Cuando surge una película que, de entrada, cosecha buenas críticas al poco surgen detractores que llevados por el espíritu de la contradicción se ven obligados a ser completamente "destructores" (RJ DEP dixit) con la película en cuestión.
Seamos serios, nos guste más o menos, La novia no merece una nota inferior a un 4. Y reconozco que no me encuentro entre los espectadores más entusiastas de esta película pero tiene demasiados elementos interesantes como para no poder decir que estamos ante una mala o floja película: la preciosa música y canciones bien empleadas, la fotografía, la actuación (en especial de los más veteranos, sobretodo, Luisa Gavas y María Alfonso Rosso; coincido con algunas críticas en que los actores más jóvenes abusan del susurro para declamar a media voz y a veces no se les entiende) estos elementos entre otros hacen de "La Novia" una película interesante.
El pero que yo le pongo es que todo en la película esta ahí para quedar bien, para "lucir bonito" y a veces, ese afán estético apabulla un poco y constriñe demasiado la pasión que el argumento necesitaría.
¿Por qué en toda la película no aparece ni un solo personaje (sobretodo femenino) que no sea delgada y más o menos atractiva? Porque una gorda no quedaría bien.
¿Por qué en el duelo final al personaje de Alex García que sólo lleva una camisa no se le ve el pene? Porque no queda bien.
¿Por qué aparecen automóviles de diferentes épocas (para señalar la atemporalidad del relato) pero no un automóvil actual? Porque no queda bien y se carga el efecto vintage.
¿Por qué se abusa de las piedras esas con forma de pene? Porque quedan bonitas (aunque después de verlas 4 veces ya cansan un poco).
En mi opinión está todo demasiado medido en lo estético y, quizás, eso lastra la intensidad emocional de la película.

Hay una cosa de esta película que no entiendo en absoluto y no sé si es debido a un problema de marketing o de mala planificación de la película y como no sé si spoileo tendré que continuar en spoiler

Empecé a ver Cristal Oscuro La era de la Resistencia con la intención de que me gustara. Le tengo un cariño inmenso a la película original y quería que la serie me gustara tanto o más que ésta. Ver una película o serie partiendo de este prejuicio positivo tiene un lado bueno: estás predispuesto a perdonar errores, y otro malo: aunque perdones errores, los ves todos.
Vi el primero episodio prestando la máxima atención a cada detalle de la historia, de los decorados, de las marionetas, quizás una forma demasiado analítica para poder disfrutar cualquier serie pero tenía tantas ganas de que todo encajara que no era capaz de relajarme y disfrutar (o no).
Por suerte, a partir del tercer episodio conseguí relajarme y disfrutar la serie. Porque la he disfrutado y mucho.
Los capítulos se me han hecho cortos y en todos ellos hay algo que despierta el interés para querer seguir viendo más, sin embargo hay ciertos aspectos que no me han gustado tanto y que paso a detallar:

- Todos los decorados y secuencias me han parecido demasiado recargados. Viendo el documental me doy cuenta de que esto es necesario para ocultar a los marionetistas, o para tapar que los personajes no son marionetas completas sino sólo torsos. Sin embargo, en ocasiones lo he encontrado todo demasiado sobrecargado, tanto escenarios como vestuario de las marionetas y pese a que entiendo las razones técnicas para ello creo que, en ocasiones, esa profusión de elementos distrae un poco y se hace excesivo.

-En cuanto a la trama, ha superado mis expectativas puesto que pensé que la cosa iba a ir más por un enfrentamiento entre buenos y malos. Creí que a los gelflings los iban a presentar como a personajes bondadosos, místicos muy en contacto con la naturaleza en plan cursi/truño pero me ha sorprendido ver cómo los gelflings se presentan como personajes humanos (ni buenos ni malos, o buenos y malos y regulares todo a la vez). Sin embargo creo que el principal error de la trama es el de resolver los conflictos de forma demasiado apresurada. No se mantiene la tensión. Un personaje es capturado al principio de un episodio y al final del mismo ya ha conseguido escapar. El grupo se separa en un capítulo y al siguiente ya vuelven a unirse.
Supongo que esta rapidez en solucionar los conflictos va más dirigida a acercar a un público más joven a la serie pero, en mi opinión, le resta emoción. Y creo que es positivo en una serie de aventuras mantener la espectador en vilo. De todas formas esto es suplido por una continua presentación de nuevos personajes y nuevas situaciones. Lo cual me resulta muy admirable puesto que demuestra que no han ido a lo sencillo, sino que han invertido esfuerzo y dinero en crear escenarios diferentes, multitud de personajes y animales variadísimos en vez de limitar los espacios y que las escenas se sucedieran siempre en los mismos decorados. En ese aspecto esta serie ofrece mucho contenido.
- Los skeksis en mi opinión son demasiado excesivos y en ocasiones demasiado "bufonescos". En ocasiones, esa insistencia en mostrar lo malo malísimos que son los skeksis me resultó excesiva y, a la vez, conjugar lo malvado y lo bufonesco no me ha resultado tan acertado. Creo que los skeksis deberían ser más malos y menos "graciosos".


Por último pese a que aplaudo esa intención de mantener la esencia "marionetista" y no abusar del empleo de efectos digitales creo que hay que saber ver las limitaciones de las marionetas (es casi imposible realizar secuencias de lucha sólo con marionetas) y creo que en estas ocasiones sí que deberían usar técnicas digitales por el bien de la acción.

En general debo decir que la serie me ha encantado y es una de las razones por las que me mantengo en Netflix. Espero ávidamente una segunda temporada en la que espero que la cosa mejore, sobretodo en lo narrativo.

Los que fuimos niños en los 80 tenemos la inmensa suerte de tener series como Los Fraguel, dibujos como Mazinger Z, programas de televisión como La Bola de Cristal y películas como La historia Interminable que nos transportan de una manera tan intensa a momentos de nuestra infancia que no tenemos necesidad de "tirarnos de los pelos" porque alguien por alguna extraña razón/ psicopatología sienta la pulsión de joder a los demás.

Recuerdo de esta serie sobretodo las canciones. No sólo increíbles en su versión original sino que más que notables en su doblaje.

Sorprende de los Fraguel la increíble habilidad de sus creadores para dotar de vida y de una personalidad propia a unos trozos de tela que sólo se diferenciaban entre sí por ser de un color diferente o tener algún elemento diferenciador.

Serie muy divertida y agradable de ver, con chistes que esquivan la corrección política, con situaciones graciosas sin caer en el exceso. Capítulos cortos y, sobretodo, grandes interpretaciones de las dos actrices protagonistas.

Consejo: en la medida de lo posible ver en versión original.