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Voto de SEÑOR SPINALZO:
7
Intriga. Thriller Años 70, en plena guerra fría. El fracaso de una misión especial en Hungría provoca un cambio en la cúpula de los servicios secretos británicos. Uno de los defenestrados es el agente George Smiley. Sin embargo, cuando ya se había hecho a la idea de retirarse, le encargan una nueva misión: se sospecha que hay un “topo” infiltrado en la cúpula del Servicio y sólo alguien de fuera puede averiguar quién es. Con la ayuda de otros agentes ... [+]
28 de diciembre de 2011
23 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adaptar a John Le Carré es siempre una tarea ardua y dificil dada su complejidad narrativa. En efecto, un gran escollo que la película debía superar. Y aunque no podamos calificarla de perfecta, la versión está a la altura de las circunstancias. Más aún teniendo en cuenta la existencia previa de la serie de la BBC, todo un alarde de flema y mesura británica que contaba en su papel protagonista con un excelente Alec Guinnes. Vemos, pues, que la propuesta era arriesgada, pero respetable visto el resultado final.

La versión de Tomas Alfredson se mueve en una línea más sofisticada, pero capta a la perfección ese ambiente frío y distante que envuelve tanto a la historia, como a cada uno de los personajes. Pero Alfredson ya había dado muestras de su talento y frialdad en “Let the Right One In” (2008), una obra maestra de temática vampírica que asombró a propios y extraños. Aunque inferior con respecto a aquella, su cinta sobre el espionaje sabe conferir la atmósfera precisa, con un pulso narrativo que la sitúa en un nivel digno de destaque dentro de este subgénero.

Es innecesario traer aquí a colación los excesos de James Bond, compañero del SIS, pero existen otras producciones cuyos espías hacen de todo menos pasar desapercibidos. Ahí estarían los ejemplos de los hermanos Tony y Ridley Scott, firmantes respectivamente de “Spy Game”(2001) y “Body of Lies” (2008), ejemplos típicos del “mainstream” americano para el género. El toque europeo es siempre de agradecer, no en vano la última gran obra maestra en este campo era la alemana “The Life of Others” (2006), un sobresaliente ejercicio del suspense que ganaba tanto por su suspense como por la humanidad de sus personajes.

En el plano técnico, “Tinker, Tailor, Soldier, Spy” demuestra un gran estudio en su puesta en escena. No tanto por la elección de sus localizaciones, sino más bien por su pericia tras la cámara, ya que la planificación y los movimientos de cámara son cruciales para dar el carácter que busca la película, además de breves y justos “flashbacks” que van completando el puzzle. En todo momento, la cámara busca guardar las distancias con su protagonista George Smiley (Gary Oldman) y sus cuatro antagonistas entre los que se halla el topo. Logra así evitar que el espectador empatice con alguno de ellos, manteniendo la tensión hasta el final sobre quien será el hombre en cuestión. Además, lo envuelve con abundantes planos generales y lentos movimientos de cámara que amplifican la sensación de suspense. Con todo, la película no sería nada sin el excelente buen hacer de sus actores, un reparto de lujo que se muestra perfecto en todo su conjunto.

Puede que la película no acabe de llegar totalmente al público, posiblemente por su extrema frialdad y lo contenido de sus actuaciones. Desde luego, no es una obra maestra, pero sí se nota oficio y respeto hacia la creación cinematográfica, resultando una buena película a tener en cuenta. En definitiva, una película más que recomendable.
SEÑOR SPINALZO
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