Hace mucho mucho tiempo (casi tres décadas), en una galaxia (cinematográfica) muy muy lejana, un cineasta imaginó una gran epopeya espacial a la que llamó 'Star Wars', que supuso la culminación definitiva del concepto de "Space Opera". Una saga que, gracias a la inteligente dosificación de los elementos, mezclando oportunamente el mero espectáculo de los efectos especiales con una historia humana y algo culebronera, y tomando elementos referenciales que van desde 'El señor de los anillos' a 'El Quijote', pasando por los escritores clásicos de ciencia ficción, consiguió un éxito tan desbordante que sólo ello le ha ocupado toda una vida cinematográfica.

Este primer episodio rodado es cronologicamente el cuarto de la saga, y nos adentra en un universo propio cuyo encanto es difícil de esquivar. Sin embargo, la visión de esta película está condicionada un tanto por el conocimiento de los episodios posteriores, ya que, una vez planteada la idea y los personajes, la trama aquí se reduce a la destrucción de "la Estrella de la muerte", quedando para las sucesivas entregas el descubrimiento de personajes, detalles y revelaciones fundamentales, que hacen que esta "Una nueva esperanza" quede coja y dependa en exceso de sus continuaciones.


Lo mejor: Luke Skywalker contemplando la doble puesta de luna, acompañado por la maravillosa partitura de John Williams.

Lo peor: Es algo plana argumentalmente.