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España España · Salamanca
Voto de La Maga:
9
Comedia. Drama Original y extravagante revisión del mito de Don Juan. Después de ser abandonado por su última conquista (Delpy), Don Johnston (Bill Murray) recibe una carta anónima en la que se le informa de que tiene un hijo. Tan inesperada noticia lo impulsa a emprender un viaje en busca de sus antiguas amantes para resolver el misterio. (FILMAFFINITY)
28 de diciembre de 2006
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la última década, Jim Jarmusch realizó Dead Man y Ghost Dog. Además, aportó su colaboración al bosquejo y entramado colectivo de Coffee and Cigarettes. Tres trabajos de uno de los creadores de la horrible etiqueta indie, tres trabajos que nos avisaban de lo que iba a llegar: su primera obra maestra.

Premio del Jurado en el pasado Festival de Cannes, Flores rotas es de nuevo una disección implacable de la sociedad USA, y para variar, de nuevo una revisión del mito donjuanesco, pero sobre todo, y vayamos a lo importante, es un viaje sentimental, de maduración, lleno de encanto y dispuesto en forma de road-movie (un género que ya deberíamos convertir en clásico, pues encierra sus orígenes en el mismísimo western), en el que un ser humano reflexiona sobre sí mismo para así conferirle un sentido a su vida, una vida por la que muchos, ya lo creo que sí, darían un brazo, y por otra parte, pelean por conseguir durante toda su existencia.

Bill Murray se erige en el guía perfecto de esta odisea a través del tiempo y el espacio. A pesar del peligro de aparecer por momentos lost in translation, los gags detectivescos de su vecino Winston le instan a visitar las flores rotas de su pasado: Laura, la eterna e insaciable adolescente; Dora, una jipi convertida en mujer a la carta, con una vida de diseño y una mentira por fachada; Carmen, de devoradora de hombres a comunicadora de animales; y Penny, la vengadora Penny, perdida en la compañía rebelde de una banda de moteros. Un perfecto mcguffin (¿quién es la madre del hijo de Don?) es el motor que alimenta esta búsqueda de sobres rosas y máquinas de escribir, nihilismo, compromisos e inmadurez.

Sin nostalgia, sin piedad, mostrando el enorme ridículo que puede suponer un ejercicio de realización personal, Jarmusch dosifica los planos a través de gestos y movimientos leves, un elenco de actrices portentosas, y un protagonista absoluto: derrotista, aficionado al chándal, patético, solitario y maestro Zen. Mimbres sencillos y complejos se dan la mano, la aridez propia de sus películas desaparece, y esta vez no es un joven el que trata de buscarse a sí mismo no se sabe dónde, sino de alguien que sabe lo que busca, aunque lo haga sin ganas, porque ya se perdió a sí mismo por el camino. Flores rotas es un tapiz de delicadas y profundas emociones en el que se entra de lleno desde el principio, o no se entra, pues lo que muestra es una concatenación de casas y visitas que os sorprenderá por su alto conocimiento del ser humano. Triste y melancólica, el optimismo se conjuga con la ironía, la amargura con el cinismo, dando como resultado un deleite continuo de extraña belleza. Sin faltarle un humor de altos sabores, surgido de la banalidad, acompañado por una excepcional banda sonora (atención a la combinación de Marvin Gaye y una botella de Moit-Chandon), y coronado por un final antológico.
La Maga
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