Es asombroso que una de las mejores pelis de Spielberg sea una producción de un presupuesto ínfimo y que inicialmente se destinara para la TV, es lo grande que tiene el cine.
Spielberg se basa en un relato corto de Richard Matheson - autor de clásicos como Soy Leyenda o El hombre menguante, y guionista habitual de la mítica serie Twilight Zone - para ofrecernos un film trepidante y dirigido de forma magistral.
David Mann (Dennis Weaver) adelanta a un enorme y oxidado camión cisterna, y lo que empieza siendo un pesado juego por parte del camionero, se convierte en una persecución obsesiva e implacable a través de las infinitas y solitarias carreteras del sur de EEUU. Spielberg dibuja un paisaje árido y consigue crear una atmósfera opresiva y antipática: el protagonista no encontrará refugio en las polvorientas cafeterías de carretera, su destino está marcado por un delirante y épico duelo en el asfalto.
Dirigida de forma genial por Spielberg y escrita por Matheson, El diablo sobre ruedas es un clásico imprescindible.

La señal de Verbinski, es un remake con destellos de calidad, y la película brilla con luz propia. Es cierto que no se puede comparar con la original de Hideo Nakata, es una cuestión de principios, de creatividad.
Pero sin duda, esta peli es la mejor adaptación americana que he visto del cine de terror oriental, y el director demuestra ser un tipo inteligente: la atmósfera del film, gris y opresiva, es para quitarse el sombrero - también fue uno de los aciertos de la peli nipona, en la cual la lluvia se convertía en el compañero más infatigable del espectador - Contar con Naomi Watts es una garantía, y aquí demuestra una vez más su inmensa naturalidad ante las cámaras, da igual que papel tenga enfrente: es una gran actriz y no defrauda, al menos bajo mi punto de vista.
La señal es un remake que no calca la obra de Nakata (es de agradecer), y puede funcionar como un complemento de la original.

Junto a Los olvidados (1950), ésta me parece la mejor película de Buñuel, uno de los directores más grandes de la historia del séptimo arte. Viridiana es el resultado de un trabajo colosal con un reparto de ensueño. El cineasta español desnuda la intrahistoria de nuestro país y de paso echa un vistazo al futuro de la época, cargado de expectativas. Fernando Rey y Francisco Rabal representan a las dos Españas, el primero es un hidalgo decadente, símbolo de la España rural y latifundista, el segundo es un holgazán con espíritu de empresario, un tipo que ve en las tierras de labor una suculenta explotación económica asfaltando y pavimentando el terreno. Son dos personajes magistrales.
La historia es completísima y aquí no se salva ni el tato: los ricos, los pobres, los cristianos y los ateos son friamente analizados por los ojos críticos de Buñuel. Silvia Pinal es el personaje que sufre la transformación más profunda: de la castidad al tute.
Viridiana no sólo es un fino ejercicio de estilo con un guión inmenso e impredecible, es una revisión de la vida española y sus costumbres, es un magistral fresco expuesto en secuencias de la historia de nuestro país.

Bonnie & Clyde es, a mi juicio, la peli de hollywood más rompedora de los 60. Marcó un antes y un después en las secuencias de acción: la violencia. Lo digo por los asesinatos perpetrados por los protagonistas, son muertes secas y explícitas, algo que en su tiempo debió ser transgresor para el gran público, por no hablar del desenlace final.
Gran dirección, gran fotografía y brillantes interpretaciones: Warren Beatty y Gene Hackman están en su línea, notables, y la escultural Faye Dunaway se merece un sobresaliente. Su personaje tiene una personalidad fuerte y desgarradora, y gracias a ella la sexualidad se filtra en cada escena de la película. Se mereció el Oscar.
No sé por qué hay tan pocas críticas sobre Bonnie & Clyde, un film de Penn muy recomendable.

Pésima película de John Carpenter. ¿Cómo es posible que un tipo que ha hecho obras tan brillantes como La cosa o Halloween nos salga con esta patraña? El remake de Carpenter de El pueblo de los malditos es esperpéntico, digno del peor telefilm que pueda ofrecernos la TV pública, la auténtica esencia del cine de sobremesa. Todo en esta peli es cutre: montaje, guión, efectos especiales, las secuencias y los planos, y el decadente reparto con viejas estrellas degradadas ya de antiguas glorias (Christopher Reeve y Kristie Alley)
Muy chunga película, un homenaje al telefilm made in Telecinco/Antena 3 y no a las pelis de serie B.