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España España · Salamanca
Voto de La Maga:
5
Thriller Adaptación de una novela de Thomas Harris (2006). La historia de Lecter comienza en Europa Oriental, a finales de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Siendo un niño, además de presenciar el asesinato de sus padres, fue testigo de otras terribles atrocidades que lo marcarán para siempre. (FILMAFFINITY)
18 de marzo de 2007
14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
El productor Dino De Laurentiis debió de pensar, con buen olfato (como casi siempre), que si Rocky Balboa fue capaz de levantarse una vez más para llegar al cuadrilátero, por qué no iba volver a probar los platos más suculentos del mundo culinario el psicópata más afamado de la pantalla. A tenor de los resultados en taquilla, el público pareciera estar dándole la razón, pero también avisándole de sus síntomas de agotamiento, simple autocanibalismo. Con medio trabajo hecho - por aquello de que su creador, Thomas Harris, volvió a hacer gala de su oportunismo recuperando al personaje y escribiendo él mismo el guión -, el puesto de director debía recaer en alguien capaz de seguir manteniendo (en imágenes) la capacidad de atracción y seducción de Hannibal Lecter. Y quién mejor para hacerlo que un estilista (que no es poco) como Peter Webber, que debutó con La joven de la perla, una contemplación de un indescriptible placer estético, delicia para los sentidos que nos cautivó gracias a su evocadora y exacta ambientación, una minuciosa combinación de conocimiento, intuición, celo e imaginación dirigida con talento y responsabilidad, con sensualidad y psicologismo del bueno.

Estamos, por tanto, frente a una adaptación sólo apta para fanáticos de la saga, o sea, para casi todos. Y como tal, Webber hace lo que puede tratando de satisfacer todos los paladares (salvo los vegetarianos). Sin embargo, este comensal no está dispuesto a tragarse la precuela de una precuela, la ausencia – a pesar de los esfuerzos de Ulliel -, que no presencia, de Sir Anthony Hopkins, y el exceso de gore. Demasiado en su contra. Los reiterativos y cansinos flash-backs que nos explican (justifican) el lado oscuro de Hannibal, sus inicios en el arte del buen comer, enlazados a una historia de venganza como si de la Mamba Negra se tratara, mentora incluida (Lady Murasaki, una Gong Li desaprovechada), acaban por desahuciarnos. Giro final (esperemos), en extremo rocambolesco (hay un policía que entra y sale de la función cuando le da la gana), que, al menos, engrandece aún más las otras cuatro entregas, y que por la pérdida de refinamiento, perdió la posibilidad de convertirse en un plato de alta cocina deudora del mejor Peter, en este caso, Greenaway: El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante (1989).
La Maga
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