¿Os acordáis de El fin de los Días? Pues aquel divertido desastre de Schwarzenegger tendría que haber aprendido un poco de esta Líbranos del mal, al menos en cuestión de interpretaciones y saber crear una atmósfera.

Y es que aquí residen las dos fuerzas de la película. Primero ese tono gris oscuro en el que nos sumerge desde el principio que es el perfecto para esta fábula urbana terrorífica. Por otro lado las interpretaciones de Bana y Ramirez sobrepasan la línea de lo correcto para darnos un trabajo más que satisfactorio. Hasta McHale consigue ser medianamente creíble.

Otro punto a favor está en el enfoque que se le da a la típica historia de posesiones y exorcismos, que aunque no completamente original, se siente muy fresca.

Quizás el punto negativo sea el clímax de la película, que no está para nada a la altura de todo lo visto hasta ese punto, y el hecho de que la cinta apenas consigue sacarnos un escalofrío de terror.

Aun así, un thriller terrorífico interesante.