Nadie quiere en su casa a un ser impresentable e irrespetuoso que, encima, se esté acostando con tu hija. Esa es la premisa de esta comedia simpática que lleva por título ‘Es por tu bien’, donde tres hombres, tres súper-cuñados se deciden aliar contra los novios de sus hijas. Uno de ellos un podemita antisistema, otro un excompañero del colegio y otro un extraño chaval que coquetea con el mundo de las drogas.

Vendida con escaso criterio, pues se nos prometen muchas más risas de las que en verdad da, si uno la ve con buenos ojos y como lo que es, una simple comedieta, el espectador acabará embaucado en cierta forma gracias a las grandes dosis de realismo que destila el film. No hay situaciones forzadas que no nos resulten creíbles.

Su fuerza reside en el reparto con un Coronado elegante y fachorra, un Álamo que repite el papel de ‘Que Dios nos perdone’ y un Cámara en un personaje bastante tonto pero con corazón. Los tres (junto con sus divertidas esposas Pilar Castro, Carmen Ruiz y María Pujalte que van un punto por delante) son el alma máter de la cinta.

Con los tópicos necesarios, las dosis justas de previsibilidad y unas situaciones que arrancarán más de una sonrisa, ‘Es por tu bien’ nos hace pasar un buen rato.

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Venir con la insignia de ser la película alemana del año, aquella que ha acaparado más premios que ninguna otra a lo largo de los últimos meses es una responsabilidad muy grande. Tan grande, que es normal que la exigiera algo que quizás ‘Toni Erdmann’ no estaba dispuesto a darme.

Escrita y dirigida por Maren Ade, a este drama disfrazado de comedia excéntrica le sobra metraje por todos los lados. Soy de esas personas que es capaz de disfrutar de tres horas de cine sin ningún problema, pero a ratos esta película se volvía un poco insustancial. Toda la historia se podría haber contado con una hora menos de cinta. Quiere ser demasiado minuciosa a la hora de contar la vida diaria de la protagonista (fantástica Sandra Hüller) acompañada de su estrafalario padre.

Da la sensación de que su director se divierte confundiendo a sus personajes y hacerles no avanzar. Cuando llega el momento del disfraz, el efecto puede no resultar tan bueno como lo es en realidad. El espectador impaciente puede estar pegando cabezazos contra la butaca ya dormido.

Pero en el fondo ‘Toni Erdmann’ tiene armas, como algunas escenas inolvidables en las que el humor inunda la sala. Y es ese humor la clave de toda la cinta. En el fondo, el padre quiere lograr que su hija encuentre ese humor que de sentido a su vida.

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Un segundo disco para un artista o grupo de música es muy importante y puede definir por completo el destino de su carrera musical. ¿Debe anclarse en el pasado y repetir la fórmula del éxito una segunda vez o buscar elementos de mejora o novedades que, malinterpretados, lleven a cabo un posible fracaso? Lo normal sería la primera vía, pero aquí James Gunn apuesta el todo por el todo.

‘Guardianes de la Galaxia’ fue un soplo de aire fresco dentro del universo Marvel, acostumbrado a realizar buenos films sobre superhéroes individuales más o menos conocidos pero, estos guardianes son distintos. La película lucía como un entretenimiento intergaláctico repleto de gags y personajes interesantes. Partiendo de esa premisa, Gunn decide explorar dentro de los personajes que nos presentó en la anterior película y ahondar en sus pasados.

Es el momento de conocerlos mejor, de saber más cosas para que el espectador empatice más con ellos. En vez de nutrirnos de flashbacks, su director y guionista decide recurrir siempre al mismo discurso en el que los personajes hablan de sí mismos y, sin duda, puede ser una de las razones por las que la secuela tenga altibajos, aparte de por ser una montaña rusa, pero de esta forma logra emociones.

El espectador entra en la película en el minuto uno con la pelea del “pulpo gigante” mientras bebé Groot baila. Es la esencia de la cinta: Un espectáculo visual muy potente, capaz de lucirse con increíbles efectos especiales que abarcan persecuciones imposibles, relaciones paternofiliales y combates a vida o muerte. Todo ello acompañado de una banda sonora sensacional, alma mater de la franquicia.

‘Guardianes de la galaxia Vol. 2’ es una secuela un poco inferior a la original, pero muy estimable con la que todos vosotros os lo pasaréis en grande (pocas veces me he divertido tanto en una sala de cine). Os lo garantizo.

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Esta semana me he puesto nostálgico y he decidido hablar de una de las primeras series, lejos de la animación, que me animé a seguir. ‘Ally McBeal‘, creada por David E. Kelley y protagonizada por Calista Flockhart, se emitió entre 1997 y 2002 en el canal FOX. Y estoy convencido que has oído hablar de ella.

Ally McBeal es una joven independiente pero insegura, inteligente pero neurótica, una romántica y soñadora abogada que por por puro azar empieza a trabajar en un bufete de abogados, donde también trabaja Billy, un ex-novio al que nunca olvidó. El problema es que Billy ya está casado, y, además, su esposa también trabaja en el despacho, un singular bufete donde todos comparten un baño unisex.

Bajo esta premisa, la serie presentaba, más allá de una protagonista a la que odiar o amar según el momento, a una serie de secundarios geniales que terminaban siendo igual de importantes… e igual de locos. Ahí estaba uno de los favoritos de todo el mundo: Bizcochito o Fish, descubriendo a otros actores que dieron el salto gracias a la serie como Lucy Liu o un Robert Downey Jr. que intentaba salir del atolladero.

Una visión cómica sobre la abogacía que se hacía muy entretenida de ver en sus primeras temporadas, realmente inspiradas y divertidas hasta que el invento, como siempre, no daba más de si. Basta con ver cualquier episodio de su temporada final en la que meten a Jon Bon Jovi como interés romántico de la protagonista.

Una serie divertida, con sketchs geniales y una música muy moderna. Si no la conocéis, podéis darla una oportunidad. Nunca es tarde para descubrirla.

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Llegó el momento de la despedida. Y si te vas a marchar, que sea por todo lo alto. Corría el año 2000 cuando Hugh Jackman se vestía de Lobezno por primera vez. Hasta hoy, diecisiete años que se han pasado volando (o eso me ha sucedido a mi) y casi diez dando vida a un personaje que permanecerá para siempre ligado a él. Porque ÉL es Lobezno y se nota, más que nunca, en esta película.

Con la ayuda de James Mangold (que llegó para dar otro aire a un personaje que en ‘X-Men Orígenes: Lobezno’ estaba a punto de caer en las redes de la telenovela barata) todo tiene un aire a despedida, a adiós definitivo. Mangold está mucho más familiarizado con el género y corrige errores que hacían de ‘Lobezno:Inmortal’ una entrega más de las aventuras del personaje. Consigue que todo adquiera un significado mayor que el de “una película de superhéroes”, dejando alto el listón. Seamos sinceros, el que tenga que coger el relevo, si es que eso sucede y viendo cómo es Hollywood es algo que no se puede descartar nunca, tiene una tarea muy complicada.

Nos encontramos en un mundo en el que los mutantes han sido devastados. Lobezno solo es una pizca de lo que fue, al igual que el Profesor Xavier un frágil anciano cuya mente no funciona como antes. A ambos se le suma una joven chica dispuesta a perturbar su existencia. Juntos completarán un triángulo familiar muy complicado pues, para Logan, Xavier es algo más que el profesor, es ese padre que nunca tuvo y ella, esa hija a la que dar cobijo.

Es por eso que ‘Logan’ está por encima de las últimas entregas de los ‘X-Men’, porque ya nos sabemos de qué va el asunto, sabemos de lo que es capaz el bueno y cansado de Logan (con un Hugh Jackman más Lobezno que nunca), pero queremos verlo por última vez.

Un héroe imperfecto o, mejor dicho, un antihéroe perfecto con el que empatizar que recibe su imperfecta/perfecta despedida. Hasta siempre amigo.

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