Si bien es cierto que no es ninguna maravilla de película, también lo es que en el tiempo en que se hizo estaba rivalizando con la todopoderosa Star Wars del amigo Lucas. Y eso no era tarea fácil. Sabiendo además que los efectos especiales eran de producción propia, ya que pensaban usar los propios de "Light and Magic", pero por problemas de presupuesto tuvieron que hacerlos en casa. Con estas premisas contamos con un buen pie para definir esta película como un púgil por la carrera espacial cinematográfica más que correcto. Sabiendo por último, que el director se sentía atraído por "2001, una Odisea en el Espacio" de Arthur C. Clarke, que llevaría al cine el otro amigo Kubick, tenemos las bases más que estructuradas para hacer una valoración con los pies en el suelo.

Adolece de la magnificencia de las obras antes citadas en lo que a vestuario y escenografía se refiere. La actuación de los personajes es algo plana, a excepción de M. Schell que hace una interpretación soberbia y de un desasosiego aplastante. El gran protagonista de todo es el agujero negro omnipresente en todo el metraje. Y el único elemento distinto y cómico de la misma cinta es del todo entrañable, aunque si bien totalmente desfasado incluso para su tiempo.

Pero la película en sí no es mala, quizá algo ninguneada hoy en día. Con los achaques propios de la edad, pero totalmente "visionable", más cuando las pocas conversaciones científicas entre los protagonistas aún hoy son temas de marcada actualidad y que ya empezaban a despuntar en aquella época. Por todo ello, le doy la nota que le doy: Risible, sesuda y lenta a partes iguales.