No criticaré puntuaciones ni opiniones de otras. Es respetable pero para mí "Cocodrile" es uno de esos capítulos que deja de lado el tiempo en el que nos encontremos.
Va más allá de críticas tecnológicas, nuevos inventos, mejoras futuribles y es que en esta ocasión se centra en el ser humano desde lo más profundo de su ser. En esa parte oscura, dentro del iceberg que nadie ve y que hace florecer ese instinto de supervivencia.
Además, abre un debate claro, somos buenos o malos por naturaleza.

Un poco de aire fresco muestra esta película muy distinta a la mayoría de películas que podemos visionar de este mismo género. Es un hibrido entre muchas películas pero que tiene su propia personalidad y su propia regla del tablero.
Buena fotografía y una cuidada atmosfera, a veces incluso hasta asfixiante que te hace replantear muchos de los argumentos que quedan abiertos para el espectador. El no explicarlo todo es un acierto, además de la frialdad que muestran en muchos aspectos los personajes principales. El dolor, muy diferente en las formas y también en su sentir, no necesariamente es complementario a su expresividad.

Que belleza de imágenes, planos, música y un sinfín de escenarios del sur de Italia. Qué bonita historia y qué fuerza tiene desde el principio y como va aumentando el ritmo con el paso de lo tiempo. El protagonista se está encontrando a sí mismo, luchando por conseguir algo que irá descubriendo. El amor, el éxito, la política, las ideologías, todo entra dentro de esta película maravillosa y que me ha teletransportado al neorrealismo italiano de los 50 y 60.

Brillante serie que espero que con el tiempo se convierta en un referente. Un tema fascinante y una historia muy bien llevada hacen una delicia de la reflexión de todas las opciones que tenemos y nuestras decisiones a lo largo de la vida.
Sin pretensiones, te sumerges en una historia que desde el principio ya quedas atrapado a ella, y como cada rompecabezas se va convirtiendo en un disfrute para la mente.
Solo puedo dar las gracias por esta gran obra audiovisual.

Ari Aster ha demostrado en su primera película que es un director con una forma muy particular de hacer cine. Y hoy en día, eso es muy difícil, ya que pocos directores se desmarcan de la media y viendo unos cuantos planos ya sabes diferenciar al director.
La película muestra a una Toni Collette descarnada y hace suya la película de principio a fin. Es posiblemente una de las mejores películas de este 2018, y si destaca es por ser un genero más dramático que terror, como por desgracia, en las campañas publicitarias hacen más mal que bien.
En definitiva, es una película con muchos matices y muy bien trabajada. Puede que no sea para todos los paladares, pero si entras dentro de ella y te esfuerzas en ello, no te defraudará.