Producción que forma parte de la nueva hornada de cine ruso que mira de tú a tú a los espectáculos fantásticos venidos de Hollywood. Una misión espacial soviética de comienzos de los 80 vuelve a la Tierra trayendo una sorpresa que pondrá en jaque a las autoridades militares.

Aunque las comparaciones con "Alien" son obvias, quizá sea la reciente "Life" el referente más cercano, a la que termina sobrepasando. El formalismo del desarrollo, que recuerda al de la serie "Chernobyl", la hace más plausible dentro de lo que relata, huyendo del espectáculo palomitero salvo muy en contadas ocasiones. Quizá haya momentos en que no se termine de entender por qué algunos personajes hacen lo que hacen, por ejemplo la protagonista en su primer encuentro cara a cara con la criatura, pero tampoco estamos ante una película de diez, así que no seamos pejigueros.

Como es frecuente en estas producciones rusas, el diseño de producción está cuidadísimo y el bicho tiene lo justo para no parecer un pegote, cuadra bien aunque no resulte demasiado amenazador. La historia de como llegó y como sobrevive es bastante rocambolesca, ora entro ora salgo, y es lo que más cojea, mientras que la subtrama dramática del niño me sobra por completo. No es plenamente satisfactoria pero se deja ver sin mayores problemas. Un 5,5 me parece una puntuación justa.