H.G. Wells va y prevee las Segunda Guerra Mundial con un año de diferencia. A eso se le llama tener ojo, carajo.

Luego las cosas en el film toman cauces más aburridos y no se vuelve CI-FI de verdad hasta que se llega al futuro, momento en el que Menzies nos pinta una ciudad utópica de gente vestida como los romanos (¿regreso al pasado? Hummm...) y charlatanes que quieren provocar el caos....

...a los que la plebe acaba siguiendo con ciega furia.

Y es que me quedo con ese mensaje del film: siempre habrá caudillos y charlatanes capaces de invocar a las masas a la guerra, la destrucción o el caos.

Porque el otro mensaje, esa apología casi kamikaze de la ciencia que se hace, resulta un tanto excesiva y hasta enloquecida.

Por otro lado, los actores resultan harto afectados y los diálogos pecan de discursivos, tratando de meternos reflexiones un tanto toscas y obvias sobre el ser humano en la cabeza con forzadas frases que pecan de teatrales y terminan por cansar.

Lo mejor: El atrevimiento de los FX y alguna sugerencia de la historia.

Lo peor: Parece más una arenga que una narración.