibrio las irregularidades de su propio guion que acierta al concentrarse más en la relación romántica que en los crímenes pero descuida otras cosas.

A veces en su afán de comprimir la historia en menos de 120 minutos, el cine termina por podar en demasía los libretos, y esto es lo que parece ocurrir con el personaje de Ricci: Selby, una joven de familia devotamente católica de clase media que termina sentimentalmente involucrada con una prostituta. Por más joven e inocente que sea, resulta medio raro que crea que el "salario" de una prostituta da como para andar de gira, juerga y Disneyworld, allí hace falta alguna que otra escena extra que justifique estas actitudes y reacciones. Esos detalles de guion y alguna cosa más son los pequeños defectos que socavan mínimamente a este original y muy recomendable biopic.
Ketty Analfer D
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
18 de agosto de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
No aporta nada al ya vastísimo mundo de los biopics. Es, quizás, lo más aburrido que le recuerdo a Luhrmann, solo se ve su mano en algunas secuencias esporádicas como el montaje del momento previo al debut de Elvis donde vemos su contacto original con el blues, el góspel y ese momento cúlmine de éxtasis con el coro de la iglesia. O el uso de música contemporánea (como el rap) en algunos segmentos.

La idea de que esté narrada por el mánager de Elvis resulta antipática, además de que debe ser el personaje más irritante que le recuerdo a Tom Hanks que por momentos parece el pingüino de Batman pero sin la gracia que debe tener un villano carismático.

El concepto del guion es simplísimo, entender por qué Elvis, siendo la estrella «multifacturante» que era, nunca salió de los Estados Unidos; bueno, resulta que más de dos horas y media para explicar esto parecen (y lo son), por donde se lo vea, excesivas.

El resto es lo de siempre, contar los momentos más o menos relevantes de la vida del artista pero sin gracia alguna, sin metáforas, analogías, alegorías, o nada que podamos rescatar como reflexivo o conceptualmente profundo.

P.D.: por cierto, llamativo detalle que en semejante superproducción no hayan logrado un maquillaje más progresivo: Elvis luce igual a los 18 y a los 40, solo en la escena final donde canta "Unchained melody" (que es montada con footage documental) se lo ve con la cara más hinchada.
Ketty Analfer D
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow