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España España · badajoz
Críticas de deivi
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Críticas 95
Críticas ordenadas por utilidad
7
14 de septiembre de 2008
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director de origen ruso Timur Bekmambetov ha sido el culpable de llevar a la pantalla la novela gráfica de un tal Mark Millar, sus anteriores trabajos fueron el díptico Guardianes de la noche y Guardianes del día, las cuales no he tenido oportunidad, ni ganas, de ver, pero en este Wanted, todo hay que decirlo, orquesta todo un espectáculo, una verdadera película pasatiempo, cine que se olvida tan pronto como se consume, pero que hace honor a lo que debe ser una excelente cinta de acción, tomada desde la distancia y perpetrada en el caos más absoluto.

Todo en ella es excesivo, tritura el lenguaje cinematográfico para escupirlo y reinventarlo, carrusel infinito de lo imposible, un non stop orgiástico y disfrutable que hace parecer al cine de John Woo casi, una película Dogma, lo multiplica y distorsiona hasta crear un recital rebosante de garra, ritmo y autoparodia.

Nada es creíble en Wanted, déjense llevar, olvídense de la lógica, zambúllanse de lleno en el delirio visual de Bekmambetov, al que desde luego inventiva no le falta, la película es un clímax constante de secuencias imposibles, un todo vale más que alucinante.

Tenemos a una Angelina rebosante de sensualidad, un Freeman haciendo, of course, de Freeman y un sorprendente James McAvoy creando un personaje capaz de pasar de pardillo a superhombre con asombrosa credibilidad, una sorpresa más que agradable de un actor con todo un futuro prometedor en el horizonte.

Wanted representa ese cine de acción que busca el mero entretenimiento, sin cortapisas, ni coartadas morales, un ejemplo perfecto de lo que deseo ver sin arrepentimientos, cine comercial y juguetón, pompa audiovisual que estalla en tus narices.

LO MEJOR: El sentido del humor que destila todo el relato, la belleza de Angelina Jolie, la eficacia de McVoy, el entrenamiento al son de la partitura de un acertadísimo Danny Elfman, la escena del tren, el beso, los sorpresivos giros argumentales, el portentoso final y sobretodo su condición de puro divertimento.

LO PEOR: No deja de ser una fantasmada con nota y quizás sea olvidada antes de tiempo.
deivi
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4
2 de mayo de 2009
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los directivos de la, hasta hace bien poco, inexpugnable 20th Century Fox deben de andar algo más que desesperados en su búsqueda desmoralizada de sacar a flote unos estudios envueltos en una de sus crisis económicas y artísticas más alarmantes de los últimos tiempos, por eso y ante la evidencia de que los mutantes marvelianos son a día de hoy, su única franquicia estrella, es normal e irremediable que intenten alargar lo más posible su gallina de los huevos de oro y decantarse por el spin off en vez de una cuarta entrega de la saga, del éxito, bastante probable, de esta, y en cierta forma de la siguiente, dedicada a Magneto, depende la gran parte del futuro monetario de una Fox en sofocante caída libre.

X-Men Orígenes; Lobezno (vaya titulo mas interminable) no desentona en comunión con el resto del concordato de la serie, pero no esquiva el nubarrón de moda en cuanto a las elecciones inadecuadas de directores con poca experiencia en producciones de este tipo, en este caso la firma inútil de Gavin Hood, ganador por Suráfrica del Oscar a la mejor cinta extranjera en el año 2005, asoma torpón y perdido en los pocos momentos en donde le dejan hacer, el resto del sumando, las escenas de jarana y espectáculo, quedan claramente asignadas al equipo de segunda unidad y más concretamente, en las manos del veterano Peter MacDonald (segundo de a bordo en títulos como El ultimátum de Bourne, La brújula dorada, y director ocasional como en la tercera contienda del sansón Rambo), lo cual demuestra la incapacidad de nombres como los de Hood en films con elevados presupuestos a sus espaldas, añoro con nostalgia las épocas en donde rúbricas como las de John McTiernan, Richard Donner o Renny Harlin (en sus años mozos) garantizaban un mínimo de artesanía y profesionalidad en películas de acción, fantasía y pirotecnia.

Volviendo a las viñetas para el cine de un Lobezno encarnado por cuarta vez consecutiva por el cachas australiano, Hugh Jackman, cabe mencionar su roñosa identidad e independencia, sus mejores cartas solo son descubiertas en un acelerado y desbocado tercio final, su humor no abunda en lo deseado y la relación a lo Caín y Abel de Víctor (adecuado Liev Schreiber) y Logan no va mas allá de lo antagónico, eso sí, hay una festejada entrada del mutante Gambito y un colofón en la isla del doctor Stryker lo suficientemente bailable como para evadir mi sensación de fracaso rotundo y esperar resultados inversionistas para que esta pobre Fox, recupere la fuerza y brillo de un pasado, sin duda, mucho mejor que el presente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
deivi
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Man on Wire
Documental
Reino Unido2008
7,4
11.880
Documental, Intervenciones de: Philippe Petit
8
23 de marzo de 2009
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Philippe Petit conquistó durante 45 minutos la cima del mundo, entre aquellas dos torres, convertidas hoy en mitos gigantes, un loco visionario bailó encima del World Trade Center cruzando ocho veces un alambre colgado a mas de 400 metros de altura, una gesta que tiene tanto de heroicidad como de disparate, una hazaña que acaricia la libertad infinita de sentir tan de cerca la muerte para solo así experimentar la propia vida, el quijotesco empeño del funambulista transgredió lo racional en su lucha contra dos gigantescos molinos que duermen eternamente sabiendo que su cúspide fue un 7 de agosto de 1974 tomada para el recuerdo. James Marsh narra su quimérico documental como una película de atracos perfectos, así lo describía el propio director una vez leído el libro “To reach the clouds” escrito por Petit, un documental cercano al cine de ficción que mantiene el interés sin perder el rotulo de documento circense, una cinta premiadísima que cuenta con un Oscar bajo el brazo gracias a su épica del peligro de unas circunstancias que algunos tildaron de crimen artístico, dramatizando y mezclando los manuales del docudrama, Marsh hace de Man on wire uno de los mejores regalos al género, el rigor de un ejercicio de estilo acompasado de aventura y espectáculo.

Simultaneando entrevistas personales de los protagonistas con fotografías y videos de archivo y alguna que otra dramatización, Man on Wire nos ayuda con cuidada escenificación a creernos el paseo entre fondos azules y nubes terciopeladas del francés, es evidente que el compuesto puede estar algo exagerado y que sus equilibristas se gusten demasiado en poetizar los sucesos, pero no baja la guardia y ameniza con condimento los 90 minutos del metraje, planifica la proeza clandestina administrando una infiltración ilegal que arremete contra el sistema, y entretiene en los detalles de su escalada al cielo, burlando al sistema de seguridad y esperando con paciencia el momento del asalto.

En primera persona del excéntrico alambrista se da testimonio de tan milagroso acontecimiento y al espectador se le hace colaborador de aquella mañana de verano en donde se trazó una línea de metal que convirtió en imprudente genio a uno de los acróbatas más arriesgados, trotamundos e imaginativos de la historia funámbula del siglo XX.

LO MEJOR: Como se percibe la historia prefiriendo el thriller de espionaje al tratamiento convencional. La instantánea de Petit cruzando aquel cable suspendido, un rey en la cima saludando a su público deslumbrado. Es algo más que una anécdota interesante y sirve de In memoriam a unas desaparecidas Torres Gemelas.

LO PEOR: Petit a veces resulta demasiado histriónico y charlatán acrecentando su aura de lunático imprudente.
deivi
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6
15 de agosto de 2008
4 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo que decir que amo el musical por encima de muchas cosas, lo amo en prácticamente cada una de sus formas, estilos y épocas, por tanto hay que reconocer que el género está atravesando uno de sus mejores momentos, en los últimos años hemos visto desde musicales de corte clásico como las correctísimas Dreamgirls y el remake de Los productores, sorpresas hiperrealistas como la maravillosa Once, simpaticas como Hairspray, propuestas postmodernas como la fantástica Across the universe, etc… Ahora llega a nuestras carteleras MAMMA MIA versión cinematográfica del musical del mismo nombre basado en las canciones del grupo sueco ABBA con interpretes de la talla de Meryl Steep y Pierce Brosnan.

Mamma mia es una explosión de contagiosa felicidad, una película de dinamismo embaucador, alma de fiesta que atrapa y no te suelta hasta el último fotograma, si bien es cierto que su guión es bastante simple y ramplón también lo es que cumple de sobras el propósito de la propuesta al ser de lo más efectivo y directo, de todas formas no hacía falta nada más teniendo como eje neurálgico las maravillosas letras y la música de las canciones de Abba y un plantel de actores que demuestran su profesionalidad en cada minuto, en especial ese monstruo de la pantalla que es Meryl Streep, la diva vuelve otra vez a sorprenderme y nos regala una interpretación llena de energía demostrando sus buenas dotes para la música con interpretaciones tan perfectas como Dancing Queen, The winner takes it all y en especial SOS en donde la química con Brosnan hace saltar chispas en la platea.

Hay que destacar la notable presencia de la joven Amanda Seyfried cuya frescura y buen hacer no queda empañado ante tanta celebridad alrededor, su momentos con la Streep son lo mejor de la película en especial el número Slipping through my fingers de una lograda emotividad.

Del resto del reparto destacar una soberbia Julie Walters que se reserva los momentos más divertidos de la cinta.

En definitiva un producto típicamente veraniego, nada pretencioso, deliberadamente hortera y pasado de rosca que carece de complejos y de filigranas visuales (su dirección es casi nula) pero que cumple de sobras con el propósito de refrescar nuestras mentes durante poco más de 90 minutos de acelerada diversión.

LO MEJOR: la frescura de prácticamente todo el reparto y MERYL STREEP a la que deberían de mandarle el oscar ya aunque sea por correo electrónico.

LO PEOR: un final algo pasadete y la resolución del personaje de Colin Firth metida con calzador y algo precipitada asi como el tema When all is said and done donde las limitaciones vocales de Brosnan salen un poquito más a relucir de la cuenta.
deivi
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8
11 de enero de 2010
2 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La guerra es una droga, una plaga demoledora, un cáncer funesto que raramente podrá ser justificado, pero ante todo es un conflicto político en donde los intereses de estado son manejados aleatoriamente por burócratas asalariados que, desde su posición mercantilista, juegan con jornaleros en campo de batalla, trivializando las decisiones que ponen diariamente en peligro cientos de vidas humanas. La cinta, más visceral que cerebral, que ha firmado Kathryn Bigelow no sermonea sobre los horrores morales de la contienda bélica en Iraq, y no insiste de forma discursiva en los problemas éticos que aprueben o no el drama brutal que la cruda realidad se encarga de evidenciar todos los días. La ex de James Cameron logra en The hurt locker un dispensario harto de cualidades. Rueda desde una perspectiva real la experiencia sofocante de un grupo de artificieros en la angustiante tarea de búsqueda y desactivación de bombas en el terreno hostil de una cobriza ciudad convertida en infierno, donde el peligro puede aparecer en cualquier parte, en cualquier objeto, en cualquier persona, no hay una denuncia reincidente en todo ello, pero es capaz de provocar el rechazo inmediato ante las espantosas sacudidas del dolor al descubierto, raso y extenuante, tomados por la cámara nerviosa de Bigelow con estimulante pinchazo electrizante.

Los recursos conceptuales que llevan a The hurt locker a evitar constantemente los lugares comunes del género, son los mismos que han hecho de Bigelow una de las realizadoras más interesantes del cine moderno. Su percepción cinematográfica no busca la feminidad impuesta y pide un reconocimiento mejor del que hasta ahora le había tocado en suerte, corroborando su compacta suficiencia en un hueco dominado mayoritariamente por hombres. Su entusiasta y palpitante forma de dirigir podría ser una de las causas por las que mantenemos un contacto cercano con los protagonistas, especialmente con el temerario sargento James, soberbio Jeremy Renner, y nos contagiamos sin curación del efluvio de adrenalina que salpica cada carbonizado fotograma.

La desesperanza de unos personajes que necesitan hacerse daño para sentirse vivos – la escena donde borrachos los sargentos James y Sanborn se divierten dándose puñetazos, o como la irresponsabilidad de uno de ellos puede provocar una catástrofe generalizada - que cuando no encuentran respuestas a sus temores solo les queda el compañerismo como vía de coexistencia (en eso Bigelow se guarda muy bien de que sintonicemos con el visceral papel de Renner y admiremos su valentía obligada a modo de coraza aislante y protectora). Hay aspectos que refuerzan la purificadora lección de interioridades a donde nos quiere transportar la brillante autora de Le llaman Bodhi, eso es, un caos de cableado que encienda la chispa que haga estallar el artefacto encrespado, indomesticable e inhumano encerrado en la caja torácica de un cuerpo solido, cálido y temperamental.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
deivi
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