Violenta, efectista, tediosa y maniquea película en la que los personajes carecen de psicología, lo histórico adolece de falta de rigor y lo fantástico de imaginación.Vayamos por partes: los personajes son más planos que un tranchete y su comportamiento, inverosímil; su visión de la postguerra española y de los maquis, digna de un tebeo (ya se sabe, el ejército y la guardia civil franquistas son gentes muy malas y sin escrúpulos y los maquis son héroes románticos que viven en un bosque brumoso como Robin Hood); la parte fantástica consiste en varios bichos asquerosos y las consabidas pruebas para encontrar cosas, abrir puertas y llegar a reinos subterráneos inmundos, todo tan astroso y repugnante que para ir allí más vale quedarse en casa.

La película es profundamente aburrida, pero de vez en cuando el espectador se sacude el sopor gracias a las escenas sádicas con las que nos embiste del Toro (amputaciones, ejecuciones a quemarropa, torturas, acuchillamientos). Es muy divertido ver cómo la gente se retuerce de asco en las butacas, así se hace más llevadera la película.