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Voto de KlingonCome:
5
Terror. Intriga Sara, Daniel y su hijo de 9 años, llegan a la casa en la que pretenden comenzar una nueva vida, sin saber que esa propiedad ha sido conocida desde siempre en los alrededores como "la casa de las voces". El niño, Eric, es el primero en advertir que tras cada puerta se ocultan extraños sonidos y se intuyen voces que parece que intentan comunicarse con la familia. Lo que achacan en principio a un producto de la imaginación de Eric se ... [+]
17 de diciembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de terror que lejos de proponernos algo sofisticado se adentra a medida que avanza en territorios cada vez más clásicos. Un matrimonio adquiere una casa en el campo para restaurarla y luego venderla, pero el hijo de ambos empieza a sufrir un deterioro psicológico debido a unas voces que dice escuchar.

Que bebe de modelos del otro lado del Atlántico, no solo de terror sino de cualquier género, es algo que se ve en pequeños detalles como el pick-up que conduce el protagonista o que este tenga una escopeta a mano dentro de casa. Está claro que estar en el catálogo de Netflix aumenta su difusión exterior y los responsables lo quieren poner fácil con estos conceptos que la industria puntera del cine ha convertido en familiares. Ya entrados en materia específica, ver al parapsicólogo en la tele justo antes de necesitarle es un tópico que tampoco dejan pasar, igual que el niño que dibuja cosas horribles, los rancios "¿hay alguien ahí?" y la linterna, ay la linterna, que inoportunamente se apaga... Está claro que el guión si por algo no apuesta es por la innovación.

Así las cosas, los puntos fuertes de Voces se centran en remarcar el estilo clásico del relato, ya bien entrada su segunda mitad, a base sobre todo de reventar los tímpanos del respetable a golpe de banda sonora. Los sustos son potentes gracias a este recurso tan viejo, pero que se sigue demostrando eficaz a la hora de erizar el vello. El reparto anda justito, en especial un muy soso Rodolfo Sancho, mientras que el pobre Ramón Barea hace lo que puede con un papel arquetípico que le hace parecer el abuelo de Ed Warren, el de The Conjuring, haciéndose acompañar por su nieta para que se tome la pastilla. No es para tirar cohetes, por la cantidad de clichés que nos trae o por los burdos deus ex machina (forzadísimo el de la señora a la salida de la farmacia) pero consigue su propósito de acogotar en los momentos clave, aunque uno reconozca que no está delante de ningún pelotazo. Le dejamos un 5,5.
KlingonCome
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