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Voto de Felipe Critic:
3
Romance. Drama Creyendo que han dejado atrás las sombras del pasado, los recién casados Christian y Anastasia disfrutan de su relación y de su vida llena de lujos. Pero justo cuando Ana empieza a relajarse, aparecen nuevas amenazas que ponen en riesgo su felicidad. Adaptación del final de "50 sombras de Grey". (FILMAFFINITY)
11 de mayo de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde un punto de vista neutral y reconociendo los estándares de calidad exageradamente bajos, se podría decir que la franquicia ha venido de más a menos, un declive que ha tocado fondo. Aunque la primera entrada contaba con el beneficio de la duda ante aquellos que percibían las páginas de E.L. James como un toxico veneno literario, asimismo, visualmente lucia aceptable e inclusive atractivo, agregándole el sorpresivo auge que le acarrearon artistas como The Weeknd, Sia, Beyoncé y Ellie Goulding gracias al triunfo comercial de los hits pop pertenecientes al soundtrack de la película, y además pisaba terreno virgen para el estudio al ser una de las primeras obras en materializar una polarizante práctica sexual (BDSM) “sin tabú alguno”, sí, esto debe discutirse cuando únicamente enmarcan los senos de la protagonista ¿una ligereza robustecida por una clasificación por edades que limitaba los ingresos?. Un conjunto de factores que aseguraban un magnetismo casi que general en la audiencia frente a la idea, ya que terminó su andadura por los teatros con una friolera de $571 millones de dólares. Dos años después apareció “Darker”, y todas las ínfimas posibles expectativas se esfumaron. Solo unos pocos eran los mano dura que esperaban con esperanza una secuela mejor realizada y estructurada, su servidor incluido, sin embargo, unas pocas tomas correctas y el éxito musical que recayó sobre ZAYN y Taylor Swift con “I Don’t Wanna Live Forever” fueron los dos únicos componentes salvables de otro patético y novelesco embrollo amoroso que, en lo personal, sirvió como señal definitiva para entender que esta continuación romántica era un de las peores en la historia del cine, y efectivamente lo fue. Hoy, llega a las salas el bendito clímax de nuevo de la mano del mega-estudio Universal Pictures, en el cual las cosas se edulcoran en exceso, pues de ser una historia sobre la maduración sexual— evento que nunca sucede en realidad —entre un millonario y una estudiante de literatura se convierte en una historia sobre los problemas habituales post-matrimoniales de un hombre dominante y una mujer ahora empoderada que desea tener hijos pero no dejar de coger “duro” con su marido, nada sugestivo, un dolor de cabeza con nuevos niveles de afrenta para un gran estudio de cine.

Normalmente, en mis opiniones hablo de las actuaciones de manera positiva, es decir, en caso de que tal componente no sea un punto fuerte en el filme a tratar opto por omitirlo, sin embargo, frecuentemente las evalúo puesto que forman parte fundamental del conjunto armónico que deben componer al largometraje. Con sospechada anticipación, “Freed” ha roto la regla. Estoy dispuesto a afirmar, con el mayor respeto y humildad, que Jamie Dornan, Eric Johnson y el cast restante, salvo Dakota, interpretan de manera pésima a personajes pésimos, por lo menos, eso guarda coherencia. Es inaudito ver las escenas iniciales y percibir instantáneamente la carencia de naturalidad y estimación hacia la producción en las interpretaciones, no hay alma ni chispa, están inmotivadas y desprovistas de cualquier dinámica o potencial, lucen como trabajos primerizos de actores universitarios, es terriblemente inaceptable. Asimismo, el protagonista nunca pierde esa mirada de preocupación o ese fruncimiento de ceño cuando alguna fatua vicisitud surge en el guion, jamás supimos de cuales “cincuenta” sombras nos han hablado por más de tres horas, sencillamente parece ser un eye-candy y poco más. Dakota Johnson es la única que impregna, a medias, algo de hechizo a su personaje. Está bien, es tierna, ingenua e innecesariamente sumisa, pero Johnson conoce cómo dar vuelta a la carta y conseguir que el espectador intente aceptar sus motivaciones, suceso que nunca llega a pasar.

Probablemente lo mejor librado de todo este padecimiento: un acompañamiento sonoro que esta fantástico. Y no hablamos del trabajo realizado por Danny Elfman, consuetudinario de la franquicia, nos referimos nuevamente a los éxitos pop de artistas como Julia Michaels, Hailee Steinfeld o Rita ora y Liam Payne que componen parte de un score que se convertirá en la próxima lista de reproducción para los millennials, sus sonidos electrónicos y bailables brindan una especie de tono desenfadado a las escenas, lo triste aquí es que incluso dichas canciones son insertadas en las partes incorrectas, es decir, no existe cohesión alguna entre la armonía de la canción y el timing del momento, además, hay unas que son realmente mal gastadas gracias a introducciones falsamente ingeniosas.

Christian cerrando la puerta de su cuarto rojo en la cara de su público es una cínica muestra de la poca importancia que el público exigente significó para esta franquicia. Ver a mujeres y hombres entrar a la sala de cine vestidos como novia y novio refleja el alcance que logró el producto de Universal en, posiblemente, la mayoría de fans de los libros y las películas, no obstante, el grupo contrario, los desilusionados y/o los detractores, tendrán que conformarse con un final muy al cierre que tuvo la saga “The Hunger Games” — con escena y todo casi que calcada —, que concluye la historia tan mal como la desarrolló. “Fifty Shades Freed” de James Foley por fin deja libre esta gallinita de huevos de oro, adiós a amores melodramáticos y decisiones de guion bobaliconas, atrás quedaron esos tiempos oscuros, ha llegado la luz no solamente para el protagonista, también para el público. En el mini-resumen exhibido por el propio filme en el tercer acto, muestran el decaimiento abismal que sufrió, sencillamente para concluir con un final tan estereotipado como la propia obra. Una hueso al que ya no hubo qué más roer, Universal Pictures debe tener el corazón roto este San Valentín, pues su gran amor, ese amante que le entregaba cantidades exorbitantes de dinero, se ha ido para nunca más volver, o eso dicen.
Felipe Critic
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