No sé que tienen los franceses con el amor que las dos últimas buenas películas que he visto con temática amor-odio son de Francia. "Jules y Jim" fue la primera, y esta, no tiene nada que envidiar. Muy bien rodada, dividida en tres partes muy rápidas, un montaje muy interesante y unos Marion Cotillard y Guillaume Canet que rezuman una química impresionante. El amor de esta película es peligroso, orgulloso, humillante y en ocasiones odioso. Todo esto la convierte en una comedia amorosa negra, muy negra.

Ay, ¡el amor! Tan loco, tan pasional, tan inesperado. Juguetón, atrevido, que juega al escondite cuando lo buscas y que te persigue cuando tú no lo quieres. La relación que se describe en esta película empieza en la niñez y acaba en la vida adulta. Y pasa del amor al odio continuamente. ¿Metáfora de lo bonito y fácil que es todo al principio, y de como se va complicando según pasa el tiempo? ¿De como a veces el amor es un tira y afloja con chispitas de odio? Un juego de atreverse y cuando has lanzado tu reto, esperar que la otra persona haga lo propio.

Ay, ¡el amor! Ese peligroso, divertido y aunque lo neguemos, necesario juego para nuestras vidas, como el chute de adrenalina que sufre el protagonista cuando ve a Sophie después de diez años.

Después de todo (incluido lo malo) el amor te hace ver la vida en rosa. Atrévete a verla. Atrévete a querer.