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España España · Valencia
Voto de Arakiri:
8
Western En Texas, dos años antes de estallar la Guerra Civil Americana, King Schultz (Christoph Waltz), un cazarrecompensas alemán que sigue la pista a unos asesinos para cobrar por sus cabezas, le promete al esclavo negro Django (Jamie Foxx) dejarlo en libertad si le ayuda a atraparlos. Él acepta, pues luego quiere ir a buscar a su esposa Broomhilda (Kerry Washington), esclava en una plantación del terrateniente Calvin Candie (Leonardo DiCaprio). (FILMAFFINITY) [+]
9 de enero de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque Christoph Waltz parece que interprete el mismo papel que en “Malditos Bastardos” y Jamie Foxx, como gran homenaje al Spaguetti Western, por parte de un Tarantino que es capaz fundir clasicismo y casquería con una elegancia provocadora y feroz, interpreta un altanero y jactancioso personaje que bien hubiese podido representar el mismo Eastwood en los años 60, sin embargo “Django desencadenado”, que no solo complementa todas aquellas obras rodadas en Almería, sino que (por mucho que me crucifiquen los amantes de la trilogía del dólar) las supera, y no seria justo no nombrar que no solo coge referencias de estas, pues el personaje de Di Caprio y el contexto histórico casan mas con films como “Sin perdón” u obras de Mann o Fonda. Y eso son palabras mayores.

Más en clave paródica que formal, la sucesión de escenas pasan con los tándems Waltz-Foxx y Di Caprio-Jackson, cuyas interpretaciones, carisma y diálogos sotierran cualquier fallo de guion, más cualquier licencia siempre es bien recibida para pro y gloria de un Tarantino que a cada película que pasa, por mucho que algunos rabien, aumenta y crece su creatividad a la par que con su leyenda. Así pues no es justo nombrar a “Django desencadenado” como un simple homenaje, o un refrito de todos aquellos films a los que cualquiera puede hacer referencia, pues Tarantino no moldea, sino que crea y sus creaciones no tienen otra razón de ser que las de mantener su cordura dentro de su propio caos.

Puro entretenimiento e inteligencia, con desmesuradas muestras de un gusto por la violencia y la sangre, a ritmo de rap y sazonadas con una cámara lenta que roza la mofa y la sátira, dispuesto a sacar de quicio a cualquier purista de el genero o en general. Con un ritmo que no decae y atrapa, afortunada y sorprendentemente a ratos parca y a ratos auto-paródica, con un hilo conductor sobre cazarecompensas denodados por Nibelungos que va prendiendo y consumiendo la mecha a la que le espera la metafórica y literalmente explosión final. Efectimante, sí, Tarantino lo ha vuelto a hacer.
Arakiri
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