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Voto de Ernesto Bánegas:
9
Drama. Romance En el Londres de la posguerra, en 1950, el famoso modisto Reynolds Woodcock (Daniel Day-Lewis) y su hermana Cyril (Lesley Manville) están a la cabeza de la moda británica, vistiendo a la realeza y a toda mujer elegante de la época. Un día, el soltero Reynolds conoce a Alma (Vicky Krieps), una dulce joven que pronto se convierte en su musa y amante. Y su vida, hasta entonces cuidadosamente controlada y planificada, se ve alterada por la ... [+]
28 de agosto de 2018
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si le gusta el cine, si le gusta de verdad, estoy seguro de que sin duda sabe quién es Paul Thomas Anderson. No necesitará ninguno de esos instructivos artículos que se han puesto tan de moda, del tipo Diez cosas que (quizá) no sabías de Paul Thomas Anderson o Te vamos a contar un secreto sobre Paul Thomas Anderson que (seguramente) te dejará helado. Y, por supuesto, podrá saltarse varios párrafos de esta crítica ya que no le aportarán lo más mínimo. Me disculpo por adelantado, en mi defensa sólo puedo decir que el redactor jefe de este blog da demasiada importancia a eso de ubicar al lector, y además es un tirano. Me temo por tanto que tendrá que recorrer todavía varias estaciones antes de llegar a El Hilo Invisible.

Tras un debut sin duda estimable, Paul Thomas Anderson pasaría a ser mundialmente conocido gracias a Boogie Nights. Película que sin duda se adaptaba muy bien a aquello que en los noventa se consideraba innovador. Deudora del estilo de todos esos grandes directores a los que ahora se agrupa bajo la etiqueta New Hollywood, recuperaba a otrora una gran estrella en horas bajas (Burt Reynolds), abusaba de movimientos de cámara al más puro estilo Casino o Uno de los Nuestros, trataba un tema quizá transgresor como la industria del porno, incluso colaboraba en ella alguna de las estrellas más rutilantes del sector, y contaba asimismo con la presencia de Julianne Moore, actriz de la que, si de verdad le gusta el cine, seguramente esté enamorado (no se preocupe, le guardaré el secreto).

Debo decir, sin embargo, que aquella película, a pesar de contener escenas por las que siempre daré gracias a Dios me resultó un pelín larga e insulsa como, dicho sea de paso, viene siendo tradición en la mayoría de películas comerciales decididas a introducirse en el mundo del porno.

Después de Boogie Nights vino Magnolia, una de esas películas que salen en artículos del tipo Las cien películas que deberías ver antes de morir, o aquellos otros del tipo Grandes películas que (quizá) no conozcas. Para no alargarme sólo diré que es miel y que esta escena es magistral, como también lo son ésta y ésta. Paul Thomas Anderson disipaba cualquier duda acerca de su talento y demostraba tener el valor necesario para rodar escenas que quizás algunos pudieran considerar, ejem, en exceso arriesgadas (o no).

Película imprescindible en todas las listas del tipo Los críticos dicen que estas son las mejores películas del nuevo milenio ¿estás de acuerdo?

Años después, de una nueva colaboración con Daniel Day Lewis surge Phantom Thread (El Hilo Invisible). He suplicado durante semanas a mi redactor jefe que me dejara escribir una crítica sobre esta película, de verdad, nuestro blog no debería limitarse a la pseudoliteratura, existen otros placeres que también alimentan nuestras almas. Creo que es, aludiendo al tópico una de esas películas de las que sales del cine quizá no siendo otra persona, pero sí sintiéndote diferente. Hablaré de ella, por supuesto, pero el tirano insiste en que siga ubicándoles.

Para mí, serían estas tres sus mejores películas, sin embargo, debo decir que el cine de Paul Thomas Anderson, guste o no, siempre merece una especial atención. Si dirige alguna película hay que ir a verla, así de simple.

Aun reconociendo que algunas de sus películas se podrían calificar como de digestión pesada. No me alargaré, sólo diré que Punch-Drunk Love me aburrió enormemente, Puro Vicio acabó con mi paciencia y, dicho sea de paso, también con la del segundo mejor crítico cinematográfico de este país del mismo modo que nos encandiló con The Master.

Y vayamos a lo que nos ocupa. Podría ir a ver El Hilo Invisible cada día hasta que la quiten de la cartelera sin temor a equivocarme. Es una película de factura clásica y contenido transgresor, en la que cada escena se abre a infinidad de interpretaciones.

Si pertenecen a ese grupo de personas a las que les encanta llorar en el cine, discúlpenme, pero ésta no es su película. Es una historia de amor, sí, y quizá una de las más tristes jamás contadas, pero estamos ante una película de Paul Thomas Anderson y no tras el efectismo estudiado de otros directores como Juan José Campanella (al que no menosprecio, pero es lo que hay).

Dicho esto, la película me decepcionó en sus primero minutos. Observaba aquellos vestidos, aquellos salones, aquellos paisajes, y pensaba que el director o el encargado de la fotografía se habían equivocado con el objetivo, considerando que si yo hubiera sido el hombre sentado en la silla hubiera escogido otro que proporcionara más profundidad a las escenas. Me hubiera recreado más en la belleza de las imágenes, los trajes, los decorados y me habría equivocado. Sobre todo porque todavía no sabía de qué iba de verdad la película.

Esos primeros planos tan agresivos, los viajes nocturnos en coche a la velocidad de la luz, las habitaciones que se acortaban, tenían un objetivo claro: introducirnos en la psicología de los personajes, en pequeños mundos de objetivos a veces indispensables, a veces inenarrables y siempre opresivos. Donde para él cada día de rutina sin sobresaltos es una victoria y su trabajo una religión. Donde ella lucha constantemente por encontrar su lugar en un universo rendido a las rutinas de Reynolds Woodcock, en una casa llena de gente que trabaja para hacer su voluntad. Trata de encontrar un hueco entre las infinitas rutinas y obsesiones a las que Reynolds vive entregado gracias a la fe del converso, las mismas que le atrapan y le hacen tremendamente infeliz.

(continúa en el spoiler)

https://gauzarraroak.es/el-hilo-invisible-paul-thomas-anderson-2017/
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ernesto Bánegas
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