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España España · Salamanca
Voto de La Maga:
3
Acción. Thriller Adaptación al cine de la conocida serie de TV de los años ochenta. Sonny Crockett (Colin Farrell) y Ricardo Tubbs (Jamie Foxx) son una pareja de agentes de la Brigada Antivicio del Departamento de Policía de Miami. En medio de una operación menor, ambos se enteran de que un soplo en las altas esferas ha causado la muerte de dos agentes federales y la masacre de una familia por un asunto de drogas. Autorizada por el teniente Castillo ... [+]
20 de septiembre de 2006
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la década de los 80, un productor televisivo llamado Anthony Yurkievich encontró una mina de oro llamada Corrupción en Miami. Con ella, las series criminales no volverían a ser lo mismo. El secreto de aquel éxito que duró cinco años (1984-1989) se sustentaba en dos poderosas razones: un campo de pruebas y una estética desconocidos hasta la fecha. Miami y su vicio, o dicho en términos más políticamente correctos, lo hortera convertido en un producto sofisticado y exportable (ya sabemos de dónde le viene a Keanu Reeves su gusto por las americanas con camiseta). La explosiva mezcla de chanchullos, cochazos y chicarronas atrajo la parte más calenturienta del espectador (en la actualidad el símil perfecto serían los video-clips de hip-hop, sobre todo el norteamericano). Y es que Miami, dada su situación geográfica, se había convertido por derecho propio en la codiciada pasarela de acceso para los narcotraficantes latinoamericanos (reivindico aprovechar las posibilidades patrias con Marbella o Galicia como marcos exóticos).

Michael Mann, brillante realizador de algunos de aquellos episodios, rescata ahora aquel look, pero su ejercicio onanista es de tal calibre, que uno se pregunta si el talentoso director que es Mann no habrá confundido la profundidad de campo que aportan sus cámaras de alta definición con la confianza excesiva y egocéntrica que demuestra sobre su estilo visual.

No me malinterpreten. Me apasiona Michael Mann, el de Heat, El dilema o Collateral, pero en esta ocasión nos quiere vender la moto con tan sólo puesta escena. La absorbente dualidad moral de sus thrillers, donde polis y cacos se admiran y respetan mutuamente, desaparece. La pareja formada por Colin Farell (Sonny Crockett) y Jamie Foxx (Ricardo Tubbs) arrastra una falta de química alarmante, con lo que el recuerdo del sex-symbol Don Jonson y Philip Michael Thomas se hace si cabe más patente. Luis Tosar aprovecha el salto para hacer el paripé, y sólo Gong Li parece querer actuar en serio. Luce la violencia, pero más el letargo en que nos sume este anodino pasatiempo de infiltraciones. La trama es tan minuciosa y banal, tan cerebral, sosa y fría, que el dinamismo y la espectacularidad de la fotografía de Mann, tan urbanita, se pierde en manierismos y subrayados, ideales para los espectadores apoltronados.

Miami Vice posee la atmósfera esperada de la serie, las florituras correspondientes de su director (detalles iluminados y planificados de manera contundente), pero carece de toda hechura dramática, mortal en un empaque audiovisual tan ambicioso y candente dado el género en que se enmarca. Mann debería aprender la lección (no sólo de imagen lujosa vive el hombre) en este interminable homenaje a sí mismo.
La Maga
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