Hace un año que visioné este fantástico largometraje que a nadie puede dejar indiferente si bien por la intensa tesitura a la que se ven sometidos sus protagonistas, como también por el modo en el que te cuentan la historia, sus lenguaje no verbal, la música, las frases, la puesta en escena, y la fotografía, todo me parece harmonioso y excelente del modo en el que está tratado.

Cuando una película me gusta y me marca, tengo que volver a verla pues creo que puede aportarme nuevas lecturas, y así lo ha hecho Alabama Monroe, que trata temas tan reales como el amor en estado puro:el amor fraternal, el amor en pareja, y como a veces éste no lo puede todo, pero aún siendo así es intenso y perdura. El tiempo se refleja a modo de flashbacks entre pasado, presente y futuro, que a mi juicio no se ven nada caóticos y te permiten seguir el hilo e ir uniendo los conectores, la muerte está presente también y es inminente, y lo que más me gusta es que no te la cuentan de un modo lacrimógeno, es real, la puedes sentir, también quiero destacar que es maravilloso como se aborda el tema de la religión y la medicina, Didier tan radical, y Elise tan espiritual y más bien devota, y como siendo tan distintos viven el duelo de una forma tan visceral.

La vida es así, tiene momentos que te da una de cal y una de arena, pero vale la pena vivirla por historias como ésta, tristes pero ciertas, y es que a veces la resiliencia no es suficiente.