The hitman's bodyguard comienza con un suceso trágico para un Ryan Reynolds (al que ya solo se le ve cara de Deadpool) que ve cómo su carrera desciende hasta lo más hondo. De protector de personas triple A a defender a abogados heroinómanos. Sin embargo, el tribunal de la Haya ha de condenar al dictador de Bielorrusia por crímenes de guerra (Gary Oldman), y los testigos van cayendo uno tras otro. Excepto uno, al que tendrá que proteger el personaje de Ryan Reynolds, que no es otro que un asesino en serie que sabe defenderse bien solito: Kincaud (Samuel L. Jackson). Como veis, un argumento simple, pues han de viajar hasta la Haya para poder testificar, pero por el camino van a tener ajetreo, y de paso muchas risas.


EL OTRO GUARDAESPALDAS es una buddy movie muy al estilo ochentero, de las que tienen grandes dosis de acción y también de comedia. El filme de Patrick Hugues tiene un par de persecuciones que quitan el hipo, bien rodadas y precisas, espectaculares y adrenalíticas. Y, de paso, también tiene a un Samuel L. Jackson desatado, quizás el actor que más y mejor tacos suelta, muy al estilo de sus papeles con Tarantino. Imposible no reírse ante su potente voz y los tacos que profiere. A su lado un Ryan Reynolds que no llega al nivel de Deadpool, pero que demuestra química y está a la altura. Gary Oldman hace de villano creíble, que en una comedia de este estilo ya es mucho pedir.

Elodie Yung, la nueva Elektra de The Defenders también aparece, pero la verdadera robaplanos no es otra que Salma Hayek, pasada de vueltas totalmente, lógico teniendo en cuenta que es la mujer de Kincaud. Quizás EL OTRO GUARDAESPALDAS es más acción que comedia, pero es una buena película en ambas, toda una sorpresa para los últimos coletazos de un verano lleno de blockbusters insípidos y sin alma.

En definitiva, EL OTRO GUARDAESPALDAS da lo que promete, y de hecho casi algo más, puesto que la acción es de calidad, y el elenco ni te cuento. Es una delicia ver a Samuel L. Jackson a plena potencia, derrochando tacos a diestro y siniestro y a un Ryan Reynolds que le acompaña a la perfección. Una buddy movie nueva, pero de las de antes. Entretiene y os hará reír, así que si os van las comedias, esta es vuestra película.

Jon Garaño, Aitor Arregi y José Mari Goenaga dirigen a unos Antonio de la Torre y Belén Cuesta estratosféricos. Un recién estrenado matrimonio que deberá afrontar la Guerra Civil de la peor de las maneras. Tratando de huir y finalmente encerrado en su propia casa sin salir durante más de 30 años, que se dice pronto, Higinio verá cómo su vida, su matrimonio y la relación con su hijo se marchita. Sin poder salir a la calle, la atmósfera alrededor de la película es asfixiante y deprimente, al filo de la navaja.

LA TRINCHERA INFINITA es una de las mejores películas sobre la posguerra. No hay discusiones ideológicas, simplemente habla de la vida, de las rencillas infinitas y del impacto de una Guerra Civil en un país, en las calles de un pueblo, en la relación con los propios vecinos. Antonio de la Torre demuestra, una vez más, que es el mejor. Su mirada habla por sí sola, derrotado y hundido entre cuatro paredes. Por otra parte, Belén Cuesta está impresionante; una esposa que se ve superada por los acontecimientos pero que, no obstante, decide luchar con una fuerza arrebatadora.

En definitiva, LA TRINCHERA INFINITA no es apta para cualquier persona. Es asfixiante y dura cerca de dos horas y media. No se pasa bien, pero la calidad es indudable y sin duda optará a todo en los Goya 2020. No juzga y muestra la dureza de unos hechos que hablan por sí mismos. Una de las mejores películas españolas del año. Ni se os ocurra perdérosla.

Competencia oficial está dirigida por los argentinos Gastón Duprat y Mariano Cohn, quienes manejan con lucidez el oscuro mundo de los intérpretes, de los egos y del mamarrachismo que impera también en buena parte de sus componentes. El caso es que un gran empresario sueña con dejar huella y no se le ocurre nada más que producir una gran película, una que sea histórica. Contrata a la mejor directora, Lola Cuevas (Penélope Cruz), y como quiere a los mejores actores esta llama a Félix Rivero e Iván Torres (Antonio Banderas y Óscar Martínez). El primero es un actor consagrado en Hollywood, con numerosos premios, mientras que el segundo es un maestro del teatro al que no le gusta socializar y repudia lo que hace el primero. Así pues, todo está listo para este choque de trenes que se produce a lo largo de la película.

Destacar el humor negro que destila en todo momento la película y, por supuesto, el desempeño de Penélopez Cruz, Antonio Banderas y Óscar Martínez. No sería el mismo filme sin ninguno de ellos. Ella es la estrella de la dirección, empoderada pero con mil fantasmas por detrás que le susurran al oído. Su exigencia hará explotar a sus dos intérpretes, he aquí donde más disfrutará el espectador, cuando los pone a prueba y esa lucha de egos se desencadena. Es muy interesante la película para el espectador, pues puede llegar a entender lo que se cuece tras lo bonito de un filme, cómo se gesta, se modifica, se lucha y se ensaya para que todo salga bien.

En definitiva, COMPETENCIA OFICIAL es una película original, muy divertida y entretenida que ha logrado sorprenderme. La calidad interpretativa está fuera de toda duda, pero el devenir y el desarrollo de la historia hará que os mantengáis pegados a vuestros asientos. Un soplo de aire fresco en cartelera que nunca viene mal. No os la perdáis.

Six minutes to midnight es como reza el cartel original, por lo que no entiendo que quienquiera que se encargue de las traducciones siga en su puesto de trabajo. En cualquier caso, es una guerra que no podremos ganar, por lo que nos centramos en la película dirigida por Andy Goddard, quien nos sitúa en la escuela Augusta-Victoria para chicas, situada al sur de Inglaterra. Precisamente allí es donde los altos mandos nazis envían a sus hijas, con el fin de hablar inglés y ser verdaderamente alemanas. La directora (Judi Dench) y su profesora principal (Carla Juri) se encargarán de que eso sea así, aunque hay libre una plaza vacante que ocupará a última hora Thomas Miller (Eddie Izzard).

Pronto descubrirán el cuerpo del último profesor en la playa, con lo que se sucederán una serie de acontecimientos que provocarán que las niñas pasen a ser una moneda de cambio para la guerra. Hemos de recordar que es 1939 y que hay una guerra en ciernes. Las hijas de unos altos mandatarios nazis son un botín muy valioso para Inglaterra. Lo que nadie espera es que todo se torne en un episodio de espionaje, de persecuciones y de no saber de qué bando están unos y otros. LAS HIJAS DEL REICH tiene altibajos y situaciones cuestionables en su guion, pero mantiene el interés hasta el final, siempre y cuando el público sea el adecuado, claro.

En definitiva, LAS HIJAS DEL REICH no es nada que no hayamos visto ya. Basada en hechos reales, sí, pero no impacta ni logra aportar demasiado a un espectador casi experto en películas de este corte. En cualquier caso, siempre es un placer ver a Judi Dench en pantalla. Quizás le falte algo de punch, aunque su diseño artístico está muy bien conseguido, y las imágenes de las costas británicas embellecen el producto. Echadle un vistazo.

Es difícil rodar en un mismo lugar durante toda la película, algo que sucede en THE WALL y que Doug Liman consigue hacer que se sostenga. No será gracias a los diálogos, casi inexistentes y, quizás, incluso podría habérselos ahorrados. En un duelo contra la cámara de Aaron Taylor-Johnson, que sostiene al filme con una interpretación de nivel. Le acompaña John Cena, su compañero de misión, y un más que protagonista desierto con un muro que será su salvación.

La tensión es palpable desde el primer momento, y el duelo entre ambos francotiradores se produce por radio. Conversaciones desechables, desde luego, pero sentimos el desierto en la piel de su protagonista y consigue atraparnos en la butaca hasta un final que, por decirlo de alguna manera, es tan honesto y consecuente que es muy plausible. Coherencia absoluta y un buen sabor de boca para un filme que logra lo que se propone. No hay brillo, ni pompa, pero sí gran seriedad y solvencia.

En definitiva, THE WALL es una película interesante. Un thriller que nos atrapa en su desértica e intensa atmósfera y consigue traspasar la pantalla. Aaron Taylor-Johnson nos ofrece una interpretación muy interesante, sosteniendo el filme en todo momento, y el final es de lo mejor de la película. Si sois fans del género y os gusta estar en tensión, esta es vuestra película. Echadle un vistazo.