De las muchas películas, la mayoría con visión acomplejada y miedosa, que se han hecho sobre la guerra civil española y el posterior rodillo de los golpistas vencedores, ésta aporta una visión diferente, centrándose más en la condición humana que en los bandos enfrentados o en los crímenes del caudillo y sus secuaces, que no olvidemos estuvieron amparados "por la gracia de dios".
A través de los ojos inocentes y curiosos de un niño, Agustí Villaronga guioniza y dirige una novela de Emili Teixidor (Pa negre), aportando datos de otros libros del escritor catalán (Retrat d'un assassí d'ocells y Sic transit Gloria Swanson)
Quienes se dispongan a ver esta oscura y sorpresiva historia sepan que van a ver algo nuevo, que cuenta con uno de los arranques más espectaculares e impactantes de todo el cine español.

Dura y descorazonadora realidad la que penetra por cada poro de la piel de Andreu, el angelito que forzosamente dejará de serlo porque la pureza y la verdad son virtudes perseguidas y extirpadas en tiempos de pan negro en los que solo importa la supervivencia, y se hace picón con los valores y los ideales. La primera mentira brota de sus labios justo cuando da un portazo a una infancia de difícil y necesario enterramiento y cuando su madre, por fin, decide sincerarse y hablarle como a un adulto.

Buenas interpretaciones, sobre todas las de aquellos actores que dan vida a los personajes más remarcados: la madre (Nora Navas), el alcalde (Sergi López), el maestro (Eduard Fernández) y la mujer loca de dolor (Laia Marull)