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España España · Granada
Críticas de Kikivall
Críticas 1.972
Críticas ordenadas por utilidad
8
4 de mayo de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A la bonita ladrona-secretaria Marion Crane que huye con el botín, nadie le dijo que no tenía que parar en aquel Motel perdido en medio de carretera donde vive un tímido y excéntrico Norman junto a su madre: ¡madre mía la que le espera!

De esta película ya se ha dicho casi todo, pero como para mí es una de esas obras emblemáticas del GRAN Hitchcock, yo también quiero hacer mi aportación, aunque eso sí, de manera sucinta y lo más clara posible.

Nadie va a poner en duda que es una obra maestra del terror y de las pelis de crímenes con trasfondo horripilante. El miedo, la tensión o la intriga más desasosegantes no nos abandonan desde prácticamente el comienzo. Además, Hitchcock trazó con esta película una línea divisoria, un antes y un después en el thriller de terror, lo cual no poco. Nunca antes se había hablado de un personaje tan loco y psicópata como el que magistralmente interpreta en la cinta un Anthony Perkins que quedó ya para siempre como el maléfico Norman Bates. Incluso yo diría que el personaje lo apisonó para siempre y si lo veíamos en otra peli, mirábamos al inquietante Norman, al punto de interpretar otras secuelas como Psicosis: I, II, III o IV; amén de que a Perkins le afectó psicológicamente y de manera terminante este trabajo.

Y decía que hay un antes y un después tras “Psicosis”; efectivamente, con su obra Hitchcock da a luz al subgénero cinematográfico denominado “slasher” (que deriva de la palabra «slash»: «cuchillada» o «corte» en inglés); esta modalidad de cine de terror destaca por la presencia de un psicópata que asesina brutalmente a mujeres jóvenes que se encuentran solas. Pues bien, esto es Psicosis, y la escena de la ducha y ese sonido medio música terrible, medio onomatopeya chirriante, han quedado ya para siempre en los sentidos de cuantos hemos disfrutado y sufrido con esta escena, momento álgido en el cual muchos hasta se tapan los ojos.

Por cierto, es un film que puede verse varias veces y aunque sea la cuarta o la octava, la adrenalina sigue impregnando hasta la coronilla, pues su narración, su trama, sus entresijos conectan con nuestras filias y fobias más ocultas pero presentes, ese hilo de pánico que nos lleva como una vía regia a nuestras pesadillas y anhelos inconfesables, todo a la vez.
Kikivall
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5
2 de mayo de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando se estrenó “Enmanuelle” en España se produjo un fenómeno de expectación y curiosidad que excedió cualquier previsión. Grandes colas de espectadores aguardaban su turno en las ventanillas de los cines para conseguir entrada.

Estábamos en el invierno de 1978 en Salamanca. Mi novia de entonces, extremeña de pura cepa, Cáceres, y yo, nos dirigíamos prestos a visionar la que se suponía era una película cuasi porno, lo cual que entonces no era nada habitual. Por la calle Vázquez Coronado, una preciosa noche castellana, con ropa abrigada y también la ligereza de pies que da la juventud, nos dirigíamos prestos al Cinema Salamanca para evitar las colas. Una maravilla. Pero no por el morbo de la peli, sino porque era así ¡Qué puedo decir!

Y la vimos. Una cinta erótica dignamente dirigida por el francés Just Jaeckin, con un tinte estético agudizado, un director que luego se haría experto en este tipo de cine esteticista basado en idénticas premisas formales, tomando el erotismo como tema central. Tiene la cinta una gaseosa fotografía que va muy bien con los encuentros sexuales de una protagonista proclive al gozo lento y pausado en sus encuentros sexuales, afición que azuza su esposo diplomático. Un guión medianito, más bien pobretón de Jean-Louis Richard, adaptación de la novela de Emmanuelle Arsan “Enmanuelle, una mujer que se dedica a la exploración de su propia sexualidad en diversas circunstancias. Y muy bonita la holandesa Sylvia Kristel, aunque poco más. Eso sí, los suspiros, primeros planos, planos de cuerpo pleno (pleno de bondades), etc., para eso se las pinta sola la Kristel en el film. Y poco más, como actriz, lamentablemente, nada. Y la peli la recuerdo bien, pero por el tiempo y las circunstancias en que la vi. Por lo demás, un koñazo.

Hay que tener en cuenta que los años setenta fueron los del destape, la revolución sexual, la contracultura, los inicios del feminismo, etc. De esta guisa, “Enmanuelle” atraía a casi todo el mundo: a los hombres por el deseo de ver pubis y pechos al descubierto; a las mujeres liberadas para encontrar a una especie de lideresa dueña de su propio cuerpo y sexo; y otra importante porción de público iba por pura curiosidad. La cosa es que la película hizo época por su contenido erótico de alto voltaje, así como por la concupiscencia que emanaba de su protagonista, la ya fallecida Sylvia Kristel (1952-2012). Esta película tuvo siete secuelas oficiales, más un número indeterminado de series para TV.

Mi novia y yo cuando salimos, disfrutando de un cielo estrellado, nos fuimos al Bar Marín en la calle Prado a tomarnos unas cervezas con sardas. Gratos recuerdos. La película, lo de menos.
Kikivall
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8
2 de mayo de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Drama narrado con la maestría de un director único. Una de las mejores obras de Eastwood sobrada de angustia y páramo, donde se dirime la camaradería y los entresijos de tres personajes que buscan denodadamente un poco de oxígeno para salir a flote y respirar ante tanto erial y vacío. Un entrenador de boxeo (Eastwood), un ex boxeador (Freeman) que busca redimirse en la religión y una muchacha con voluntad de hierro que anhela ser campeona de boxeo (Swank).

La dirección de Clint Eastwood escala peldaños con este film justamente multioscareado, que sabe llevar adelante un drama mayúsculo llevado al celuloide con pulso y probado magisterio. Un gran libreto de tempo mantenido y profundo de Paul Haggis, adaptación de una historia de F.X. O'Toole (seudónimo del entrenador de boxeo Jerry Boyd y conocido por ser el autor de la colección de cuentos cortos Rope Burns: Stories from the Corner, que alumbra esta cinta).

El reparto es de una calidad incontestable con un Eastwood que sencillamente sobrio y efectivo; Hilary Swank sencillamente magistral: con repertorio y expresiva; y Morgan Freeman perfecto, como el resto de sus compañeros.

Película sombría, pura angustia en elevadas dosis para el espectador que asiste atónito a una tragedia de dimensiones descomunales, con un final inesperado que se cierra con la lobreguez de una noche cerrada y si esperanza.

Película seria, clásica en su planteamiento y doliente a más no poder.
Kikivall
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8
1 de mayo de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No puedo olvidar una apacible tarde entrando la primavera en Salamanca. Habíamos salido de un examen y junto a mi amiga Teresita nos dispusimos a ir al maravilloso cine Gran Vía, cine grandioso y confortable, con una selección de películas en aquellos años setenta sensacional. Pues sí: derechitos a ver el estreno en España del ‘Casanova’ de Fellini.

Los recuerdos entrañables y la simpática compañía de mi amiga de curso y carrera se mezclan con esta obra en la que Federico Fellini consigue una construir una interesante cinta un poco loca, colorista, vestuario y puesta en escena genial, amén de una maravillosa, hermosa y enigmática música de Nino Rota, sobre la vida (y obras, por decir algo), del mítico seductor Giacomo Casanova y sus aventuras e historias de amor sin fin. Las va contando Casanova cuando ya es viejo, está solo y alberga pocas esperanzas para su inmediato porvenir.

Desde que vi este film, cada vez que alguna obra musical o literaria, como sus memorias completas publicadas no hace mucho, aluden al personaje de Casanova, inconscientemente le pongo la cara de Donald Sutherland que hace en esta cinta una genial y creíble recreación. Gran interpretación, pues, de Sutherland con elementos de divertimento, espectacularidad y altas dosis de amargura.

Película que se nutre de un interminable encadenamiento de escenarios fantásticos que van llevando a Casanova en el compás de un mundo onírico que Fellini, con su maestría, envuelve en luces, colores e imágenes; todo un escenario barroco y visual plagado de temas sexuales como el voyerismo, la masturbación, el exhibicionismo, la lujuria, la gula, etc. La versión felliniesca de Casanova es encarnizada y de un patetismo sin opción a la manumisión de parte del personaje, amén de grotesca, burlesca y sarcástica.

Película que deviene sueño, producción delirante en torno al seductor veneciano. Una cinta triste y llena de desencanto de alguien que va por Europa de corte en corte haciendo de su vida un teatro de sexo y decadencia.
Kikivall
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7
16 de marzo de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este film cuenta un hecho real ocurrido en la pobre Irlanda de los años cincuenta a Philomena Lee, una mujer irlandesa que, tras quedarse embarazada cuando era una adolescente, se vio obligada a dar a su hijo en adopción. Y la colaboración de un periodista por desvelar el drama de la trata de niños robados.

Philomena es una buena película, puro melodrama que no pierde sin embargo la compostura. Se trata de una cinta cargada de emoción y conmoción, pero sin llegar al arrebato o la extralimitación. De ello se encarga una excelente dirección del británico Stephen Frears que maneja la sutileza, que sabe medir las emociones y los tempos a fin de agradar con el nivel suficiente de indignación y alguna lágrima, pero moviéndose en los límites de lo enternecedor y no del lacrimeo sin sentido. Tiene un guión sutil y perceptivo de Steve Coogan y Jeff Pope basado en la obra de Martin Sixsmith, a la sazón uno de los protagonistas de la historia. Acompañan muy bien la película la música de Alexandre Desplat y la excelente fotografía de Robbie Ryan.

En cuanto al reparto tenemos a Judi Denchque hace una magnífica interpretación capaz de transmitir en su personaje sensaciones de bondad, de comprensión; una mujer sin maldad, egoísmo en un personaje femenino donde se nos brinda una lección de lo que significa el perdón como medio de encontrarse bien con uno mismo. Ya es hora de buenos sentimientos en las pelis de hoy donde predomina la violencia y la barbarie. Y la Dench está inconmensurable en este papel memorable cargado de indulgencia, de drama, también de remordimiento y pesadumbre vital, pero podremos sentir al verla que empatizamos con ella, que en sus gestos y en sus diversas expresiones, el personaje es capaz de descubrir las mejores cualidades de una mujer sencilla. Como contraparte, Steve Coogan interpreta a Martin, un escritor y periodista con problemas en su trabajo que la acompaña a fin de escribir una historia humanitaria para su periódico. Su rol es el de un hombre sensible y afable que busca esencialmente los recovecos oscuros y la verdad de la historia de cuanto ha ocurrido en la trata de niños de Irlanda a EE.UU. Muy bien por Coogan que logra estar a la altura de las circunstancias consiguiendo el nivel y dando la réplica a Judi Dench. Además hay compenetración entre ambos, actor y actriz.

Resumiendo, recomiendo esta obra por una dirección muy estimable, por un guión, música y fotografía sobresalientes; pero sobre todo porque cuenta una historia dramática desde una óptica bondadosa, en lo cual colaboran sin duda los trabajos de sus dos principales actores: Dench y Coogan.
Kikivall
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