Es increíble como ciertos sectores o grupos de opinión son capaces de elevar de categoría ciertas películas que, a pesar de tener sus virtudes, no son merecedoras de tal honor. Hemos visto un montón de esos ejemplos; Brokeback Mountain, muchas películas antiguas... Ésta es otro ejemplo de esto; es cierto que se puede ver, y más si quien la ve es un fanático de la música de los 70. Pero de ahí a calificarla como la han calificado muchos, creo que hay un enorme trecho.

Basándose en unas supuestas experiencias personajes, Cameron Crowe trata con está película desmitificar un mundo que desde que se creó el fenómeno fan siempre ha estado muy mitificado. Para ello recurre a un quinceañero tímido, modosito, y aspirante a periodista musical que por casualidades de la vida es contratado para cubrir una gira de un grupo de rock emergente. Allí presenciará el fenómeno groupie, la envidia, la vanidad, el sexo, las drogas, los intereses capitalistas, y demás elementos que acompañaban a los grupos rockeros de los años 70.

La película tiene tres enormes cualidades: las canciones, su intención, y kate Hudson; el resto, muy irregular. El guión, que parte con la buena intención explicada previamente, peca en ser irreal y / o ridículo en algunos momentos, y en azucarar algo que tendría que ser intenso, dramático, y con mucha más pimienta. Además, comete el grave error de darle más importancia a una trama secundaria que a la trama principal, y en terminar con un final que no viene a cuento.

Por el resto, indicar un ritmo no demasiado bien llevado, algunas escenas llenas de sensualidad, la infrautilización de actrices como Anna Paquin, Fairuza Balk, o Zooey Deschanel, y una extraordinaria kate Hudson.