Quizás la última generación de espectadores no conozca el alcance y el calado que tuvo Juan José Ballesta cuando llegó al cine español.

En su ópera prima El bola, Ballesta rompe los esquemas con tan solo 13 años, llegó, vio y venció. Arrasó en los premios posteriores de forma sorprendente y nos demostró que no fue flor de un día, sino siguió confirmando que estábamos ante un pedazo de actor para cubrir el panorama nacional por décadas. El tiempo y problemas personales le impidieron cumplir con lo esperado.

El bola trata de una historia de abusos, no sexuales matizo, abusos físicos de un padre hacia un hijo al que no quiere, sí, han leído bien y no exagero. Años antes pierde a un hijo y a raíz de ahí comienza a maldecir su vida y al hijo que le queda, por no ser él quien está bajo tierra. Cualquier palabra, gesto o mirada es motivo suficiente para hacer que el padre pierda los nervios y le de unas palizas tremendas al chaval, llegando a no poder asistir a clase para que no le vean los moretones.

La vida de El Bola parece que consiste en eso, en echar días para atrás sin hacer enfadar a su padre y evitar palizas, hasta que llega un chaval nuevo al cole y del que comienza a hacerse amigo. En su casa se siente muy cómodo y más aún cuando conoce a su padre que es tatuador, un mundo totalmente desconocido para él. Pero como era de esperar, esto no le agrada a su padre y creará un gran conflicto entre ambas familias con graves consecuencias, en especial para El Bola.

Magnífica película, excelente argumento y una actuación de Juan José Ballesta digna de enmarcar.

Esperaba mucho más de la película. Cierto es que trata un tema que nunca pasará de moda, la relación nietos-abuelos la cual con el paso de los años y en la sociedad actual en la que vivimos, se intensifica más.

Hoy día hay muchos matrimonios que para llegar a final de mes y llevar una vida relativamente cómoda deben trabajar ambos y tirar de los abuelos para el cuidado de sus hijos. Cierto es que muchas veces es necesidad, pero otras muchas comodidad. Y de eso trata la película que nos trae Víctor García, de los abusos sobre los abuelos, personas que han vivido una vida llena de penuria y sacrificios y cuando llega la edad dorada, vuelven a sacrificarse por sus hijos y nietos.

Con la temática perfectamente explicada y bajo una cortina de humo del humor, trata de contarnos una historia de unos abuelos con el viaje de sus sueños a la vuelta de la esquina y de repente tienen que congelarlo todo porque sus nietos se quedan al cargo de los ancianos por un motivo muy diferente al que ellos creen.

La clave principal que a priori iba a proporcionar risas y cachondeo, era la trama que se les ocurre a los abuelos para poderse ir de viajes, hacerles las vacaciones lo más desastrosas posibles, hasta que opten por llamar a sus padres y deseen vehemente volver con ellos. Pero no siempre los planes salen como uno quiero y se dará la vuelta a la tortilla con unas consecuencias desastrosas.

La película es muy predecible, las actuaciones de Tito Valverde (nunca me ha gustado en comedias) y de Gracia Olayo, son patéticas, ridículas diría yo, más dignas de chavales que comienzan en este mundo, que de actores con una larga lista de trabajos a sus espaldas.

Los niños son para ahogarlos en la piscina con la basura y todo. Muy sobreactuados, nada naturales y con comportamientos y diálogos que no les pegan ni con cola.

Flojo producto que prometía mucho más.

Blue Jean toca un tema delicado, por muchos años que pasen y por mucho que evolucione y se modernice la sociedad, siempre se verán como a bichos raros a personas del mismo sexo que se amen.

Y precisamente habla de ello. De como una profesora que es lesbiana tiene que vivir una doble vida para ser feliz, por un lado en su trabajo da clases de educación física de la forma más normal del mundo, donde no da a relucir para nada su condición sexual e intenta que cuando coincide con sus alumnas, no transmitir nada que la delate y mucho menos cuando se adentra en terreno peligroso como las duchas.

Todo esto queda atrás cuando llega la noche y acude a un pub de lesbianas y allí se suelta la melena y se comporta como realmente es, bebe, fuma, se besa con la que pille y práctica sexo con su novieta de turno. Cuando llega a casa, vuelve a ponerse el disfraz de "aquí no pasa nada" y mucho más cuando su hermana o su sobrino están presentes.

Todo ese mundo que a priori está controlado y dividido, promete venirse abajo cuando llega una alumna nueva y resulta que es lesbiana y una noche coinciden en el punto de encuentro donde ella se siente más cómoda...su pub. A raíz de ahí surgirán las dudas, los miedos, las tensiones y las amenazas. ¿Será capaz ésta chica de dar a conocer su secreto y desmoronar su "plácida" vida o le guardará el secreto sin que pase nada?

Evidentemente Blue Jean llega tarde, muy tarde para sorprender al personal y la vemos como una peli más sobre el tema sexual mal entendido, pero no crea polémica apenas en el año 2023. No, no es por ejemplo La calumnia de 1969 con Audrey Hepburn y Shirley MacLaine, eso sí que era meter el dedo en la llaga y arriesgarse.

El mensaje no llega a calar con la fuerza que debiera porque es lo que vemos a diario, se han empeñado en meternos por los ojos una sociedad que la tienes que aceptar a la fuerza te guste o no y ya aburren.

En fin, producto más flojo de lo que esperaba.

A ver, a Neil Jordan lo conocemos hace tiempo, hace mucho tiempo y sabemos de que pata cojea. Conocemos que le gusta tocar muchos palos y que no lleva una línea ni un estilo marcado. Eso para mi gusto lo hace sorprendente, porque no sabes por donde te va a salir.

Con Marlowe me ha alegrado la tarde y me explico. Me encanta el cine con la temática detectivesca de por medio, soy un incondicional del personaje de Sherlock Holmes. Cierto es que Marlowe no es un Holmes a la antigua, pero te asegura que te va a proporcionar un personaje muy intenso, que no para y se mueve como pez en el agua en este tipo de historias.

Con ese comienzo al estilo antigua, con una femme fatale en la oficina de un investigador privado, contratando sus servicios para buscar al maromo de turno. Es ahí donde radica el principal interés de la trama, que te enganche en ese momento y te prepares para disfrutar de una excelente historia. A mi la trama me ha llenado por completo, con un personaje a encontrar, el cual puede estar muerto o no, al cual nadie ha visto hace tiempo o lo han visto hace un día. Y la relación que tiene dicho personaje no sólo con la mujer que paga por su paradero, sino con el resto de personajes secundarios que suman y mucho al argumento.

Me alegra mucho ver a gente de diferente décadas en la misma película, dos ganadores de Oscar como son Liam Neeson y Jessica Lange que a sus 74 años aún sigue llenando la pantalla a base de bien.

Mención aparte a lo bien seleccionadas que están las localizaciones, el vestuario, maquillaje y la fotografía que te convence totalmente de que estás en la década de los 40.

Y luego el desarrollo de un argumento que repito, te envuelve de manera tan sorprendente y tan pronto y promete no soltarte hasta el mismísimo final de la historia.

Muy recomendable para aquellos que en su día disfrutaron con L.A. CONFIDENTIAL.

He de decir que aún no he visto la película original del año 2003, la cual me han dicho que es mejor. Al grano, me limitaré a comentar lo que he visto.

Josh Brolin llegó a mis ojos en su debut cinema en la magnífica película Los goonies, a raíz de ahí le he seguido con más o menos éxito en su carrera, pero que aún sigue haciendo cine, eso significa mucho en nuestros tiempos.

Old Boy nos presenta una historia interesante, pero sobretodo sorprendente por su intriga, mantiene al espectador en vilo durante toda la proyección, con una trama y un guión muy bien planeado. Es cierto que deja poco margen a la interpretación del que disfruta de la película y te da todo masticado para que no te confundas en ningún momento y lo entiendas perfectamente. Quizás ésta parte es lo que menos me ha llenado, pero bueno.

Desde el encierro del hombre y el tiempo transcurrido sin ningún tipo de aclaración (todo se aclarará a su debido tiempo), la venganza siempre se sirve fría suelen decir. Habrá que ver si es cierto o no.

Que mal aprovechado está el personaje de Samuel L. Jackson y ya no os digo el de Rami Malek...de risa.

Las coreografías de peleas están muy entretenidas, pero algunas son muy cutres, algunos actores se limitan a mover el arma en el aire o a golpear al vacío, decepcionante.

En fin, en resumen una peli que sorprende por lo que ofrece, como lo desarrolla y en especial como te atrapa desde bien temprano hasta el final.