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Mongolia Mongolia · Escala de Richter
Críticas de Eric Packer
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Críticas 63
Críticas ordenadas por utilidad
4
10 de septiembre de 2013
7 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un gringo, Jamie, aspirando cocaína en una fiesta en Chile se encuentra a otra gringa, rara -la Crystal Fairy del título-, de costumbres new age jodorowskyanas (no se acicala, lee el tarot, limpia sus chacras, prefiere los vegetales a alimentos procesados, etc.) y que se les adhiere -se vuelve una carga- en un roadtrip que Jamie había planeado hacer junto a 3 hermanos chilenos alivianados para buscar una droga potentísima que se llama San Pedro y es un cactus y les hará vivir una experiencia que abrirá sus mentes y espíritus; el roadtrip sirve para presentar, de manera esterotipada, a la gente y al pueblo a quienes hace ver de unas costumbres extrañas a ojos de los extranjeros así como también para definir el conflicto entre los personajes de Jamie y Crystal Fairy que no se soportan al principio y pues... ya nos imaginamos cómo acabará. Eso es esto: una película aburrida, sin propuesta y que por momentos se burla de la forma de vida en pueblos latinoamericanos o, puesto en otras palabras, una comedia romántica existencialista psicotrópica y sin mucho chiste (sólo tiene un gag gracioso en el que queda demostrado que Crystal Fairy es hairy). De no ser por Michael Cera, a nadie le llamaría la atención verla. En serio que Gaby Hoffman mejor no hubiese regresado al cine para hacer este personaje "free spirited" digamos parecido a la Clementine de Eternal Sunshine Of The Spotless Mind pero con un exceso de vello corporal y más "locochona". La última imagen que guardaba de ella fue como una de las hijas de Alan Alda y Goldie Hawn en Everyone Says I Love You, la exquisita comedia musical de Woody Allen, qué mal han pasado los años por ella. Ah, sí, esta película forma algo así como un díptico junto a Magic, Magic la otra película que el director Sebastián Silva filmase casi al mismo tiempo en Chile y teniendo a Cera como protagonista y que por cierto le quedó un poco mejor que ésta no obstante que ambas adolecen del mismo mal.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Eric Packer
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4
7 de septiembre de 2013
4 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es para nada algo nuevo el argumento de “chica histérica que ve cosas espeluznantes que podrían o no ser reales” en la historia del cine para desarrollar una cinta de terror psicológico (Black Swan es de los ejemplos más recientes); sin embargo, la mayoría de estos filmes tenían en común (hasta que apareciera Images de Robert Altman) el que se llevaran a cabo en un espacio claustrofóbico como lo es un departamento (Repulsion, Rosemary’s Baby): en Magic, Magic se cambian las cuatro paredes por algo tan vasto como lo es la zona selvática en el sur chileno y de alguna manera el director consigue que semejante lugar se sienta opresivo, asfixiante. Alicia (Juno Temple, fresquecita luego de la excelente Killer Joe) llega a Chile para reunirse con Sarah, su prima a la que tenía tiempo sin ver, emprenderán un viaje a una casa de campo a las afueras de la ciudad junto a 3 amigos más: Agustín (novio de Sarah), Bárbara (la puntillosa hermana de Agustín) y Brink (un personaje cuyo comportamiento es irritante quizás sin saberlo y, de igual manera, sin querer se volverá el detonante de varias cosas en la historia). Antes de partir, Sarah avisa que no viajará con ellos (por una razón que luego se develará en la trama) pero luego los alcanzará; ante esto, Alicia manifiesta un temor infundado por permanecer con estos 3 desconocidos individuos en el sitio despoblado y su comportamiento va tornándose más y más extraño hasta ser un remedo de la Carol Ledoux a quien Catherine Deneuve diera vida en Repulsion. La historia se tarda mucho en atrapar, hasta la noche previa a la llegada de Sarah a la casa de campo pareciera no ir hacia ningún rumbo entre conversaciones triviales y momentos de la cotidianidad que reflejan el contraste entre las costumbres de Alicia y el resto y escenas en las que más de una vez se nos quiere dar a entender que Alicia en su trastorno paranoide está convencida de que la naturaleza (ese intenso ruido de pájaros que sólo se escucha en su habitación) y los demás miembros de la casa están en su contra. Sobresalientes son las imágenes del lugar capturadas por el virtuoso ojo de Christopher Doyle (el detalle del impermeable amarillo de Alicia contra los verdes de la hierba y el azul del mar, que a la vez hace recordar a Don’t Look Now de Roeg, sólo alguien que entiende de estética pudo haberlo decidido); de las actuaciones, la protagonista así como el grotesco, y de reprimida homosexualidad, Brink interpretado por Michael Cera se llevan las palmas. No obstante que la propuesta del chileno Sebastián Silva en este largometraje no es nada del otro mundo pudo haber sido mucho más interesante si hacia su culminación no hubiera perdido todo el suspenso que creó al hacer una elección de muy mal gusto y que saca casi a patadas al espectador de la historia. (En el spoiler cuento el final)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Eric Packer
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9
31 de mayo de 2020
3 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La tarde no está como para que a Eze (Juan Pablo Cestero) lo encontremos sentado a la orilla de la pileta en el patio de su casa. La lluvia ligera, persistente, ya le ha humedecido el cabello, cuello y la parte alta de la remera. El agua aún no le escurre por los brazos. Cabizbajo, observa quizá sus manos, quizá su imagen distorsionada en la superficie del agua donde ha introducido solamente sus piernas. La desilusión lo acompaña desde que le conocemos. Lleva días sin saber de Mono (Lautaro Rodríguez). Cuando lo ve, los ojos le brillan a Ezequiel y le brota la sonrisa en la boca. Todo cambia. En el último mensaje enviado a Mono, después de varios sin contestación, le puso un escueto saludo con la esperanza de obtener, por cordialidad al menos, un "qué tal" de vuelta. Pero ni siquiera resultó la doble paloma azul en la app. Eze desconoce qué está pasando: "¿De esto se trata el amor? ¿De entregarlo todo y que el otro te abandone luego a tu suerte, te haga sentir como si no valieras nada, te anula como si no existieras? Desde los 13, algo así, yo sé que soy así y no lo puedo cambiar, se me pone redura pensando en los hombres... Apenas el año pasado conocí a uno que es un poco mayor que Mono y con él aprendí todo lo que ahora sé que les gusta hacer a los que somos así cuando estamos solos (tocarnos, chupar pija, coger...) pero él tenía novia y lo nuestro no significó más que entretenimiento puro, como un nuevo nivel desbloqueado en el vídeo juego, no más que eso... Lo mío con Mono es distinto porque a él no le van las pibas... Lo nuestro iba en serio... No entiendo porqué la cosa ya está que sin decir nada se nos puso así"... Todo esto pareciera decirnos Eze con su silencio, su postura, sus ojos fijos en las formas que dejan las gotas de lluvia sobre el agua.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Eric Packer
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